La oficina humanitaria de Naciones Unidas advirtió este lunes que los hospitales de la Franja de Gaza están al borde de agotar sus reservas de combustible, un elemento esencial para garantizar la electricidad. Recordemos que Israel mantiene cortada la luz en toda la Franja desde hace una semana, además del agua hasta este domingo.
Además del combustible que permita mantener en funcionamiento los equipos médicos, los centros de salud están agotando rápidamente sus insumos esenciales: gazas, antibióticos, calmantes, suero, desinfectantes, al mismo tiempo que, a causa de los bombardeos permanentes, están recibiendo un nuevo paciente por minuto en promedio.
Así, Israel está arrastrando deliberadamente a una catástrofe humanitaria a la Franja de Gaza donde viven acinados 2,2 millones de palestinos. La brutal ofensiva del gobierno sionista ya se cobró la vida de casi 3.000 personas, entre ellas más de 700 niños, otros miles de heridos, muchos de ellos graves, y el desplazamiento forzoso de cientos de miles desde la ciudad de Gaza hacia el sur de la Franja.
El desastre promete ser mucho mayor en los próximos días con la inminente invasión del Ejército israelí a Gaza.
El primer ministro Benjamín Netanyahu encubre la devastación que está haciendo en Gaza en una "guerra" contra la organización palestina Hamas que gobierna la Franja y que el sábado 7 de octubre efectuó una incursión en poblados israelíes limítrofes y lanzó 5.000 cohetes causando unos 1.500 muertos, otros tantos heridos y tomando cerca de 200 rehenes.
Pero la realidad de esa "guerra" es que desde que llegó el Ejército israelí a los poblados atacados y comenzaron los bombardeos sobre Gaza, no ha habido nuevas incursiones de Hamas y el lanzamiento de cohetes es mínimo. Mientras, Israel lleva adelante un nuevo castigo colectivo casi sin precedentes, incluyendo crímenes sancionados por la Convención de Ginebra como la utilización de Fósforo Blanco, u ordenar la evacuación de una ciudad como Gaza donde viven 1,3 millones de habitantes.
En cuanto a la orden de evacuación, que Israel pretende presentar falsamente como un intento de resguardar a los civiles, hay que recordar que la mayoría de la población no cuenta con medios de locomoción para huir, o combustible. Entorno a los hospitales y escuelas se refugian miles de familias que se vieron forzados a abandonar sus hogares porque fueron destruidos por las bombas o por temor a que eso ocurra. Además de los heridos graves, están los pacientes internados que tampoco pueden movilizarse, por lo cual la propia ONU ha manifestado que resulta impracticable su evacuación.
Lo que está llevando a cabo el Estado de Israel es una verdadera masacre enmarcada en una historia de ocupación del territorio palestino desde 1948 y particularmente ilegal desde 1967 sobre la Franja y Cisjordania, según ha sancionado la propia ONU. Desde entonces el pueblo palestino vive una situación de limpieza étnica, con un bloqueo que transformó la Franja en una cárcel a cielo abierto y un régimen de apartheid en Cisjordania con miles de check points y cientos de asentamientos ilegales de colonos judíos que ya suman cerca de 600.000.
Doblando la apuesta, Natanyahu (amparado por EE.UU. que envió a su mejor portaaviones y su Secretario de Estado está en gira permanente por la región), acaba de amenazar a el Líbano e Irán con "un costo que nunca vieron" si intervienen en favor de Palestina. Estos países, entre otros, han manifestado su repudio a la ofensiva israelí y alertado sobre la masacre que se avecina sobre la Franja.
Otros países, cómplices de Israel como Egipto (que mantiene cerrado el único paso fronterizo que controla con la Franja en Rafah) o Arabia Saudita, rechazaron la orden de evacuación y la amenaza de invasión israelí.
Para terminar con esta masacre es indispensable que la resistencia del pueblo palestino se una a la lucha de sus hermanos de clase en todos los países árabes y en Irán, así como a la lucha de la clase obrera judía que rompa con el sionismo, para construir una Palestina obrera y socialista donde puedan convivir pacíficamente árabes y judíos.
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