Como parte de los fundamentos del orden institucional la nueva carta pretende innovar introduciendo esta curiosa fórmula en el inciso 2do del artículo 11 del proyecto el cual ordena que “Todo habitante de la República debe respeto a Chile y a sus emblemas nacionales. Los chilenos tienen el deber de honrar a la patria, respetando las actividades que dan origen a la identidad de ser chileno, tales como la música, artesanía, juegos populares, deportes criollos y artes, entre otros”.
Esta redacción fue introducida por la iniciativa popular de norma Nº7.999, patrocinada por la Corporación Vive Chile Rural, abiertamente ligada al mundo del rodeo, quienes celebraron la incorporación de la norma en el proyecto como una forma de haber incluido al rodeo como parte de la constitución al ser aprobada con 32 votos a favor.
La innovación en cuanto a la “identidad de ser chileno” es profundamente problemática al ser una fórmula abstracta sin contenido específico, no se dice cómo se compone la “identidad” de “ser chileno”, sino que se enumeran una serie de actividades que la componen como la música, la artesanía, etc.
Esto deja el contenido de la norma a la interpretación de jueces, legisladores y gobernantes, quienes, según sus preferencias personales, historias de vidas, etc., pueden establecer o no el contenido de lo que significa “ser chileno”, que actividades ingresas a esa rara categoría de “identificarnos” como chilenos.
La gravedad del asunto es que el respeto a estas actividades implica el deber de respetar a la patria, por lo tanto, la interrupción de un rodeo pasaría a ser una deshonra a la patria, lo mismo cualquier tipo de número artístico que ocupe la bandera, que satirice el himno nacional, etc.
Esta formulación abstracta de las actividades que conforman esta “identidad” de “ser chileno” también pasan por alto la rica diversidad que hay a lo largo de todo el país, con diversas etnias y pueblos indígenas quienes se esparcieron por todo el país luego de la brutal persecución y olvido al que fueron arrojados los selknams, mapuches o changos, poblando todo el territorio nacional.
Qué pasa con las regiones del norte, que fueron anexadas recién durante la Guerra del Pacífico, siendo previamente territorio boliviano y peruano, en donde regularmente conviven chilenos, peruanos y bolivianos, tal y como lo retratan diversos cronistas de la época.
Así mismo, actualmente nuestra “identidad”, si pudiéramos llamarlo así, hoy es muy diferente. Hoy en Chile se escucha bachata, se come arepas, se baila saya, diablada y caporal, habemos causas, parces, panas, etc. Los principales medallistas de los Panamericanos son también muestra de esa diversidad (algo así recogió Daniel Matamala en su columna “65 formas de ser chileno”).
La pregunta que tenemos que hacernos para alertarnos del peligro es ¿quién define el contenido de esa “identidad” de “ser chileno”? Nos preocupa esta formulación pues deja la puerta abierta para abusos y arbitrariedades de todo tipo en nombre de una “necesaria” defensa de la “identidad”, en nombre de la defensa de la “honra de la patria”. Esos argumentos luego fácilmente pueden convertirse, como lo vimos con el Golpe de Estado, en la justificación necesaria para la defensa de la nación, de la patria, de la seguridad nacional, todas “necesidades” que apuntan contra un supuesto “enemigo interno” el cual es definido por quienes están en el poder..
Estimamos necesario ir revisando los elementos más odiosos y peligrosos de la redacción de la propuesta constitucional pues nos interesa denunciar este fraude en el que colaboraron desde los Republicanos hasta el Partido Comunista. Para derrotar a Kast y su Constitución Republicana, no basta con votar en contra en diciembre, para lo cual es necesario informarse y conocer diversos aspectos de la propuesta. La clave pasa por organizarnos para enfrentar y derrotar a la derecha en las calles. |
