Mientras sobrevolaba la duda sobre los planes del Ejército israelí para Gaza cuando termine la guerra, el primer ministro Benjamin Netanyahu dio una nueva pista el martes en su primera entrevista con los medios estadounidenses desde el 7 de octubre. Preguntado por ABC News sobre quién debería administrar Gaza una vez finalizados los combates, Netanyahu respondió: "Creo que Israel tendrá, durante un periodo indefinido, la responsabilidad general de la seguridad porque hemos visto lo que ocurre cuando no la tenemos. Cuando no asumimos esa responsabilidad de seguridad, nos encontramos con una erupción de terror de Hamás a una escala que no podíamos imaginar". Una declaración que, aunque mantiene cierta vaguedad, abre explícitamente el camino a una reocupación militar y colonial de Gaza por parte del Ejército israelí.
¿Quiere Netanyahu ocupar Gaza o ganar tiempo?
Desde el comienzo de la guerra, los responsables israelíes han dado pocos indicios de sus planes políticos para Gaza. Aunque ya se han barajado varias hipótesis, como que los servicios de inteligencia israelíes planean deportar a los palestinos al Sinaí, la idea de una reocupación duradera de Gaza no parece ser la opción preferida. El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, llegó a declarar que Israel no tenía ningún interés en reocupar Gaza de forma permanente y que dejaría de tener "responsabilidad por la vida en la Franja de Gaza" una vez terminada la guerra. Esta perspectiva también era temida por el Presidente Biden, que consideraba un "gran error" una ocupación de Gaza a largo plazo.
En este contexto, aunque las declaraciones de Netanyahu parecen un cambio de postura que empezaría a esbozar un rumbo estratégico, dejan muchas zonas grises. En primer lugar, ¿se trata de controlar toda la Franja de Gaza o solo una parte?, como se pregunta The Wall Street Journal, contemplando la posibilidad de un escenario intermedio con una ocupación parcial de Gaza. En segundo lugar, ¿qué se entiende por "controlar la seguridad de Gaza"? ¿Significa crear una zona tapón dentro de Gaza, como ya ha mencionado el gobierno?
El único objetivo bélico establecido oficialmente por Israel, por poco realista que sea, es la exterminación de Hamás. A falta de soluciones realistas para sustituir a Hamás como líder de Gaza, Netanyahu está allanando el camino para una ocupación militar. Pero estas primeras declaraciones no permiten concluir con certeza cuáles son los verdaderos objetivos de Ejército israelí, sobre todo teniendo en cuenta que una ocupación de este tipo entraña grandes riesgos y contradicciones en el frente militar. En 2005, el Estado israelí se vio obligado a retirarse de Gaza tras haberla ocupado militarmente durante treinta y ocho años.
"Barniz humanitario": Netanyahu hace promesas a Estados Unidos
Sin embargo, estas declaraciones muestran que el gobierno intenta responder a las presiones y contradicciones que se están ejerciendo a varios niveles. En primer lugar, a nivel internacional, donde el apoyo incondicional al Estado de Israel está resultando cada vez más costoso políticamente para las potencias imperialistas y para el principal aliado de Israel, Estados Unidos. El presidente Biden -presionado por los críticos dentro del Partido Demócrata y entre su base social- está ejerciendo una presión cada vez mayor sobre el gobierno israelí para que ponga en práctica una salida política, como señala el periódico Haaretz: "Diversos informes, así como comentarios de analistas y expertos en las últimas semanas, han advertido de que Estados Unidos está perdiendo la paciencia con Israel por la falta de una ’estrategia de salida’ o ’plan para mañana’ para Gaza".
Por el momento, aunque las declaraciones de Netanyahu dicen poco, ilustran el deseo del gobierno israelí de ganar tiempo. Bajo la presión de Estados Unidos, que, de Biden a Sanders, sigue rechazando cualquier "alto el fuego" mientras pide "pausas tácticas", Netanyahu empieza a utilizar de nuevo la fórmula: "las pequeñas pausas tácticas, una hora aquí, una hora allá [...] ya las hemos tenido. Supongo que examinaremos las circunstancias para permitir que entren mercancías, mercancías humanitarias, o que salgan nuestros rehenes, rehenes individuales". En X/Twitter, el Ejército israelí publica ahora vídeos abriendo "una vez más [...] un corredor para evacuar a los civiles del norte de Gaza hacia el sur". Es una manera de relajarse un poco en la forma, sin cambiar absolutamente nada en el fondo.
Cada vez más a la extrema derecha, Netanyahu lucha por su supervivencia política
En última instancia, las declaraciones de Benjamin Netanyahu son un intento de resolver las contradicciones que se agudizan en su país. Desde el 7 de octubre, el Primer Ministro se enfrenta a una grave crisis. Ha tenido que responder a las críticas en el frente de la seguridad, organizar una guerra "para erradicar a Hamás", liberar a los rehenes y mantener unida a su coalición en un contexto de críticas acuciantes y en el que sectores ultra reaccionarios de su Gobierno tratan de capitalizar la crisis. Es en este sentido que ahora condiciona "un alto el fuego general en Gaza [...] a la liberación de nuestros rehenes", o que elabora un nuevo paradigma de seguridad asumiendo "la responsabilidad general de la seguridad" en Gaza para recuperar credibilidad entre su base social.
Este cambio de posición marca nuevas concesiones a las alas ultra reaccionarias de su gobierno. Mientras estos últimos filtraron el plan de los servicios de inteligencia israelíes que preveía la deportación de los gazatíes a la región egipcia del Sinaí, Netanyahu habría apostado en cambio por la ocupación militar, incluso parcial, defendida por ciertos sectores de su coalición de extrema derecha. Se trata de una forma de cubrirse de las críticas por ultraderecha, en un momento en que sectores como el que lidera el ministro Bezalel Smotrich están a la ofensiva. Prueba de ello es el intento de Smotrich de suspender los pagos israelíes al fondo que financia a la Autoridad Palestina, con el pretexto de que Mahmud Abbas no condenó con suficiente firmeza el atentado de Hamás.
Enfrentado a una situación de crisis polifacética que no es nada nuevo, pero que se ha agravado significativamente y es probablemente irreversible, Netanyahu busca así reposicionarse en un terreno aún más seguro y se juega más que nunca su supervivencia política. |