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30 de noviembre de 2024 Twitter Faceboock

Fraude Constitucional
El baile de las máscaras
Roberto Acuña (Zonyko)
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I) Algunos antecedentes: ¿Cómo llegamos hasta acá?

Veníamos planteando ya en distintas notas la crisis orgánica en curso, y cómo ésta posee hasta el momento su mayor dinamismo en la esfera política, ciertamente la situación económica tampoco es auspiciosa, en especial para el pueblo trabajador, una inflación permanente y el desempleo que amenazan con dispararse, no obstante la crisis de régimen que explota el 2011 y encuentra su pic en octubre 2019, no se ha cerrado y mantiene a la burguesía en tensión. La rebelión ya pasó, es un hecho, pero la crisis que abrió en las alturas sigue ahí. Toda una cadena de acuerdos, que encuentra su génesis en el infame 15N, ha traído la situación hasta acá. Allí la responsabilidad de Apruebo Dignidad, y del propio Boric, es criminal. También la burocracia sindical, la CUT, dirigida por el reformismo y con peso en la Mesa de Unidad Social jugó un rol de contención primero, y directamente desmovilizador después.

En el primer desvío, donde la burguesía acorralada por una correlación de fuerza mucho más desfavorable, cedió por ende más, emergieron fenómenos (político-electorales) como La Lista del Pueblo, los independientes de izquierda pesaron mucho, como así también el Partido Comunista. Este fue el periodo de la Convención Constitucional (CC) el desvío de izquierda. La CC no tomó las peleas de octubre, y se encerró en un debate leguleyo, totalmente subordinada a los poderes constituidos y sus ritmos.

El texto resultante, un tímido intento de cooptación a distintos sectores, como por ejemplo al pueblo Mapuche mientras en simultáneo se militarizaba bestialmente el Wallmapu, reconocimientos formales de derechos históricamente negados, pero sin tocar los pilares de la herencia de la dictadura ni los acuerdos internacionales con el imperialismo. En simultáneo, la pandemia jugó un rol desmovilizador, que vino a reforzar la línea de la burocracia sindical dirigida por el PC o fuerzas afines al oficialismo. El Gobierno de Boric, que traicionando su propio programa, asumió en gran parte la agenda de Piñera, constituyó un golpe a la moral de amplios sectores populares. Todo esto condujo a un estrepitoso fracaso del primer desvío, el triunfo del Rechazo en el plebiscito de salida. Y en cada batalla electoral, el centro político se undia, una línea de centro burgués ha buscado en distintos momentos abrirse camino, fracasando constantemente.

El segundo “desvío”, donde hegemonizan los Republicanos y que han logrado enfilar tras de sí a Chile Vamos, el fraude constitucional, es producto de una correlación de fuerzas totalmente distinta al primero. Es el resultado, no ya la presión de las masas y un régimen en jaque, sino de la desmoralización en amplios sectores de masas y el fortalecimiento de la derecha, debido al entreguismo oficialista, un intento por recomponer la autoridad estatal y sus mecanismos opuesto al primer proceso.

Es concreto, el fraude constituyente nace del “Acuerdo por Chile” pactado desde el Partido Comunista a Chile Vamos, se comprometieron con los 12 bordes y el texto de los expertos, que no era otra cosa más que la defensa de los fundamentos de la constitución Lagos-Pinochet. Su subordinación a la derecha abrió el camino a Kast y su peso en el actual proceso. Sin importar cual sea el resultado del plebiscito, ya podemos decir que el proceso fracasó, ya que se partió y cerró el proceso opuesta por el vértice un polo contra el otro. Esto en medio de una desafección y cansancio de las masas por el actual proceso.

Pero debemos entender que para la burguesía Chilena la crisis política reviste ya carácter estratégico, y si se mantiene abierta puede escalar a otras esferas o cruzarse con la lucha de clases. Desde Macaya, Presidente de la UDI, a Boric, coinciden en que es necesario cerrar el proceso ya que mantiene la incertidumbre y eso puede afectar no solo la inversión en lo inmediato, sino los proyectos a gran escala que la burguesía quiere resolver sobre el país y su relación con el imperialismo.

