A un mes de iniciada la ofensiva del ejército israelí sobre la Franja de Gaza, el número de muertes palestinas supera las diez mil, de las cuales más de cuatro mil corresponden a niñas y niños.
Los bombardeos indiscriminados contra la población civil incluyen entre sus objetivos viviendas, hospitales, escuelas que sirven de refugio y campos de refugiados, a lo que se suma la incursión terrestre que no hace más que agravar la situación.
Mientras en la Franja continúa bloqueado el acceso a agua, alimentos, combustible, electricidad, medicamentos y la ayuda humanitaria a la que Israel le ha permitido ingresar es absolutamente insuficiente, en la Cisjordania ocupada se multiplican los asesinatos y detenciones de palestinas y palestinos a manos de colonos paramilitares, protegidos por el ejército.
Todo esto, apoyado de forma incondicional –política, militar y financieramente- por el gobierno de Estados Unidos y las potencias europeas, a pesar de que la mayoría en la Asamblea General de la ONU votó por una tregua humanitaria.
Sin embargo, frente al genocidio que está llevando adelante el Estado sionista de Israel, se viene desarrollando un importante movimiento internacional por el alto al fuego y en solidaridad con el pueblo palestino.
Millones se vienen movilizando alrededor del mundo, incluyendo protestas masivas en los países del Medio Oriente y el Magreb, así como la participación de amplios sectores judíos bajo el lema “No en nuestro nombre”.
En este contexto, el gran potencial de la clase obrera para detener la maquinaria de guerra israelí comienza a expresarse en importantes acciones, como el bloqueo al envío de armas por parte de sindicatos de transporte de Bélgicay por parte de los estibadores del puerto de Barcelona.
Por otra parte, trabajadores de la fábrica aeronáutica Airbus Getafe, en Madrid, se manifestaron en la planta contra la venta de armas al Estado de Israel, mientras que trabajadores de Amazon exigen, mediante una petición global, que la empresa deje de ser cómplice del genocidio.
Lo anterior, en respuesta al llamado de los sindicatos palestinos para poner “fin a todas las formas de complicidad en los crímenes de Israel, deteniendo urgentemente el comercio de armas con Israel”.
A esto se suman bloqueos por parte de activistas, en los puertos de Oakland y Tacoma, Estados Unidos, a un barco cargado con armamento para Israel, así como pronunciamientos y acciones de otros sectores, como los trabajadores de la salud en varios países, o los estudiantes que tomaron la Universidad Oriental de Nápoles para denunciar la complicidad del gobierno italiano con el Estado de Israel.
En México
En nuestro país se han realizado diversas manifestaciones, incluyendo mítines y otras acciones, destacándose tres movilizaciones de miles en la CDMX, convocadas por la Coordinación en Solidaridad con Palestina, integrada por diversas organizaciones sociales, democráticas, sindicales y de la izquierda.
El gobierno de López Obrador, por su parte, con una posición “neutral” y “por la paz” en general, sin denunciar el genocidio, se niega a romper relaciones con el Estado de Israel, cuando ya por ejemplo Bolivia rompió relaciones y los gobiernos de Chile y Colombia llamaron a consultas a sus embajadores en Tel Aviv.
Además, ya decenas de sindicatos se pronunciaron exigiendo al gobierno mexicano que rompa relaciones diplomáticas y comerciales con el Estado de Israel. Entre los firmantes se encuentran la Nueva Central de Trabajadores, el Sindicato Mexicano de electricistas (SME), la Asamblea Nacional de Usuarios de la Energía Eléctrica, el Sindicato Mexicano de Salud, el Sindicato de Trabajadores del Transporte de Pasajeros y secciones de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).
En las marchas, junto a estudiantes, familias y organizaciones, se han movilizado sectores del SME y del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación para Adultos, además de trabajadores sueltos.
Las maestras y maestros de la agrupación Nuestra Clase venimos hablando en nuestras escuelas de la situación, generando y difundiendo materiales en redes sociales y nos hemos hecho parte de las movilizaciones, en donde hemos encontrado a compañeras y compañeros de la CNTE, así como de educación media superior y superior.
El magisterio también se viene manifestando a través de las redes sociales, compartiendo fotos, noticias, videos y mensajes. Recientemente, además, en La Izquierda Diario publicamos un pronunciamiento de la Escuela Secundaria Técnica 106, de Iztapalapa, en solidaridad con Palestina. La CNTE en particular ha sacado algunos carteles y un par de programas de facebook live desde Jalisco, además de sumarse al pronunciamiento sindical mencionado arriba. Pero en las calles seguimos sin ver aún a los batallones del magisterio democrático y combativo.
Movilizándonos en las calles y organizándonos desde las escuelas, con la participación del magisterio, estudiantes, madres y padres de familia, podemos contribuir a fortalecer el movimiento internacional en solidaridad con el pueblo palestino, alentando la entrada en escena de nuevos sectores de trabajadores, cuya acción puede ser determinante, particularmente en el caso de aquellos que ocupan posiciones estratégicas en la economía.
Consideramos que la CNTE (algunos de cuyos activistas participan en la Coordinación en Solidaridad con Palestina), como principal referente nacional de la disidencia magisterial, debería de ponerse a la cabeza de impulsar la movilización del magisterio y toda la comunidad educativa: contra el genocidio, en solidaridad con el pueblo palestino, por la ruptura de relaciones del gobierno mexicano con el Estado de Israel, por el alto al fuego y contra la ocupación sionista.
Por lo pronto, sería muy importante que la CNTE y todas las organizaciones magisteriales que se reivindican democráticas participemos en el Primer Encuentro de Solidaridad con Palestina, este 11 de noviembre y en las próximas movilizaciones que se convoquen.
Así también, el mismo sábado 11, sería importante que tanto en la Asamblea de la Conferencia de las Resistencias, como en la Asamblea Nacional Representativa de la CNTE, planteen la necesidad de sumarse de forma decidida a impulsar el movimiento contra el genocidio y en solidaridad con el pueblo palestino, en las bases de sus respectivos sindicatos y organizaciones.
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