A pesar de las expectativas de cambio generadas entre amplios sectores de trabajadores, el gobierno de la 4T, tanto a nivel federal como en la CDMX, ha continuado y profundizado las políticas de precarización laboral. Entre las y los trabajadores estatales, esto se ha llevado adelante mediante la llamada “austeridad republicana”, que ha sido descargada sobre los sectores de los niveles escalafonarios más bajos, mientras que los altos funcionarios siguen cobrando altísimos sueldos.
Junto con los miles de despidos injustificados en distintas dependencias en lo que va del sexenio, las figuras de trabajo precario como nómina 8, honorarios, servicios profesionales y otras se han multiplicado, además de que se han creado las de becarios o beneficiarios para las y los trabajadores de programas sociales, a quienes no se les reconoce ni siquiera la relación laboral.
Claudia Sheinbaum, quien viene haciendo campaña rumbo a las elecciones de 2024 para suceder a AMLO en la presidencia, no sólo es responsable de esta situación en las dependencias y programas sociales de la capital del país, sino que obliga a sus trabajadores a realizar actividades proselitistas y de trabajo territorial del Morena, además de que promueve para la jefatura de gobierno a Omar García Harfuch, implicado impunemente en la desaparición de los 43 de Ayotzinapa.
Mientras tanto, el jefe de gobierno suplente, Martí Batres, niega toda posibilidad de diálogo con los trabajadores que se organizan en defensa de sus derechos.
Todos estos ataques a los derechos humanos y laborales de las y los trabajadores estatales no hubieran avanzado sin la colaboración traidora de los dirigentes de la FTSE, SNTE, SUTGDF, SNTSA y demás sindicatos estatales, que así como fueron serviles en los gobiernos del PAN y el PRI, hoy lo son con el de Morena y la 4T.
Sin embargo, en continuidad con los procesos de organización y lucha de trabajadores estatales que se han desarrollado en la capital a lo largo del sexenio y que hoy se expresan, por ejemplo, en las movilizaciones del sector salud, actualmente varias agrupaciones y sindicatos de distintas dependencias y sectores vienen impulsando la Coordinadora de Trabajadoras y Trabajadores de la CDMX, que este lunes inicia una “Jornada de lucha en defensa de nuestros derechos laborales”.
En el magisterio y la educación pública también venimos padeciendo políticas precarizadoras hacia nuestro sector, que son continuidad de los ataques neoliberales de los gobiernos previos. Ejemplo de ello es el régimen de excepción laboral en que seguimos, que viene de la reforma educativa de Peña Nieto, mientras que la Nueva Escuela Mexicana está aumentando considerablemente nuestra carga laboral, se recortan los periodos de descanso y el bajo presupuesto destinado a la educación perpetúa las carencias en las escuelas y el rezago educativo.
Pero el problema no es la falta de recursos sino que, mientras la precarización laboral se extiende cada vez más y sectores como la educación y la salud públicas están muy por detrás de las necesidades sociales, miles de millones de pesos se destinan a cuestiones como la Guardia Nacional, la militarización del país, los megaproyectos y el pago puntual de la deuda pública, que no están en el interés de las grandes mayorías, sino de los grandes empresarios.
Por eso, desde la agrupación magisterial Nuestra Clase saludamos combativamente la jornada de la Coordinadora de Trabajadoras y Trabajadores de la CDMX y nos solidarizamos con la lucha de las y los estatales contra la precarización laboral, los despidos, por basificación, por plenos derechos y mejores condiciones laborales, considerando la necesidad de la unidad, la organización y la movilización de los trabajadores con independencia política, tanto del gobierno como de la oposición de derecha, de la que no podemos esperar sino todavía peores condiciones.
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