II) Tomando posición: el baile de las máscaras

Con 33 votos a favor y 17 en contra se cerró el fraude. La derecha en bloque votó por el texto republicano, y en contra todo el oficialismo. Pero llegar a esa “unidad” en la derecha no fue fácil, y pensar que esa unidad es estable, es un error. Matthei partió amenazando restar su capital político del texto republicano, para un par de días más tarde brindar su apoyo a regañadientes. Y es que la burguesía intentó hacer pesar una línea de centro político en varias ocasiones; poco antes del desenlace constitucional, la tercera criticó fuertemente a la UDI, por lo lejos que llevó las escaramuzas contra Jackson.

Es cierto que la gran Burguesía, y en especial los representantes gremiales del gran empresariado, ya han hecho patente su opción, Ricardo Mewes, Presidente de la Confederación de la Producción y Comercio (CPC), se pronunció por el A Favor, y declaró al Diario Financiero: “un escenario así, genera incertidumbre. Si no aprobamos va a mantenerse la incertidumbre y será más complejo el tema” No se trata solo de que el texto sea asquerosamente neoliberal, sino que aparte, urge cerrar la crisis política. No son cosas excluyentes.

Democratas y Amarillos se sumaron al A Favor, pero en el caso de Amarillos le valió el pronunciamiento público de su fundadora contra la resolución de la dirección, y más tarde, el pronunciamiento de Soledad Alvear. Tampoco hay que engañarse en Republicanos, la fracción del diputado Kayser está En Contra, el propio Johanes declaró que el texto está contra sus principios. Por otro lado, Rojo Edwards está en franca pelea fraccional por hacer un referéndum interno, para decidir así la posición partidaria ante el plebiscito. La declaración de Rojo, junto a 5 dirigentes del partido, asegura que la base republicana se inclina por El Contra. No podemos olvidar que si bien el partido de Kast proviene de la UDI y RN, no obedece a la lógica de los consensos noventeros, y en gran medida su razón de ser es la defensa consecuente de su propio programa, en ese sentido tiene una tendencia polarizante, que hoy buscan moderar por la perspectiva de las presidenciales y por que el conjunto de la burguesía está observando como Republicanos conduce este proceso.

Pero el PR está muy tironeado por derecha, tanto interna como externamente. El Team Patriota, Tere Marinovic, de Fundación Nueva Mente o Axel Kayser, intelectual liberal pro-Milei, también se han pronunciado En Contra de la Constitución de Kast. Quien crea que estas pequeñas sectas de ultraderecha no traccionan a gran parte de la base republicana, no ve la encrucijada en la que está atrapada la mediación que hoy dirige a la derecha. Chile Vamos, ha logrado mayor unidad, pero solo en la medida que se ha subordinado a Republicanos. Es una total paradoja. Con todo, hay algo que une a la derecha de conjunto, a saber: el debate constitucional debe terminar.

La Democracia cristiana también se ha definido públicamente En Contra. El parlamentario y presidente de la colectividad, Alberto Undurraga declaró a EMOL: “Si gana la opción en contra, como espero, cualquier modificación a la constitución debe hacerse en el marco de reformas constitucionales, no en un nuevo proceso. Y eso es sumamente tenerlo claro porque el país requiere certidumbre y el país requiere cerrar de una vez este proceso”. Rápidamente se sumarían más figuras de la falange y trascendidos de que Frei estaría preparando su pronunciamiento, también En Contra.

El Gobierno ya se ha pronunciado respecto al proceso y al texto, si bien no han llamado a votar En Contra, porque sería una torpeza política casi tan grande como haber condicionado su programa de Gobierno al triunfo de la propuesta de la CC, si han declarado que el resultado es un texto de una minoría y la preocupación ante el desenlace. Vallejos como vocera de Gobierno, y el propio Boric, han dejado muy claro que el Gobierno no está con la propuesta de Constitución, pero al mismo tiempo, para calma de la burguesía, de rechazarse la actual propuesta republicana, aseguran que no habrá un nuevo proceso constituyente, no en su gobierno por lo menos.

Respecto a los partidos oficialistas, ya todos se han pronunciado. La Consejera Maria Pardo, de Convergencia Social y miembro de la comisión mixta que cerró el texto, le planteaba a la prensa que se sentía avergonzada de verse defendiendo la Constitución de Pinochet frente a la de Kast. La constitución que había jurado destruir partió siendo el molde de los 12 bordes y una matriz para el texto de los expertos, en los que se parapetó el Frente Amplio (FA) y el PC contra los republicanos. Pero una vez perdida esa batalla, Pardo pasó directamente a la defensa de la constitución del 80, vergonzoso indudablemente.

