Esta segunda huelga de hambre la llevan a cabo en las instalaciones de la plaza cubierta de la Universidad Central de Venezuela (UCV), donde han recibido la solidaridad de asociaciones y gremios de jubilados, así como de organizaciones sindicales, políticas que los apoyan en sus reivindicaciones. La primera fue el 12 de septiembre que se prolongó por 36 horas en la sede de PDVSA La Campiña. En ese momento, levantaron la protesta tras lograr acuerdos con las autoridades, pero al ser incumplidos volvieron con las acciones.
A los jubilados de PDVSA no les han cancelado los intereses del fondo de pensiones, tampoco cuentan con asistencia médica y están solicitando la asignación de bolsas de comida o su equivalente en divisas. Son jubilados de distintas partes del país, tal como lo comenta a La Izquierda Diario Marlon Bermúdez, trabajador jubilado del Centro de Refinación Paraguaná (CRP) Paraguaná, con 30 años de servicio.
Cumplen 14 días con la huelga de hambre en la UCV a la espera de un comunicado o encuentro con las autoridades. No han obtenido respuesta. Sin embargo, una comisión de diputados de la Asamblea Nacional de 2020 se acercó hasta la plaza cubierta de la UCV. Allí se acordó otro encuentro más, el viernes 13 de octubre en los alrededores del Palacio Federal Legislativo. Pero reiteraron su posición: no detendrán la huelga de hambre hasta conseguir respuestas reales a sus exigencias.
Mientras tanto la solidaridad sigue llegando con los huelguistas que resisten en situaciones de inclemencia. Es fundamental apoyar esta lucha de trabajadores que dejaron sus vidas en la empresa estatal petrolera con décadas de servicio laboral, y llegan a la vejez en total vejación sin percibir lo que les corresponde con sus pensiones para tener una vejez sin padecimientos. |