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15 de octubre de 2023 Twitter Faceboock

Debate
La izquierda y Palestina: la posición pro-sionista del Frente Amplio de Costa Rica en la Asamblea Legislativa
Esteban Fernández

En la medida en que HAMAS lanzó un ataque que humilló al Estado sionista y en que el gobierno de Netanyahu declaró la guerra a Palestina, en el mundo han habido acciones de solidaridad con el pueblo palestino, pero también una gran presión de gobiernos imperialistas y medios de prensa para que la izquierda no enarbole banderas claras pro palestinas. El Frente Amplio y sus diputados han sucumbido a esa presión.

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Presiones sobre la izquierda

El 10 de Octubre, el New York Times, a través de Bret Stephens, pero también Naomi Klein desde la izquierda judía, el día 11 de Octubre, son ejemplos de la presión sobre las organizaciones de izquierda que estén levantando un programa de solidaridad con Palestina.

En Francia y en Argentina la izquierda está soportando presiones extraordinarias para bajar sus banderas de solidaridad incondicional con la causa palestina. En Francia existe de hecho una investigación al NPA y también una denuncia política a Revolution Permanente, nuestra organización hermana, y a nuestro compañero Anasse Kazib, por sus posiciones claras en favor de la causa palestina. En Argentina Myriam Bregman ha denunciado en la cámara de diputados las provocaciones y amenazas que le han hecho, las campañas de fake news que levantó la derechista Patricia Bullrich y la prensa contra Bregman. También en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se ha llamado desde la derecha a ilegalizar el Frente de Izquierda por sus posiciones en favor del pueblo palestino. Esta presión viene del sionismo, de representantes imperialistas como Biden y de la prensa amarillista que con oprobio obvia poner la ocupación ilegítima hecha por el Estado de Israel como la causa esencial del conflicto. Incluso algunos sabios juristas han llegado a la conclusión de que levantar una bandera palestina es apología de terrorismo.

Acá en Costa Rica las presiones existen de igual manera. Se expresan “a la tica”, es decir, con formas pseudo democráticas para evitar que el pueblo trabajador costarricense tome una posición que rompa con la ideología sionista que viene del Estado y de las diversas iglesias y religiones cristianas, cuya mayoría tiene en común acuerdo la defensa irrestricta del Estado de Israel.

Cómo enfrente la izquierda esta política que busca llevarla a la pasividad, al seguidismo de la política imperialista sobre Palestina, es una discusión que, no solo ha ganado relevancia en esta última coyuntura, sino que en un mundo que tiende cada vez más a conflictos armados, a crisis políticas e inestabilidades económicas de diversa índole, tener una posición clara sobre Palestina es fundamental para desplegar con potencia una izquierda antiimperialista, condición sine qua non de una izquierda que busque la superación del capitalismo y no su administración con el objetivo de embellecer un sistema que desde hace siglos se basa en las peores formas de explotación y opresión del ser humano por el ser humano y del cual la brutalidad sionista es un ejemplo.

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Desafortunadamente las posiciones del Frente Amplio de Costa Rica en esta coyuntura no solo no aportan en el sentido que decimos, sino que además no constituyen ningún favor a la causa del pueblo palestino y son una capitulación al sionismo.

Las posiciones del Frente Amplio en la Asamblea Legislativa

El día lunes 09 de Octubre, discutiendo en la Asamblea Legislativa una posición sobre el conflicto, el Frente Amplio presentó una posición que dice lo siguiente:

“Para que el plenario guarde un minuto de silencio en memoria de las personas fallecidas de ambos pueblos en el conflicto Israel-Palestina. Este conflicto violento tiene lugar desde el año 1947 y ha costado la vida a miles de personas. Manifestamos un rotundo llamado a la paz, al respeto a la integridad territorial de los pueblos, y al cumplimiento de la resolución 181 de las Naciones Unidas”

Más allá de la utilidad o significado de un minuto de silencio, interesa analizar la posición política detrás del llamado. Parece un llamado bueno, para quien permanezca inocente del significado que los imperialistas le dan a la democracia y a la paz. Pero comprendiendo críticamente el contenido de la política, vemos una capitulación completa a Israel y una orientación ficticia para Palestina.

