Foto: EFE/Alberto Estévez
Minutos antes de las 20:30 cerca de 2000 personas esperaban expectantes el anuncio de los resultados finales que confirmarían la victoria de Junts pel Sí. Media hora antes, tras el cierre de urnas, la encuesta de TV3 situaba a lista conformada por los dos grandes partidos de la burguesía catalana, a dos escaños de la mayoría absoluta. Aunque el escrutinio iba a rebajar la cifra de diputados de 66 a 62 el entusiasmo no decayó ni un sólo minuto entre los cientos de simpatizantes.
Ilusión por la victoria ajustada de JxSí y esperanzas de entendimiento con la CUP
Con una importante presencia de banderas europeas e independentistas, una multitud eufórica silbaba y abucheaba duramente a los candidatos del PP, C’s y el PSC cada vez que aparecían en pantalla. A la vez recibía con entusiasmo las palabras de los principales representantes de la CUP, celebrando la progresiva subida de escaños de esta candidatura, que finalmente quedó en 10.
Quedaba de manifiesto que tanto los dirigentes de la candidatura vencedora, como sus votantes cuentan con que la izquierda independentista apoye la hoja de ruta liderada por el partido que ha llevado adelante las peores políticas neoliberales en Cataluña.
Roger, un joven treintañero que no dejaba de ondear una estelada, decía que para él “son unos resultados bastante interesantes. Creo que demuestra que no hay fractura en el pueblo catalán y que solo hay una vía posible: seguir trabajando hasta conseguir la mayoría durante estos 18 meses previstos por Junts pel Sí. Además, es muy interesante la subida de la CUP, creo que puede condicionar el voto de la izquierda”.
Montse, una trabajadora pública que había venido con sus hijos adolescentes, comentaba que “los resultados me parecen bien, indudablemente me hubiese gustado que Junts pel Sí hubiese conseguido una mayoría absoluta propia, pero bueno, pienso que con la CUP se puede hacer un buen equipo. Aún así creo que sí, tenemos muchas distancias, pero creo que a pesar de todo se podrá.” Al preguntarle sobre si creía que con los 62 escaños veríamos de nuevo a Artur Mas como presidente respondía “es posible, aunque la CUP dice que no, se acabarán poniendo de acuerdo de alguna manera”
Un discurso mirando hacia Europa y a la espera de la negociación con el Estado español
Con prácticamente la totalidad del voto escrutado y confirmada la vitoria de JXSí con 62 escaños tuvo lugar un discurso en el que participaron los principales dirigentes de ERC y CIU, Oriol Junqueras y Artur Más, junto al cabeza de lista Raúl Romeva.
Si algo tuvieron en común las tres intervenciones fue considerar las elecciones como “el triunfo de la democracia” y un apoyo del pueblo catalán más que suficiente para llevar hacia delante el proceso hacia la independencia. Mas inició su discurso con una frase en catalán, castellano e inglés reafirmando así la posición tantas veces repetidas de que tanto el Estado español como Europa deberían aceptar la independencia si en estas elecciones el pueblo catalán expresaba que esa era su voluntad: “hem guanyat, hemos ganado, we have won, ”, dijo ante un auditorio que le recibía con gritos de “president, president, president”.
Pidió que igual que se hubiese aceptado la derrota por su parte, ahora quienes se posicionan en contra de la independencia acepten el triunfo del sí, haciendo una clara referencia tanto a los partidos autonómicos como estatales.
Raúl Romeva, por su parte, mantuvo que ya nadie podía negar que existe “legitimidad democrática para llevar hacia delante el proceso”, que “la gente tiene derecho a votar y a ser escuchada”. Un discurso compartido por la mayoría de sus votantes que con cierto escepticismo y pese a no confiar en la “buena voluntad” del Gobierno español, considera que la presión en las calles no se puede invisibilizar y que se está más cerca de conseguir que se abra una negociación.
Así nos lo expresaron algunos de los presentes. Lara, estudiante de tercero Medicina en la UB, nos decía que “ahora ya no les queda más remedio, delante de todos los medios de comunicación se ha visto que existe una clara fuerza, el pueblo ha hablado una vez más y esta vez con las urnas, en la calle, así que ya no les queda otra”.
Roger contextualizaba el resultado y las futuras negociaciones con lo que pase en el Estado español en los próximos meses y se mostraba más escéptico. Para él “depende de lo que pase en las elecciones generales de noviembre. No creo que cambie mucho el panorama. Para que pueda haber una negociación tendría que haber como mínimo dos tercios de la cámara española a favor de una negociación y eso pasa inevitablemente por el Partido Popular. La derecha española heredera del franquismo tiene las llaves y no las quiere utilizar, por lo tanto, ¿negociación? No lo creo. Un referéndum oficial en estos 18 meses en el que sí contaríamos los votos y probablemente este 47% ascendería hasta un 53 o 54%. ¿Quién sabe? El Gobierno de Suiza se ha ofrecido a mediar entre el gobierno de Madrid y Barcelona y si hay presiones internacionales probablemente se podría realizar este referéndum.”
Oriol, amigo de Roger, nos decía “no creo que avancemos demasiado rápido porque creo que será un proceso muy lento y probablemente estaremos un año para pedir el referéndum, objetivos rápidos no hay. Esto es una cosa que lleva tiempo.” A lado suyo Neus añadía en referencia a los dirigentes del Estado español “yo creo que ahora se tienen que poner, han visto que tienen las de perder. Nosotros las tenemos todas y esto ha quedado demostrado y entonces…o sí o sí.”
¿Y si no se avienen a negociar? Junts pel Sí y la crónica de una decepción anunciada
La hoja de ruta de JxSí apuesta en exclusiva por la vía de la negociación con el Estado central. Aunque gran parte de sus votantes ven los límites de esa vía las ilusiones en que es una vía posible son en estos momentos muy grandes.
Las diversas menciones a la responsabilidad, el civismo y el pacifismo del proceso que se hicieron durante las diferentes intervenciones del mitin, son un claro anticipo de que la burguesía catalana no estará dispuesta a transitar una vía diferente a del diálogo con el Estado español y la búsqueda del apoyo de los dirigentes europeos.
Una vía que nace yerma de entrada. Como señalaba uno de sus simpatizantes enfrente está el régimen heredero del Franquismo, que no está dispuesto a poner en discusión su dominio territorial en ninguna mesa de negociación. Ni el PP ni el PSOE, y tampoco quienes pretenden una regeneración política del régimen tranquila y por arriba como Pablo Iglesias, van a aceptar un efectivo ejercicio del derecho de autodeterminación. Los 18 de meses de negociación es muy probable que acaben suponiendo la relentización del proceso, y su consiguiente desvío hacia un proceso de negociación con Madrid que concluya en una reforma constitucional que ofrezca más autonomía a Catalunya.
La única vía para poder conquistar el derecho a decidir de los catalanes estuvo ausente de todas las intervenciones del mitin, y también de las reflexiones de quienes entrevistamos. Sin la movilización social, con la clase trabajadora al frente, es imposible doblarle el brazo al Régimen del 78 y poder conquistar esos derechos democráticos sobre sus ruinas. Una vía que obviamente no podemos esperar que sea la apuesta de los representantes políticos de la burguesía catalana, que aún diluidos en una candidatura unitaria del independentismo, serán quienes ocuparán los escaños obtenidos por JxSí en estas elecciones. |