Todo Socialismo-Democratico se ha pronunciado por el En Contra. El propio Ricardo Lagos se definió contra la constitución de Kast, llamandola “texto partisano, sin ninguna posibilidad de representar a la Nación como un todo”. El Congreso del Partido Socialista (PS) cerró entre vitoreos que proclamaban Presidenta a una sonriente Bachelet, y el discurso de su timonel, Paula Vodanovic, donde planteó que la “derecha ha pretendido plasmar sus ideas excluyentes en la nueva ’Kastitución’”. Un par de días más tarde Partido por la Democracia (PPD) y el PS salían juntos a marcar su opción por el En Contra, y obviamente, a marcar que el momento constitucional ya pasó, y que si se pretende reabrir la discusión constitucional debe ser vía Parlamento o modificaciones a la constitución de Lagos.

El Partido Comunista ya se pronunció En Contra. En palabras de su Presidente Lautaro Carmona, el texto atenta contra derechos de las y los trabajadores, en consecuencia llama a votarlo En Contra. Pero no se detiene ahí. Si bien plantea que de rechazarse el problema constitucional seguirá abierto, asegura que la constitución actualmente vigente no es ya la de Pinochet, sino la de Lagos, y que muchos de los cambios necesarios se pueden hacer vía parlamento directo a la carta magna. De todas formas anticipó que no hay espacio ya para otro plebiscito. En este punto, acuerdan con el Gobierno, que a su vez acuerda con la derecha.

Pero el PC tiene sus díscolos y ala izquierda. El Alcalde Jadue, por ejemplo, que a contrapelo de las declaraciones de su Presidente y las de su correligionaria, la Ministra Camila Vallejo, declaró a la prensa que ningún Gobierno puede dar por cerrado el proceso constituyente porque “le pertenece al pueblo”. Suena bien, pero no olvidemos que es el mismo Jadue que aseguró rodear de movilización la Convención Constituyente, algo que también sonaba bien, pero que nunca ocurrió. Algo similar puede decirse del Diputado Hugo Gutierrez, un discoló de izquierda similar a Jadue que inició la campaña por El Contra, cuando el PC aún negociaba con Chile Vamos con el texto de los expertos bajo el brazo. Junto a Messina del Movimiento No+AFP, o MEO del PRO, levantaron el espacio Chile Vota En Contra, que llamaba a votar en contra la constitución de Kast en la perspectiva de un nuevo proceso constituyente, que arribara a una constitución más democrática. Todo el trabajo de Hugo Gutierrez ha sido saboteado por su propio partido y su Gobierno, que cierra toda posibilidad de una nueva “constitución más democrática” o un nuevo proceso constituyente.

El llamado de Hugo Gutierrez está vaciado. Gutierrez y Jadue representan el ala izquierda del PC, osea su ala más impotente, que solo ha servido para hacer posar al reformismo de izquierda con pirotecnia. Con todo, alas izquierda o dirección oficial, la perspectiva que abre el PC tras un eventual triunfo del En Contra es desoladora. Todos los partidos del Régimen han decidido su trinchera, esto es una batalla por la correlación de fuerzas. Una guerra carroñera de los partidos de los 30 años para redefinir el mapa político. Quien crea que el resultado de este plebiscito no tiene ni una relevancia, no ha entendido la profundidad de la crisis política que atraviesa la burguesía y los ataques que intenta pasar en el texto, por otro lado, quien crea que esa crisis se cierra en las urnas ha entendido menos aún.

III) ¿Qué demonios está ocurriendo?

La primera lección que el pueblo trabajador debe sacar de los dos procesos constituyentes, es que sus demandas no se conseguirán escribiendolas en una Carta Magna. Solo la fuerza de la organización y la movilización de las masas puede tumbar este régimen en crisis, ninguna Convención moderada, y menos aún un Consejo de derechistas, van a entregar al pueblo trabajador las demandas que puso sobre la mesa en Octubre del 2019.