La resolución 181 de las Naciones Unidas, que dicho sea de paso una y otra vez usa el nombre Palestina, que lleva el nombre Palestina en el título y que habla explícitamente de la partición de Palestina, dice lo siguiente:

“A su llegada a Palestina, la Comisión [de la ONU] tomará disposiciones para fijar las fronteras de los Estados árabe y judío y de la Ciudad de Jerusalén, con arreglo a las indicaciones generales contenidas en las recomendaciones de la Asamblea General relativas a la partición de Palestina”

Es decir, que si estamos, como el Frente Amplio, por el cumplimiento de la resolución 181 de las Naciones Unidas, entonces estamos levantando la posición por la partición oficial de Palestina y la creación de un estado judío, o sea Israel. Luego, la resolución está llena de frases bellas sobre los derechos democráticos de circulación, sobre la economía, etc. derechos que ningún palestino ha podido ejercer libremente desde la partición.

Luego, el llamado a “la paz” y “al reconocimiento de la integridad territorial de los pueblos” el Frente Amplio los aplica por igual al agresor y al agredido, y aunque se establece la fecha de 1947 como origen del conflicto, que dicho sea de paso no es correcto porque el sionismo había empezado sus provocaciones desde muchas décadas atrás, sin embargo no se reconoce explícitamente que el origen del conflicto es la existencia de un estado colonial apoyado por todos los imperialismos e incluso, en aquella fecha de 1948, por la burocracia stalinista.

De acá se sigue que el Frente Amplio está por la existencia del estado sionista, que debería ser uno de los firmantes de la paz que proponen y cuya integridad territorial el Frente Amplio defiende. También el Frente Amplio está por un estado palestino, firmante de la paz y con integridad territorial. Pero abstrae que uno de esos estados es un agresor y el otro un agredido. De donde se empieza a perder y desdibujar cualquier posición política y moral de izquierda que se asocie a la emancipación humana, se pierde aquel ethos guevarista de “sentir en lo mas hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo”. Colocarse a medias, como un árbitro, por encima del conflicto y no tomar parte activa, también hace recordar la crítica gramsciana al reformismo de Croce, aquel “no empeñarse” en lograr los objetivos reales de la izquierda, la superación del capitalismo y el abandono de la opresión y la explotación, poniéndose del lado de todos los oprimidos del mundo.

La todavía más derechista Asamblea Legislativa, llena de sionistas, fue más clara y rechazó la aplicación de la Resolución 181 precisamente porque la política actual del sionismo es destruir por completo la independencia política del pueblo palestino, como medio para lograr el completo control del territorio de Palestina histórica. La Asamblea Legislativa está con los colonos que, apoyados por el estado sionista y con el armamento de potencias imperialistas, avanza metro a metro contra la población nativa palestina.

La votación oficial del plenario costarricense, que incluye la decisión del Frente Amplio de votar a favor de la resolución propuesta por la derecha religiosa, dice:

“Para que el Plenario guarde un minuto de silencio por los cientos de civiles y soldados de Palestina e Israel que han perdido la vida en razón de los ataques terroristas perpetrados por el grupo islamista HAMAS. Asimismo el Plenario manifiesta el repudio ante dichos ataques violentos y se une a la Comunidad Internacional para expresar sus condolencias a las víctimas y abogar por el retorno con vida de los secuestrados”

Acá el desbarranque del Frente Amplio es mayúsculo. Si en su posición propia ponía a las víctimas civiles como eje, acá hay un paso más a la derecha, pues parte de reconocer ya no las víctimas civiles sino las bajas militares, lo cual hace que se sobreentienda que en el plano militar para el Frente Amplio el estado sionista y HAMAS son fuerzas regulares de ejércitos convencionales equiparables entre sí, cuando lo cierto del caso es que uno es uno de los ejércitos imperialistas más poderosos del mundo y el otro es una formación militar no convencional combatiendo en una guerra asimétrica contra un enemigo de ocupación. Son fuerzas militares totalmente diferentes por su capacidad de acción y por su tamaño, pero cuyos “soldados” el Frente Amplio equipara, en acuerdo con Rodrigo Arias, Pilar Cisneros, con Nueva República, etc.

