Este 11 de Octubre se cumple un nuevo aniversario de este importante proceso que se conoció como el trelewazo: una importante batalla contra la dictadura de Lanusse en 1972.

Una pelea ganada a la dictadura

El 11 de octubre de 1972 inició con la detención de 16 vecinos y vecinas tanto de Trelew como de localidades cercanas, llevadas adelante por la dictadura de Lanusse bajo la "Operación Vigilante". Los días frenéticos que continuaron, mediante el método de la asamblea y la movilización masiva de sectores populares junto a la clase trabajadora que fluían desde las humildes barriadas de la localidad -pero también de otras cercanas- hicieron retroceder a Lanusse, que liberó a los detenidos y detenidas en el transcurso de octubre y noviembre. Una pelea ganada a la dictadura.

Aquellos vecinos y vecinas detenidos, habían sido los impulsores de una importante red de apoyo y solidaridad con los presos políticos de la U6 de Rawson y sus familiares: la Comisión de Solidaridad y de Apoderados. Quienes salieron a las calles y a las asambleas, esos miles de "anónimos", eran en realidad las mayorías populares y, como dijera el historiador Axel Binder, con "un ADN claramente obrero y que no se ha visto tan reflejado en las memorias".

El Trelewazo fue, junto a la Masacre de Trelew ocurrida dos meses antes, uno de los sucesos más importantes que marcaron a fuego el año 1972.

Lecciones para continuar la batalla hoy

Con la reedición de estas notas elaboradas el año pasado, en el marco del 50 aniversario y en un contexto político trascendental, creemos que este aporte contiene vigencia para sacar lecciones en un momento signado por la crisis del régimen bicoalicional y de representatividad con burocracias sindicales cruzadas de brazos que busca resignar a millones, la acentuación de las consecuencias del régimen del FMI, el crecimiento electoral de una derecha rancia que por medio de Javier Milei y Patricia Bullrich reeditan el negacionismo de los 30 mil desaparecidos instalando conceptos de "guerra" y "excesos" para referirse a lo que fue, en realidad terorrismo de Estado.

Pero también de una clase trabajadora que no está derrotada y que puede tomar el destino en sus manos para enfrentar el ajuste actual de Massa y el crecimiento electoral de la derecha. El "poder de fuego" de nuestra clase aliada a las grandes mayorías pudo verse -en distintos niveles- en las luchas de Jujuy y antes Chubut, Mendoza, Neuquén entre otros ejemplos importantes. Prepararnos para lo que viene porque hay con qué, como expresó nuestra compañera Bregman, al decir que hoy "no toda la rebeldía es por derecha".

Después de todo, al contrario de lo que expresó Milei en el primer debate presidencial al decir "ustedes sigan discutiendo la historia" o Schiaretti cuando mencionó "ya no hace falta que discutamos para atrás" (en un tono despectivo) nosotros si reivindicamos la historia, su importancia y sus lecciones. Junto a las peleas actuales la consideramos como una herramienta indispensable para transformar la sociedad de raíz. Más aún, por supuesto, cuando se trata de la historia, lecciones y balances de nuestra clase.

Dossier

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