Hacer caer las AFP, la nacionalización de los recursos estratégicos para financiar salud, vivienda y educación, el derecho a autodeterminación nacional del pueblo Mapuche etc solo podrá conquistarse por fuera de procesos tutelados, o controlados por la burguesía. Hay que romper con toda ilusión constitucional. No obstante fue el propio reformismo el que formó sectores de masas en esta idea, la máxima de una nueva constitución ha educado generaciones completas en el reformismo y la centro-izquierda desde hace décadas. Repetían una y otra vez que la constitución de Pinochet impedía hacer cambios de fondo. Ahora resulta que el remedio es peor que la enfermedad, y los responsables políticos del fortalecimiento de la derecha, los arquitectos del fraude, nos llaman a votar en En Contra. Y si el PC, el FA, la DC han renunciado ya ha reabrir la discusión constituyente ¿Qué buscan votando En Contra? ¿Es que realmente están por la defensa de nuestros derechos ahora? ¿Qué demonios ocurre?

Un triunfo del A Favor, si bien no cerrará la crisis orgánica, fortalece a la derecha y en especial a Republicanos. Es obvio que será un factor de inestabilidad política constante una constitución hecha por la ultraderecha. Algunos catedráticos burgueses advierten la posible judicialización del debate constitucional. Aun así, implicaría en lo inmediato un fortalecimiento de la derecha que en esta coyuntura ha logrado invertir la balanza a su favor, en lo que hemos denominado una polarización asimétrica en la superestructura política.

La única posibilidad que tiene Apruebo-Dignidad, Socialismo-Democratico e incluso la DC para cambiar la correlación de fuerzas más a su favor es ganando el plebiscito. En especial ahora que se vienen más elecciones. Es una batalla por la nueva correlación de fuerzas, ante la burguesía. Por eso le aseguran, todas las mediaciones del espectro político sin excepción, que no habrá nuevo proceso constituyente. De triunfar el En Contra habría fallado primero el desvío de izquierda y, después, el fraude de derecha, la única línea posible sería entonces, una línea de centro burgués, y para una operación así la DC, el PPD, el PS, el FA y el PC son necesarios.

Es cierto que no estamos ya en los 90s, y que es ilusorio pensar que se pueden reeditar esas condiciones, pero la burguesía está buscando, en medio de luchas fraccionales intensas de sus mediaciones políticas, calmar las aguas. La gran burguesía y sus representantes gremiales se han pronunciado por el A Favor, así lo demuestra la derecha encabezada por republicanos, pero por otro lado la centro izquierda y la DC pueden cambiar la relación de fuerzas si le imponen una derrota a Republicanos y a Chile Vamos. Y eso puede abrirle paso una línea de centro burgués. No podemos especular que ocurrirá más allá, pero eso es lo que está en juego hoy para las mediaciones burguesas, pequeño burguesas y reformistas.

Pero ser conscientes de que se trata de una disputa entre los partidos del régimen, no significa que el texto republicano, reaccionario hasta la médula, no constituya ataques. El pueblo trabajador no puede votar a favor este texto que atenta contra sí mismo, pero tampoco pueden ver un eventual triunfo del En Contra como una victoria para si, si esta supone mantener la herencia de la dictadura y el fortalecimiento del centro burgués. Es una situación compleja.

IV) Contra la Constitución de Kast y toda la herencia de la dictadura: Por una posición independiente del Gobierno

Desconectado por completo del enfrentamiento al fraude, y por un carril diferente, se vienen dando movilizaciones en docentes, trabajadores de la salud y públicos, también pobladores peleando por el problema de la vivienda y secundarios, pero todas estas movilizaciones se dan de forma aislada, sin confluir o elevarse políticamente. La burocracia sindical, busca reubicarse, el Colegio de Profesores (CDP) y distintas Federaciones de la Salud, sienten la presión gremial y ven el vector a derecha de la superestructura.

Estas movilizaciones expresan también el desgaste de 1 año de Gobierno de Apruebo-dignidad y un cúmulo de legítimas demandas irresueltas. La base sindical no posee ya la misma paciencia que hace un año, hablamos de sectores que tenían expectativas respecto del Gobierno de Boric y la CC, que hoy están más dispuestos a movilizarse. Estos sectores presionan sobre la burocracia que, siendo oficialista, se ve obligada a reubicarse. La burocracia no ha buscado hacer confluir las movilizaciones, en la perspectiva de enfrentar a la derecha más de conjunto.