Como hemos dicho en la Declaración Internacional que hemos firmado como OSR:

“Israel tiene uno de los ejércitos más poderosos del mundo, armado hasta los dientes por Estados Unidos y la UE, con potencia nuclear. Y ejerce desde su fundación en 1948 sobre la base de la limpieza étnica de la población árabe una brutal opresión contra el pueblo palestino, al cual le arrebató en sucesivas guerras la mayoría de su territorio, dejándolo cercado en dos franjas estrechas sin unidad territorial. Los gobiernos del mundo que apoyan a Israel hacen la vista gorda ante los permanentes asesinatos, torturas y todo tipo de vejaciones que comete el gobierno de Netanyahu, considerado el más derechista de la historia del Estado de Israel. Y cuando hacen alguna referencia ponen un signo igual entre la violencia de los opresores y los oprimidos. En 2014, Israel lanzó la operación “Acantilado poderoso” con bombardeos sobre la Franja de Gaza que provocó más de 2310 palestinos asesinados. Los que realmente tienen derecho a defenderse son los palestinos que desde hace 75 años padecen la ocupación militar de su territorio y políticas de exterminio. Con su apoyo “incondicional” a Israel, los Estados imperialistas avalan nuevas masacres sobre el pueblo palestino.”

Si es necesario rechazar los métodos de HAMAS, ese rechazo no se debe hacer sobre la base de disolver las diferencias entre agresor y agredido.

Pero, si ese fuera el caso, si hubiese soldados palestinos propiamente, y si fueran parte de una fuerza relativamente convencional y en igualdad de condiciones ¿porqué entonces votar con el sionismo nacional que los ataques del sábado son “terrorismo”? ¿Realmente el Frente Amplio asume que HAMAS es igual que el Estado Islámico? La diferencia de la génesis entre uno y otro es enorme. HAMAS es uno de los resultados de la política sionista de ocupación, al punto que HAMAS mismo está por las fronteras del 67 y, en consecuencia, por el reconocimiento del Estado de Israel.

¿Era necesario que el Frente Amplio votara que una de las principales organizaciones políticas de un pueblo oprimido hace prácticas terroristas asociadas a su religión islámica para supuestamente estar a favor de dicho pueblo?

Ya después “repudiar los ataques del sábado” pero no la ocupación, significa repudiar las acciones militares de HAMAS, mismas que son parte de la guerra asimétrica que mencionamos. Este repudio se hace además en consonancia con la “comunidad internacional”, que para la derecha costarricense no es otra cosa que las potencias imperialistas, que apoyan al estado sionista.

En ese sentido el Frente Amplio se sumó con armas y bagajes al camino del sionismo, del imperialismo, de la derecha religiosa, contra las masas palestinas. Un completo desbarranque por donde se le mire. Poco importa que Eli Feinzag, diputado liberal que llamó a los palestinos “salvajes” y que es el sionista más radical del plenario, junto con su bancada haya votado contra dicha resolución. Importa poco porque la moción presentada por los liberales sionistas también condenaba los “actos del sábado” y también llamaba a declarar terrorista a HAMAS. Por lo que su política quedó contenida en la propuesta de la derecha religiosa que votó el Frente Amplio.

Así, la posición oficial del estado costarricense quedó establecida con los votos del Frente Amplio y su contenido es sionista.

