"¡Todos somos palestinos!” El jueves, varios miles de manifestantes, muchos de ellos jóvenes, se reunieron en la plaza de la República de París para expresar su solidaridad con Palestina. Fue una concentración importante, celebrada en el mismo momento en que el ministros del interior, Gérald Darmanin declaraba a la AFP (agencia federal de noticias) que se habían prohibido todas las manifestaciones pro-palestinas y que tenía la intención de detener masivamente a las personas implicadas.
Frente a esta intimidación, que coronaba casi una semana de criminalización constante a las muestras de apoyo a Palestina, los manifestantes respondieron con una determinación impresionante. La protesta se llevó a cabo durante varias horas, a pesar de la enorme fuerza represiva desplegada, las multas y las numerosas intimidaciones violentas de la policía, que intentó dispersar a la multitud con gases lacrimógenos.
Esta determinación fue aún más sorprendente ya que casi todas las organizaciones sindicales y de movimientos sociales habían optado por no manifestarse por la represión. A excepción de la participación de militantes de Révolution Permanente, presentes tras una pancarta antiimperialista, las únicas banderas que ondeaban en la plaza eran palestinas, y los manifestantes procedían de toda la región parisina.
Las manifestaciones, que se realizaron simultáneamente en otras ciudades como Burdeos, continuaron hasta el anochecer, cuando la policía lanzó gases lacrimógenos y utilizó tanques de agua para intentar poner fin a la concentración. Pero la decena de escandalosas detenciones realizadas durante las manifestaciones no borrarán la demostración de fuerza de anoche.
Desde el sábado, asistimos a una gran oposición a toda expresión de solidaridad con la causa palestina, equiparada a la "apología del terrorismo" o "antisemitismo" en una maniobra destinada a criminalizar esta lucha; la manifestación de París demuestra que es posible construir una respuesta al autoritarismo del gobierno.
"Se está criminalizando el apoyo a Palestina. Quiero dar mi apoyo al NPA (Nuevo Partido Anticapitalista), a France Insoumise y a todos los que están siendo atacados: debemos permanecer unidos contra esta ofensiva autoritaria", explicó Anasse Kazib en el acto. En efecto, tras este primer éxito contra la ola reaccionaria, está planteado construir un frente amplio, en apoyo al pueblo palestino que está muriendo bajo las bombas en Gaza, pero también en apoyo del derecho a manifestarse y apoyar esta causa.
Esta debe ser la prioridad en los próximos días para todas las organizaciones del movimiento obrero y del movimiento social, empezando por las organizaciones directamente atacadas, como France Insoumise o el NPA, del mismo modo que Révolution Permanente, las direcciones sindicales, en particular la CGT, pero también todas las organizaciones de defensa de los derechos humanos, antirracistas, feministas y ecologistas.
Este artículo fue publicado originalmente en Révolition Permanente, parte de la Red Internacional de La Izquierda Diario.
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