· Taylor Swift llega a Argentina como estrella global, de las artistas más escuchadas en Spotify y acaba de convertirse en mil millonaria (solo con su música). Aunque es super joven, tiene 33 años, lleva más de la mitad de su vida componiendo. Empezó en la música country, siguiendo el sueño de ser como Shania Twain o las Dixie Chicks, sus primeros intentos fueron haciendo covers de Dolly Parton cuando se mudó con su familia a Nashville, la cuna de la música country.
· Algunas claves del mundo que gira alrededor de la cantante estadounidense. La música y los shows son la parte más importante del fenómeno, sin embargo vamos a dedicarnos a otras cuestiones.
· ¿Qué es “Taylor’s Version”? Taylor Swift decidió regrabar casi todo su catálogo en 2019 después de que Scooter Braun comprara Big Machine y con ella los másteres de sus discos. Criticó la compra y trató de recuperar el control de su obra, comprando los derechos de sus propios discos pero el empresario se negó. Entonces regrabó los discos con el título complementario “Taylor’s Version” para reemplazar las versiones viejas en las listas de reproducción en plataformas y radios. Y ganó, son mucho más escuchadas y ya generaron más ganancias que las anteriores.
· ¿Música de cornudas o machismo? A Taylor Swift la critican por excesivo romanticismo y por despechada. Como le pasó a otras cantantes (Britney Spears), la vida personal de Taylor Swift se volvió tema de debate público: todo el mundo opinó sobre su virginidad, sus novios, si era promiscua, una romántica empedernida (cornuda) o cantaba demasiado sobre sus ex. En una entrevista, respondió: “Criticarme por escribir canciones sobre mis relaciones es una posición bastante sexista. Bruno Mars, Ed Sheeran y otros varones escriben sobre sus exparejas y nadie les dice nada”.
· ¿Existe una política swiftie? La semana pasada, el diario estadounidense The New York Times publicó el comunicado de las swifties argentinas “Swifties contra La Libertad Avanza”, en el que se pronunciaban contra Javier Milei, decían que era igual a Donald Trump y cerraban con esta frase: “Como dijo Taylor: tenemos la necesidad de estar en el lado correcto de la historia”.
· Toda la relación entre Taylor y la política es larga y compleja. Durante mucho tiempo no quiso hacer comentarios políticos. Algunas versiones dicen que no quería dañar su relación con el mercado de música country, que es masivo en las zonas rurales blancas y en el sur de Estados Unidos (dos sectores conservadores). Pero eso es historia: con el gobierno de Trump, hizo varias críticas al presidente. El propio expresidente habló de ella: “su música me gusta 25% menos”. Desde ese momento, es público su apoyo a los demócratas.
· Capitalismo swiftie. En mayo, la Reserva Federal de Estados Unidos registró en su Libro Beige (monitorea la actividad y expectativas económicas de diferentes distritos y ramas) el estímulo en hotelería y turismo que generan los shows. Algunos lo estiman en 5.000 millones, otros en 10.000 millones de dólares.
· Dos ejemplos del mini boom: Filadelfia tuvo la tasa más alta de ocupación hotelera desde antes de la pandemia; la autoridad del transporte de Chicago informó un pico de viajes urbanos más alto desde el Covid. Las ciudades festejan porque significa recaudación y dinero gastado en comercios locales.
· Algunos analistas lo llaman “TSwift Lift” (algo como el alza Taylor Swift). A veces genera inflación (que también tiene su propio nombre en inglés, “Funflation” -inflación asociada a la diversión, sobre todo show grandes como los de Beyoncé y Bruce Springsteen). La inflación no se limita a los precios de las entradas sino a todo lo que rodea al show (que implica una gran movilización de gente, ya que Taylor convoca mucho público adolescente viaja con familiares y amigos, que a su vez gasta en cada lugar en comer, tomar y divertirse).
· Bonus Taylor distribución de la riqueza. Fue tan exitoso el Eras Tour que Taylor Swift pagó un bono de 100.000 dólares a los 50 choferes de los camiones de la gira de EE.UU. En total pagó 55 millones en bonos para su staff.
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· Mundo swiftie. Algo de la fórmula del éxito de Taylor tiene que ver con la conexión con su público y la identificación que genera. Una swiftie lo resumió así: “Taylor es para las que nunca fuimos elegidas”, en referencia a sus canciones. Algunas lecturas se refieren a las canciones de Swift como el retrato de la experiencia de feminidad de una generación, con sentimientos encontrados con el amor romántico, con la independencia y la idea del empoderamiento; también, dicen las swifties, con un eje fuerte en la amistad.
· Uno de los símbolos de las swifties son las pulseritas de la amistad (hechas con hilo plástico y mostacillas, hubo móviles televisivos en Once con vendedores que decían “vendemos sin parar”). Antes de cada show el intercambio de esas pulseras es un ritual obligado.
· Un profesor de Economía se refirió al fenómeno Taylor Swift como “una extraña intersección entre emoción y capitalismo”. Sobre algo de esa intersección indaga la investigación de Libertad Borda sobre los fandoms en su libro Fanatismos. Prácticas de consumo en la cultura de masas, en la relación entre un artista o un producto de la cultura de masas y las personas y cómo el mercado siempre busca transformar nuestra diversión y nuestra pasión en consumo.
· Muchas veces funciona pero sigue habiendo algo en las cosas que nos gustan y nos hacen sentir parte de una comunidad que no se pueden vender ni se puede comprar, como sentir que alguien que no conocés escribe y canta para vos.
