Ayer sucedió lo que era previsible. La explosión de una autoclave en el hospital de la UBA dejó al desnudo la situación precariedad a las que cotidianamente están expuestos los cinco mil trabajadores del establecimiento.
Foto: Trabajador del hospital, corresponsal de LID. Imágenes exclusivas. Único medio en la escena.
En el mediodía del viernes sucedió lo que para los trabajadores del Hospital de Clínicas viene siendo una constante: el escaso presupuesto, las permanentes roturas de equipos y caídas de ascensores evidencian las condiciones de precariedad en las que cotidianamente están expuestos los cinco mil trabajadores del establecimiento, dependiente de la Universidad de Buenos Aires.
“Imaginate como fue la explosión, que yo trabajo en el cuarto piso y pensé que había sido acá”, contó a La Izquierda Diario un trabajador del área de Gastroenterología.
La explosión de una autoclave, aparato que sirve para esterilizar material médico y que funciona a gas, se produjo en el piso 12 del hospital, por lo que tres trabajadores fueron atendidos en la guardia habiendo sufrido politraumatismos.
“Fue caótico. No hubo directivas claras ni protocolo de evacuación”, afirmaron los trabajadores. Algo muy diferente a lo dicho por Fernando Chamot, jefe de prensa de la institución, quien explicó que “no hubo ninguna orden de evacuación, porque no hubo peligro”.
Los cientos de profesionales, enfermeras, personal de mantenimiento y logística que allí trabajan todos los días disienten con el comunicado del hospital. Es que el temor a que el Clínicas se convierta en un nuevo Cromañón es real y cotidiano.
“El hospital funciona por la buena voluntad de los trabajadores. Por la falta de mantenimiento no funciona la red eléctrica y permanentemente vemos roturas de equipos”, relataba ayer en la vereda un administrativo, rodeado de otros tantos compañeros suyos que debieron evacuar el edificio.
Vaciamiento y escándalos
Este hecho se dio en medio del escándalo a raíz de [maniobras de vaciamiento del hospital->http://www.laizquierdadiario.com/UBA-imputan-a-funcionarios-por-presunto-desvio-de-fondos-del-Hospital-de-Clinicas que tiene como protagonistas al ex decano de la Facultad de Ciencias Económicas (FCE), José Luis Giusti, al ex secretario de Asistencia Técnica y Pasantías de la FCE-UBA, Sergio Gastón Ricardo, y al secretario de Hacienda de la UBA y presidente de la UCR porteña, Emiliano Yacobitti, quienes esta semana fueron imputados por el fiscal federal Franco Picardi en una causa por enriquecimiento ilícito y lavado de dinero.
Un trabajador del sector de quirófano, donde sucedió el hecho, contó a La Izquierda Diario que “desde hace 15 años hay una intervención en el hospital donde se han robado toda la plata para equipamiento. El Congreso asigna el presupuesto, la Universidad lo recibe pero acá nunca llega”.
Al consultarles por la Comisión Interna, varios trabajadores afirmaron que la misma es obsoleta y no tienen ningún interés en cambiar esta situación ya que sus integrantes son parte de la patronal.
Mientras los jerárquicos usaban sus puestos en la casa de estudios para realizar “numerosos negocios espurios” a partir del desvío de millonarias contrataciones entre el Hospital de Clínicas y diversas proveedoras de insumos y medicamentos de su propiedad, las personas que allí trabajan tienen contratos basura desde hace 8 años, ganando 6.000 pesos por mes.
El legislador del Frente de Izquierda de la Ciudad de Buenos Aires, Patricio del Corro, declaró que “los hechos sucedidos en el Hospital de Clínicas demuestran la degradación que sufre la salud pública. Es una problemática que atraviesa a la gran mayoría de los hospitales públicos pero en el Clínicas se agrava porque el presupuesto con el que se sostiene está involucrado dentro de los negociados y denuncias de corrupción que recaen sobre distintos funcionarios de la UBA. Sumado a las denuncias que están asentadas en la PROCELAC a propósito de las conexiones entre algunas contrataciones del Clínicas con empresas privadas de los propios acusados".
Cristina suele pagarle a Macri en cadena nacional. Pero tanto el PRO como el FpV son los que garantizan los recortes en salud y no dicen ni una palabra ante estos escándalos de lavado de dinero y negociados que involucran a cientos de funcionarios radicales, kirchneristas y del PRO.