Luego de que en la semana se registrara una fuerte suba de la carne, que superó el 20% de aumento, la semana termina con la noticia de un nuevo aumento sensible para la canasta básica y para la alimentación básica de millones de familias: el kilo de pan.
Tras conocerse distintos aumentos en los insumos, y la autorización del Gobierno para el incremento del precio del trigo, este viernes el Centro de Panaderos de Merlo fijó un aumento del 25% para el kilo de pan. De esta manera, el kilo se comercializa entre $1100 y $1300, según los distintos puntos del país.
Martín Pinto, titular del Centro de Panaderos de Merlo, aseguró: "Varios centros panaderos de la provincia de Buenos Aires hemos decidido aumentar en el día de la fecha un 25% nuestros productos de panadería, debido a los grandes incrementos en la harina, su falta y los aumentos en todo el resto de los insumos". Y señaló que existe "una especulación atroz en el sector".
Los alimentos por encima del promedio y los salarios por el piso
El problema de la inflación se conviritió en un verdadero flagelo a lo largo del año y sobre todo en los últimos meses, luego de la devaluación realizada por el Gobierno en la mañana del 14 de agosto, horas después de conocerse el resultado de las PASO. Durante ese mes, el INDEC informó que el aumento de precios general alcanzó un 12,4% y en septiembre la cifra fue incluso superior, llegando al 12,7%. Y si miramos el precio de los alimentos que componen la Canasta Básica Alimentaria, el panorama es todavía peor, subiendo un 14,3% en agosto y 13,2% en septiembre.
La situación es realmente difícil para millones de familias y hogares que se encuentran debajo de la línea de pobreza y que ven como sus condiciones de vida se deterioran mes a mes, con sueldos formales que corren de atrás los aumentos de precios y con trabajadores no registrados que directamente pierden por goleada contra la inflación.
Según datos del Indec, los salarios del sector privado registrado perdieron en lo que va del año 1,9% (agosto 2023 versus diciembre 2022) y aún está un 22,2% por debajo de 2015 (agosto 2023 versus octubre 2015). En el sector público la pérdida, en relación al 2015, alcanza un 25,3%.
Pero sin dudas la peor parte se la llevan los trabajadores no registrados, quienes según estos datos sufrieron una baja en el poder de compra de su salario de 9,1% en lo que va del año y acumulan un 44,1% de pérdida si se toma como referencia el mes de octubre de 2016, cuando gobernaba el macrismo.
A pesar de la recuperación que el oficialismo tuvo con respecto a las PASO, quizá deba buscar en esta razón el motivo por el cual perdió más de 3 millones de votos en comparación con las elecciones generales de 2019, rompiendo con el corazón de sus promesas electorales. Aquel compromiso que postulaba que bajo el gobierno del Frente de Todos se recuperaría lo perdido durante el marismo quedó en el olvido, hecho añicos por una orientación política y económica que eligió subordinarse a los mandatos del FMI y aplicar sus recetas de ajuste, atacando incluso su propia base social.
Un ataque a las condiciones de vida de la enorme mayoría de los trabajadores que se profundiza con estas noticias de aumentos, legitimados por toda la dirigencia sindical que durante estos últimos años no ha puesto un pie en la calle más que para hacer campaña electoral.
Ninguna esperanza se puede depositar en que esto mejore de la mano de los responsables del ajuste, que son quienes nos trajeron hasta acá. Por el contrario, es necesario organizarse y pelear por medidas de emergencia como aumentos de salario, jubilaciones y planes sociales, y su actualización automática por inflación, en el camino por empezar a construir otra respuesta a la crisis y el ajuste que seguirá profundizándose. |