Desde IzquierdaDiario.es creemos que es indispensable reflejar esta crisis social capitalista en primera persona.
Aquí va un pequeño reportaje de mis días por las fronteras calientes de Hungría, Serbia y Croacia, siguiendo la crisis migratoria desde la óptica más cercana posible a los propios refugiados.
Llegamos hasta aquí con un grupo de fotógrafos de Fotomovimiento del cual también formo parte. Tras pasar gran parte del primer día en Serbia arribamos a las proximidades de un paso fronterizo con Croacia, en el que miles de refugiados son transportados en autobuses desde Sid -Serbia- hacia Tovarnik -Croacia-.
Allí, las fuerzas de seguridad serbias dejan pasar a los corresponsales y reporteros sin mayores problemas. Pero al avanzar unos 50 o 100 metros en territorio croata, la policía impide registrar imágenes de los miles de refugiados concentrados e insta a todos los medios de comunicación a pasar nuevamente a territorio serbio.
Sin duda, el hecho de que Croacia sea un estado miembro de la Unión Europea hace que muestren una mayor reticencia frente a nuestro intento de reflejar la verdadera cara de esta crisis humanitaria y social. De todas formas, puedo captar aunque sea de lejos, la brutalidad y la violencia que imprime la policía hacia los refugiados que vienen de tan lejos.
Una vez de vuelta a la zona serbia nos dejan fotografiar y registrar todas las imágenes. Sin embargo, no me quito de la cabeza el riesgo que han corrido todos los refugiados para acabar aquí, es un riesgo enorme. Hay que estar aquí para entender la profundidad de esta crisis, esto te desgarra el alma.
Más tarde, me dirijo al campo de refugiados de Opatovac, una localidad croata fronteriza con Serbia. Entonces es cuando empiezo a notar el altísimo grado de emergencia humanitaria que requiere toda esta crisis. En este campo de refugiados hay varias organizaciones atendiendo a los inmigrantes, además de la agencia de ayuda a los refugiados de la ONU y otras ONG’s como ‘Médicos Sin Fronteras’. El traqueteo de los autobuses es constante durante todo el día, transportando inmigrantes sin parar. Una gran cantidad de personas internadas en el campo de refugiados resultan ser las mismas que he podido contemplar antes, en el paso fronterizo entre Sid y Tovarnik. Allí mismo, un voluntario me confirma que acaban de cerrar la frontera entre Grecia y Turquía.
Destaca la presencia masiva de policía y algunos miembros del ejército, aunque estos últimos están aquí destacados por temas de ayuda logística. Pero sorprende más la actitud amenazante y de superioridad con la que actúan los miembros de seguridad fronteriza hacia todo el que se les acerca.
A la mañana siguiente regreso al campo de refugiados de Opatovac donde siguen entrando miles de refugiados en autobuses, muchos de ellos llegan procedentes también de Bapska -otra localidad croata- en decenas de furgonetas policiales. Es un escenario totalmente deplorable. Después pasan reconocimiento médico y pueden acceder al servicio de aseo. Varios refugiados están siendo atendidos nuevamente por el servicio médico de voluntarios. Justo a su derecha se asoma un campo de maíz enorme donde los refugiados van a hacer sus necesidades.
En el mismo campo de refugiados intercambio opiniones con una corresponsal de Televisión Española y ésta me comunica que los autobuses que salen de aquí con los refugiados regresan a Hungría, es decir, que no los dejan entrar en la zona de Croacia, acabando así con todas las esperanzas depositadas en esta travesía.
Sin embargo, la zona fronteriza comprendida entre Sid y Tovarnik está totalmente despejada, encontrándome un paisaje uniforme y desolado, un fuerte contraste con las imágenes del día anterior.
Seguiremos fotografiando y documentando la odisea de los refugiados, que llegan a Europa escapando de la guerra y el hambre, y se encuentran con fronteras valladas y represión. | 