La izquierda ante HAMAS

Pretender que en la política haya posiciones fáciles, que se solucionan con consenso permanente entre oprimidos y explotados, puede resultar muy convencional para estudiantes escolares, no para representantes políticos propiamente dichos y menos si se dicen de izquierda. La tarea de un dirigente en este sentido es más bien la de ayudar a aclarar las perspectivas ante la extraordinaria complejidad de los fenómenos políticos. Sin duda una posición respecto de HAMAS no es fácil, no se soluciona con una frase construida desde el sentido común de la democracia capitalista pro-sionista.

HAMAS claramente usó métodos de terror contra población civil. Sin embargo, en el conflicto histórico, también el sionismo usa esos métodos de terror. ¿No es acaso terror cortar el agua, la electricidad y la comida a la Franja de Gaza? ¿Destruir hospitales, bombardear con fósforo, encarcelar miles de niños? Asumir que el terror no es parte de la guerra es una ilusión que el reformismo monta. Una guerra implica grados de terror. No hay ninguna guerra humanitaria por sus métodos. Por ello hacer énfasis en el terror para caracterizar todo el escenario bélico es una desproporción enorme que desubica todo el contexto, lo que le pasa al Frente Amplio. Un caso de ideología en el cual las ideas abstractas de humanitarismo y democracia capitalista nublan comprender la guerra como tal.

Como hemos dicho en nuestra Declaración Internacional:

La acción de Hamas fue celebrada en todos los territorios palestinos, ya que se vio como la posibilidad de continuar la resistencia contra el opresor, una resistencia que todos los Estados imperialistas del planeta quieren borrar. La incursión armada mostró una imagen de vulnerabilidad de “Goliat” frente al “David” de la resistencia palestina, lo que también cosechó enormes simpatías entre las poblaciones árabes de todo medio oriente, oprimidas por el imperialismo.

Defendemos el legítimo derecho del pueblo palestino a defenderse y resistir al Estado genocida de Israel y condenamos toda la hipocresía del imperialismo contra el pueblo palestino, al que acusa de terrorismo, mientras apoya la ocupación israelí.”
Sin embargo, la acción militar de las milicias de Hamas, atacando por igual puestos militares y a la población civil, fue fácilmente instrumentalizada por Netanyahu y los Estados imperialistas para intentar legitimar su declaración de guerra. También le ha permitido al gobierno israelí aglutinar a toda la oposición y sectores críticos detrás del apoyo a una ofensiva militar contra la Franja de Gaza. Rechazamos los ataques a la población civil. No compartimos los métodos de Hamas, que impiden avanzar hacia la necesaria unidad en la lucha entre la población árabe palestina, los árabes israelíes e incluso sectores de la clase obrera judía que rompan con el sionismo y su política criminal, contra el Estado de Israel y su sistemático apartheid. Tampoco compartimos su programa y su estrategia, que proclama como objetivo la instalación de un Estado integrista islámico en todo el territorio del Estado de Israel. Si la política de “dos Estados” que impulsó la ANC mediante los acuerdos de Oslo se mostró como un rotundo fracaso, tampoco es ninguna alternativa progresiva la que propone Hamas.
"

Nosotros, OSR y la FT-IV, no estamos de acuerdo con esos métodos de terror. No por un rechazo ideológico o doctrinario, como el Frente Amplio. Sino que rechazamos esos métodos porque logran, precisamente, que el sionismo tenga más excusas para sus campañas de propaganda, pero también porque esos métodos de acción no son métodos de acción de las masas palestinas y no contribuyen a su autodeterminación nacional. Que acciones masivas son posibles es claro viendo la oleada de huelgas generales contra provocaciones sionistas que en los últimos tiempos hizo la clase obrera palestina.

Pero reconocemos a HAMAS como un actor en el conflicto. Y no lo hacemos solo nosotros, lo hace HAMAS mismo al tener cierto grado de legitimidad política, cierto apoyo de las masas palestinas y cierta capacidad de combate. Calificar de "terrorista" a una organización así es extender mucho el término, pues los objetivos de HAMAS son radicalmente distintos a los de ISIS, Al-Qaeda, o quien haya hecho el intento de asesinato a Cristina Fernández, en Argentina, para poner un ejemplo.

