Desde el 20 de abril, la Comisión del Trabajo del Senado de la República ha realizado diferentes foros para discutir el tema con representantes sindicales, grupos empresariales y organizaciones de la sociedad civil. En este proceso, entraron a discusión los 8 proyectos de reforma con respecto a la jornada laboral, la respuesta del vicepresidente de la Confederación de Cámaras Industriales de los Estados Unidos Mexicanos (CONCAMIN), Eduardo Ocampo, enfatizo que el país aún no está preparado para una reducción de horas laborales de este tipo, y señaló que la iniciativa puede afectar los intereses de los empresarios y la economía del país. ¿Realmente esto es así?
Para los grupos empresariales, la jornada de 40 horas de trabajo solo debería de ser aprobada si se garantiza mantener los niveles de la productividad de los centros laborales, es decir, quieren mantener o en dado caso incrementar el nivel de explotación de los trabajadores, para preservar y aumentar sus ganancias.
El director del Centro Empresarial Coahuila Sureste Miguel Monroy, declaró que, en estas mesas de trabajo, debe darse voz a los empresarios “por ser quienes tendrán que absorber el impacto de estas decisiones”, cuando son los trabajadores coahuilenses los que durante años hemos enfrentado las consecuencias de jornadas de 10 horas o más por salarios que cada vez alcanzan para menos.
Coahuila y la frontera norte, cuna de la explotación laboral
Este conflicto se agudiza en los estados del norte por su cercanía con los Estados Unidos y las alianzas comerciales que se tienen con empresas norteamericanas y transaccionales. Las declaraciones de Mariano Serna Muñoz, presidente de la Cámara Nacional de Comercio (CANACO) en Torreón, quien se escuda en la propuesta de un Parlamento Abierto y afirma que de aprobarse la reforma laboral, los más perjudicados serían los propios trabajadores ya que esta medida repercutirá en que aumenten los precios y, por ende, tendrán que buscar un segundo empleo para poder hacer frente a estos supuestos incrementos.
Serna Muñoz fue enfático en el rechazo a la propuesta de reducción de la jornada propuesta por Morena. Sin embargo, aunque se apruebe dicha reforma esto no garantiza que se vaya a aplicar realmente a todos los trabajadores, ya que no todos estamos sindicalizados si contamos con empleos formales, por lo que esta medida beneficiaría solo a un sector reducido, y no a la totalidad de la clase trabajadora, aunque Morena difundiría esta iniciativa como un beneficio para todos los trabajadores y seguiria legitimando la idea de que “se puede gobernar para ricos y pobres”.
Y es que las largas jornadas que se trabajan en Coahuila y el resto del país, provocan en los trabajadores enfermedades, estrés y ansiedad desbordada por la falta de descanso, la angustia por sobrevivir con un bajo salario y solo vivir para trabajar. Esto no parece ser importante para los empresarios y sus voceros, ya que Serna Muñoz argumentó que con las condiciones económicas actuales del comercio organizado no podrían respaldar la reducción de horario.
Para los empresarios esta medida solo sería efectiva, si se cuenta con programas federales de apoyo a los empresarios, garantizando ajustes en las deducciones fiscales y el apoyo económico a trabajadores en vez de aumento de salarios, con el fin de aumentar la fuerza laboral. Bajo esta retorica, la cúpula empresarial en Coahuila intenta ocultar que es más importante seguir con sus negocios, mediante la súper-explotación de los trabajadores y buscan desacreditar la medida de reducción de horas, como una supuesta afectación tanto a los empresarios como a los consumidores asociándolo a la actual situación económica internacional.
Trabajar 6 horas, 5 días a la semana ¡es posible!
Está comprobado que los trabajadores en México son los que más horas laboran al año, con un promedio de 2 mil 137 horas de trabajo, siendo así el año laboral más alto entre los países integrantes de la OCDE, que promedian mil 730 horas de trabajo en un lapso similar de tiempo.
Por ello, la iniciativa por la reducción de la jornada laboral ha generado simpatía entre los trabajadores pero, es importante recalcar que hasta ser aprobada o no la reforma, no esta especifica la relación entre su reducción y las percepciones salariales. Aun así, no se puede descartar que la clase empresarial quiera reducir el salario a partir de la reducción de la jornada y no hay ninguna garantía de que sus acciones tengan consecuencias, pues en el pasado hemos visto como los partidos del régimen manipulan las leyes a favor de la patronal, y como se sigue viendo en casos como los de Altos Hornos de México (AHMSA).
Desde una perspectiva socialista, consideramos que una reducción en la jornada laboral puede ser todavía más ambiciosa para la clase obrera; con los avances tecnológicos en Coahuila y el resto del país es factible la reducción de la jornada laboral a 6 horas, 5 días a la semana si se reparten las horas de trabajo entre ocupados y desocupados -para atacar el desempleo- y sin que haya reducción salarial; se puede garantizar que el salario crezca y se actualice automáticamente por encima de la inflación, siempre y cuando haya impuestos progresivos a las grandes fortunas.
La iniciativa de Morena genera mucha expectativa entre la sociedad, sin embargo hay que ser conscientes de que para logar conquistar esta demanda histórica del movimiento obrero, debemos apelar a la organización de los trabajadores desde las bases y nuestras herramientas clásicas de lucha como los paros, huelgas y manifestaciones. No podemos depositar toda nuestra confianza sólo acciones legislativas, ya sean de Morena y los partidos de la derecha.
Es urgente que todos los sindicatos en Coahuila como la CTM, el SNTE y el Sindicato Minero, convoquen a los trabajadores a movilizarse para exigir la reducción de la jornada laboral, pues por las declaraciones de los empresarios, no hay garantía de que esta reforme se aplique.
De continuar la lucha de la clase trabajadora por la reducción de la jornada laboral, los trabajadores seguiremos topándonos con trabas y protección patronal, estas reformas se llevan a cabo sin tomar en cuenta a cada obrero. Mientras tanto, la burocracia sindical que asisten a los diálogos o “negociaciones”, no permite que los trabajadores participemos en la discusión y toma de esas decisiones. En una última instancia esta reforma, de consolidarse probablemente implicará “compensaciones” hacia con las patronales ya que con el poder de decisión poseen dentro de sus propiedades, puedan disponer de nuestros tiempos libres y nuestras vidas, si no hacemos algo por detenerlos de forma conjunta como clase trabajadora, tanto en Coahuila como en el resto del país.
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