Melisa Trad es oriunda de la provincia de San Juan. Es periodista y master en seguridad internacional. Hace diez días estaba en Cisjordania, uno de los territorios (junto a Gaza) donde vive la mayor parte de la población palestina. Ella fue parte del primer contingente de ciudadanas y ciudadanos que fueron “repatriados” desde Medio Oriente por parte del Estado argentino.
Tras llegar a su país, Trad dio varias entrevistas en las que relató su experiencia siendo corresponsal en territorio palestino. Una de ellas fue este martes a la mañana en el canal LN+, cuya línea editorial (como la de tantas corporaciones periodísticas, sin “grieta”) es de apoyo incondicional al Estado de Israel en su avanzada criminal y genocida contra toda la población palestina, utilizando la excusa de la también criminal incursión de Hamas del pasado sábado 7 de octubre.
Tal vez muy mal asesoradas por su producción, las conductoras Débora Plager y Marina Calabró pensaron que la invitada diría todo lo que sus oídos querían escuchar. La cosa iba tranquila mientras la especialista en temas internacionales relataba cómo fue el viaje desde Medio Oriente a Argentina. Pero todo cambió cuando Trad empezó a contar lo que ella vivenció en Cisjordania. De hecho dijo que estaba en Ramallah (capital cisjordana) debido a que este “no es un conflicto que comenzó ahora sino que viene de mucho tiempo atrás y me interesa contarlo”.
En ese marco, criticó que el grueso de los corresponsales (argentinos y occidentales en general) están en Israel y que haya muy pocos del lado palestino. Incluso mencionó que hubo periodistas y miembros de la ONU asesinados en Gaza por bombardeos israelíes y eso no tiene la cobertura que merece.
En ningún momento Trad dejó de manifestar su pesar por todas las víctimas civiles que mueren o resultan heridas tanto en uno como en otro lado de la “frontera” (siempre corrida por la política colonial y segregacionista de Israel). Sin embargo, las conductoras cambiaron su tono y decidieron intentar anular los argumentos de la entrevistada.
La situación llegó al punto de que Plager quiso hacerle decir a su colega aquello que la colega no piensa. Casi como una imposición de la línea editorial del medio por el que se trasmitía la conversación. Un despropósito que se inscribe en el decálogo de aquello que el periodismo, bien entendido, no sólo no puede sino que no debe hacer.
Más allá de las diferencias ideológicas o políticas, quien busca esclarecer los hechos de la realidad lo que mínimamente debe garantizar es la libre expresión de sus fuentes y de las personas a las que entrevista.
La cosa subió de tono al punto que Plager le dijo “Melisa, ¿entendés lo que estás diciendo?”, a lo que Trad respondió “sí, yo estuve ahí, no sé vos”. Y ante cada explicación de la invitada sobre determinado hecho o asunto, sobrevino una supuesta “desmentida” o directamente un intento de desautorización y desvalorización conceptual.
Pero el asunto tuvo un punto cúlmine cuando, en el habitual “pase” de programas, se sumó Luis Novaresio. Alegando algún tipo de ofensa moral, el periodista dijo estar "azorado" y directamente se negó a intercambiar información y opiniones con la invitada. “Si a vos te queda cómodo defender la dictadura, a mí no; no quiero seguir hablando con la señora Melisa Trad”, les dijo el conuctor a Calabró y Plager.
Trad intentó decirle: “Me gustaría que no me dejes así, porque la verdad es que no estoy defendiendo ninguna dictadura”. Pero Novaresio la ninguneó y le dijo a sus compañeras: “Débora, Marina, si ustedes quieren hablar, yo prefiero retirarme de cámara, no hablo con antisemitas, no hablo con homofóbicos, no hablo con misóginos, gracias”. Una mezcolanza muy consciente para confundir a la audiencia y no debatir en serio sobre lo que pasa en Palestina. Dicho eso, el conductor salió de cuadro.
Minutos después Plager se encargó de cortar la entrevista de muy mala manera con Trad y luego, con la invitada ya fuera de cámara y Novaresio repuesto, continuaron haciendo propaganda prosionista, sin perder nuevamente la oportunidad de amalgamar antisionismo con antisemitismo, en contra de toda evidencia histórica y filosófica.
Para quienes consideran al periodismo como una disciplina basada en la libre circulación de preguntas y respuestas en pos de conseguir información, ideas y opiniones que contribuyan a despejar dudas en la sociedad o a contar, lo más cercanamente posible a la verdad, aquello que es de interés público, lo que se vio en LN+ este martes por la mañana fue una verdadera lección… de aquello que debe aborrecerse.
Si es cierto (como lo es) que en una guerra la primera en morir es la verdad, alto favor le vienen haciendo a ese apotegma quienes cada día, desde las pantallas de las grandes empresas mediáticas, nos relatan “la verdad” perfilada según los intereses del Estado de Israel y sus potentes protectores imperialistas. Tanto que ni siquiera se bancan que una invitada plantee, cuanto menos, una revisión seria de tanto cliché propagandista del racismo, el colonialismo y el apartheid del Siglo XXI.
La entrevista completa subida por la propia Melisa Trad |