HAMAS es una organización ‘terrorista’ si se entiende que ese término es el usado por el imperialismo para calificar organizaciones políticas que no cumplen sus designios. No hay otro contenido alguno. La violencia brutal la hacen los Estados Unidos en Guantánamo o contra los George Floyd, Francia en las calles contra sus ciudadanos para obligarles a trabajar más, en Alemania cuando le sacan los ojos a manifestantes climáticos, etc. Por ello la violencia en sí no es parangón, le guste a quien le guste, para equiparar diferentes organismos políticos.

HAMAS es una organización política cuyo objetivo son las fronteras del 67, que tiene una ideología que mezcla liberación nacional palestina con islamismo. Su existencia y sus métodos son productos de la ocupación. Condenar esos métodos pero no la ocupación es condenar el legítimo derecho de un pueblo oprimido a luchar por su liberación nacional. La izquierda claramente no comparte sus métodos, pero entiende que esos métodos son producto de las circunstancias de la ocupación y por ello no los rechaza doctrinariamente ni en seguidismo al imperialismo y al sionismo. No queda otra que asumir esta complejidad.

Pero las dificultades para la izquierda no terminan allí. Una posición clara frente a HAMAS es solo una parte.

Desde la partición en el 48, pasando por acuerdos de Oslo y por los acuerdos de Abraham, toda la perspectiva de que puedan coexistir dos estados iguales, uno a la par del otro, ha ido de crisis en crisis. La Autoridad Nacional Palestina, encabezada por Mahmud Abbas se encuentra hace mucho tiempo en una crisis terminal. La ofensiva israelí durante los últimos años relegó a Abbas a una posición aún más irrelevante y dejó expuesta su política de colaboración con los ocupantes.

La crisis de Al-Fatah es la crisis de la perspectiva de los dos estados, que es la misma política de todos los imperialismos. Que se entienda: dos estados significa que el estado sionista va a seguir avanzando y el hipotético, ideal, estado palestino sirve para que las masas palestinas no hagan una nueva Intifada o acciones de masas radicales contra el ocupante sionista.

Esta crisis es, también, la crisis de la perspectiva de una Palestina laica, democrática y capitalista. No hay forma de que con las actuales condiciones sea factible que exista un estado palestino capitalista normal. Cualquier coexistencia con el estado sionista, imperialista y colonizador, hace del todo inviable esa perspectiva.

Por otro lado, se requiere una solución específica ante el sionismo de masas del estado sionista. Para romper un “bloque histórico” (para usar palabras de Gramsci) de esa magnitud es necesario que se desate la lucha de clases dentro del estado sionista. Ya las masas palestinas han marcado el camino con las sendas huelgas generales que han realizado en territorio ocupado y en Israel.

La unidad de la clase obrera, palestina y judía, contra los explotadores del trabajo, es el mejor remedio para que la clase obrera judía rompa con el sionismo, condición elemental para la destrucción del estado sionista y la erradicación de sus agentes, tanto los directos como los velados. Y una vez en este camino, a la clase obrera unificada en el territorio de la palestina histórica, se le abre la perspectiva de una Palestina obrera, socialista.

Esa es la orientación que la izquierda internacionalista, comunista, marxista, debe sostener contra viento y marea para evitar caer en las provocaciones y pasivizaciones del sionismo. Eso requiere valentía para enfrentar al sionismo en todos los ámbitos.

En este marco, de manera inmediata, levantamos las siguientes consignas, de manera conjunta con las otras organizaciones de la FT-IV, organismo internacional que lleva adelante el esfuerzo de la red internacional de La Izquierda Diario:

¡Alto a los bombardeos y la intervención militar israelí!
¡Abajo las sanciones económicas y las medidas de castigo colectivo que hunden más en la miseria al pueblo palestino!
¡Liberación de los presos palestinos!
!Alto a toda la ayuda financiera y militar de Estados Unidos a Israel!
!No al envío de armas a Israel. Ruptura de todos los acuerdos políticos y militares con Israel!

 
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