"En las últimas horas escuchamos pedidos de aumento del 40%, del 20%, del 10%, muy por encima de la realidad que un sector de los grandes ganadores de la economía argentina necesitaba a los efectos de seguir invirtiendo", dijo el ministro de Economía y candidato a presidente Sergio Massa este miércoles por la mañana, al mismo tiempo que convalidó una suba de un 10 % en los precios de los combustibles y otorgó un nuevo beneficio de postergación de impuestos a las petroleras el mismo día. Por si faltaba poco, mantiene reuniones con las empresas para discutir aumentos adicionales.
Massa dio este 1 de noviembre por la mañana un breve mensaje de cinco minutos para explicar la medida que salió en el Boletín Oficial en donde el posterga el cobro de impuestos para mejorar la rentabilidad de las petroleras con el argumento de que así evitaría el incremento (en realidad, uno mayor del que ya estaba habilitando) en el surtidor.
El domingo, el ministro había amenazado a las refinadoras para que normalicen el servicio -"o no sale un barco más [de exportación]". No se consumó ninguna de las amenazas de limitar las exportaciones pero sí una nueva concesión ante los intereses y la presión de las empresas por mantener sus márgenes de ganancia.
A su vez dijo que el desabastecimiento "se había superado", mientras en las estaciones de servicio aún había largas filas o directamente muchas cerradas, en parte, para extorsionar por subas mayores.
"En el día de hoy está publicado el decreto que establece el congelamiento del ICL (Impuesto a los Combustibles Líquidos). Un mecanismo por el cual el Estado no aumenta su participación en los impuestos para que la nafta no aumente más. Quiere decir, resignamos recursos del Estado, dejamos de cobrar impuestos a los efectos de que la nafta no aumente más de lo debido", aseguró Massa.
Se trata de un nuevo atraso en los aumentos trimestrales que corresponden al Impuesto sobre los Combustibles Líquidos (ICL) y el Impuesto al Dióxido de Carbono (IDC), los cuales deberían actualizarse en base al Índice de Precios al Consumidor (IPC-inflación) en los meses de enero, abril, julio y octubre. Se estima que la medida significará una pérdida millonaria por la recaudación de unos U$S 250 millones por mes, al mismo tiempo que buscará compensarla con nuevos ajustes del gasto público y del gasto social para cumplir con el recorte del déficit fiscal acordado con el FMI.
Aumento de la nafta desde noviembre
El martes 31 de octubre venció el congelamiento de precios dispuesto poco después de las PASO tras un aumento del 12,5% acordado luego de la devaluación que aplicó el propio Sergio Massa. Pero tampoco las empresas lo cumplieron del todo, a pesar del acuerdo tanto empresas privadas como YPF (de capital mixto) aplicaron diferentes aumentos del 2 al 3%. Incluso, recientemente debido a la falta de combustible algunas estaciones de servicio, en especial del interior del país, aplicaron discrecionalmente aumentos bastante mayores.
De esta forma, vencido el plazo y presionando por un aumento mayor al estipulado, la empresa YPF aumento 9,6 % sus listados. La nafta súper pasó de $ 248 a entre $ 272 y $ 275 y la premium, de $ 318 a $ 348. En tanto, el precio del gasoil común subió de $ 266 a $ 299 y el Euro, de $ 363 a $ 398.
Raízen, la empresa que maneja la marca Shell, y Axion, también aplicaron subas similares. Esta última aplicó un aumento promedio de 7,5 % y en sus estaciones la nafta súper se vendía a $ 282. Shell hizo un ajuste promedio de 7,6% lo que llevó la nafta súper a entre $ 286 y $ 289, según las estaciones.
Por su parte la empresa Trafigura, que maneja la marca Puma, aplicó una suba del 7,8 % en promedio, para nafta y gasoil.
Más nafta al fuego de la inflación
A pesar de una postura de "dureza" ante las empresas, Sergio Massa terminó convalidando el relato patronal de que no pueden garantizar el abastecimiento y precios bajos porque "no les da" al rentabilidad. En realidad, tras el beneficio del "dólar Vaca Muerta", lo que quieren las empresas es aumentar exportaciones, aduciendo también que el precio interno está desfasado del internacional. No ocurre lo mismo cuando es a la inversa y solicitan más "ayuda estatal" para subsidiar el diferencial.
En este tironeo, quienes pagan las consecuencias del desabastecimiento y la suba de tarifas son millones de consumidores. No solo porque sube el precio combustible en sí, sino porque se trata de un insumo básico para la producción en muchos sectores (por ejemplo, el agro) y el transporte de mercancías, incidiendo en la formación de precios del resto de las mercancías. Es decir, alimentando la disparada inflacioanria.
Mientras tanto, las empresas hidrocarburíferas siguen percibiendo subsidios millonarios del Estado. De acuerdo al presupuesto vigente, para 2023 es de $ 150.112 millones y en el proyecto enviado por Massa al Congreso para 2024, ese ítem asciende a $263.850 millones. Entre las beneficiarias se encuentran Tecpetrol (de Paolo Rocca), Total Austral, Pampa Energía, Compañía General de Combustible (de Eurnekian), Pan American Energy, Wintershall DEA, YPF S.A..
Según información difundida por el propio Gobierno, en breve estarían llegando del exterior diez buques con combustible para “reforzar la oferta”. Ocho de ellos irían a YPF, uno a Shell y otro a Puma. Eso, dicen, podría “descomprimir” la situación. Mientras tanto, las mismas corporaciones prefieren eludir toda responsabilidad y no dejan de acusar a la población de haber generado “una sobredemanda generada por una expectativa de desabastecimiento”.
En una de las últimas sesiones de la Cámara de Diputados de la Nación, Nicolás del Caño se adelantaba al problema y planteó una propuesta "desde abajo"para resolver esta crisis. En medio de la discusión impulsada por el Gobierno sobre la llamada “Ley de Promoción del Gas Natural Licuado” propuso “avanzar en una nacionalización integral de todos los recursos energéticos, para poder desarrollar un plan racional, discutido con las comunidades, con los trabajadores, con los especialistas, los científicos y científicas de nuestras universidades públicas. Un plan racional que esté en función de las necesidades de la población, de las grandes mayorías trabajadoras y que no esté puesto en función de entregarles más beneficios a las multinacionales”. |