Tomemos la Central Unitaria de Trabajadores, que se viene pronunciando en contra de republicanos hace meses. Al igual que Jadue cuando advertía que se rodearía de movilización la CC, la CUT amenazó con paro y movilización a Republicanos si no retiraba los ataques del texto, mientras el PC negociaba con la derecha con el texto de los expertos bajo el brazo. Por supuesto que el “paro y movilización” no pasó de un acto de presión, pero incluso allí la CUT fue más lejos que Jadue, aunque a su manera, ambos expresan el mismo tipo de impotencia política que reviste de izquierda las acciones del reformismo. Hoy, que ya ha decantado la situación, la CUT no llama a ningún paro ni movilización. Sino más bien a votar En Contra, y esperar que pronto, en un futuro indeterminado, se rearticule el movimiento obrero, y claro, aseguran también que no hay espacio ya para otro proceso constituyente.

Si los organismos sindicales se pronuncian correctamente contra la constitución de Kast, deberían hacer confluir las luchas en curso en la perspectiva de enfrentar el avance de la derecha con métodos extraparlamentarios, deberían realizar asambleas y discutir en la base como enfrentar a la derecha más allá de solo votar En Contra. Pero en la medida en que esos organismos son dirigidos por partidos del oficialismo, la burocracia sindical buscará usarlos como meras tribunas de agitación electoral. Levantar una posición independiente del gobierno implica pelear por una posición así en los sindicatos y organismos.

Otro ejemplo es el Movimiento de Mujeres que viene rearticulandose y que mostró disposición a movilizarse contra los ataques a sus derechos en la Constitución de Kast. Rápidamente la Coordinadora 8 de Marzo (C8M) convocó un encuentro por el En Contra. El balance de su dirección para explicar la situación actual tenía como centro la derrota a la constitución de la CC. Y es que la C8M apostó por poner todas sus fichas en la Constitución de la CC, disminuyendo la revulsión característica del movimiento de mujeres, supeditando las demandas a un proceso constituyente bajo los márgenes del Chile Neoliberal y manteniendo bajo la alfombra las graves violaciones a los DDHH durante la rebelión popular.

Hoy la dirección de la Coordinadora busca hacer una campaña puramente electoral, sin aprovechar el potencial y disposición del Movimiento de Mujeres para enfrentar en la calle a la derecha. Una posición independiente del Gobierno implica organizar en los lugares de estudio y trabajo, no solo en torno a la batalla electoral, sino en la perspectiva de enfrentar de verdad a la derecha, sin conformarnos con el premio de consuelo, la resignación ante la herencia de la dictadura que sigue en pie, y que el régimen de conjunto, desde el PC a Republicanos, desde los En Contra a los A favor, han jurado respetar en el sentido de cerrar aquí el proceso constituyente.

La constitución de Kast es una profundización de la herencia de la dictadura, es una profundización de sus aspectos neoliberales, antiobreros, xenófobos y misóginos. Pero la herencia de la dictadura no es alternativa tampoco para el pueblo trabajador, como buscan presentarnosla ahora toda la Centro Izquierda y la DC. Vemos claramente la trampa en la que buscan meter al pueblo trabajador, y la forma en que buscan imponer una línea de centro disfrazada de defensa de nuestros derechos, solo buscan cambiar la relación de fuerza con republicanos, dando las garantías de estabilidad política que exige la gran burguesía.

Hay que levantar un polo independiente del Gobierno, que se organice en los sindicatos, federaciones, lugares de trabajo y estudio, la pelea contra la derecha más allá de lo puramente electoral, y develando a cada paso la operación que la centro izquierda busca realizar en complicidad del PC y las burocracias sindicales. Solo levantando una posición política que apunte a retomar la movilización y las demandas que levantamos en octubre, como la pelea por echar abajo las AFPs o la expropiación de los recursos estratégicos para garantizar salud, vivienda y educación, sumado a las peleas democráticas que están planteadas hoy, como la derogación de la Ley Nain-Retamal y la exigencia al Gobierno de que rompa toda relación con Israel, es que se puede marcar una clara delimitación con el Gobierno de Boric, esto en la perspectiva de una Asamblea Constituyente Libre y Soberana basada en la movilización revolucionaria de las masas.

 
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