El diputado nacional tucumano, hijo del genocida Antonio Domingo Bussi, reiteró los clichés negacionistas de la última dictadura y afirmó que sin un duro ajuste sobre la economía no se puede “ni empezar”. Por eso sugiere que las Fuerzas Armadas se sumen a reprimir. Es uno de los referentes provinciales más valorados por Milei. Como candidato a gobernador prometió “bala”, pero obtuvo apenas un 30 % de los votos cosechados en 2019, cuando había ido sin el sello liberfacho.
Es uno de los pocos candidatos provinciales “oficialmente” reconocidos por Javier Milei como parte de su espacio político. Como se recordará, en muchas elecciones provinciales a las huestes “libertarias” le fue tan mal que el mismo Milei, para despegarse, llegó a desconocer públicamente a quienes lo tenían como referente nacional. Con Ricardo Bussi la cosa es distinta. De hecho durante la campaña para la gobernación de Tucumán el candidato presidencial viajó a la provincia, hizo conferencias de prensa y acompañó a Bussi en entrevistas y eventos.
Precisamente el 30 de septiembre en San Miguel de Tucumán, junto a Bussi, a su hermana Karina y al entonces armador del espacio Carlos Kikuchi, el liberfacho se animó a poner en cuestión públicamente la cifra de 30 mil detenidos desaparecidos a manos de la dictadura cívico-militar-eclesiástica. El negacionismo inculcado en La Libertad Avanza por la candidata a vice Victoria Villarruel ya se había hecho carne en el discurso del resto de sus referentes.
Pero a Bussi le fue muy mal en las elecciones provinciales y hacía rato que se mantenía en silencio. Posiblemente sus referentes nacionales le hayan pedido que bajara su exposición pública luego de que obtuviera el 3,9 % de los votos, una caída estrepitosa desde aquel 13 % obtenido en 2019 (cuando aún Milei ni siquiera estaba en el horizonte político electoral).
Ahora, tal vez buscando fortalecer un discurso de ultraderecha en los últimos días previos al balotaje, Bussi reapareció y volvió a dar muestras de su pensamiento clasista, represivo y dictatorial. Entrevistado en Radio Delta, el electo diputado nacional de LLA dijo estar seguro de que, gane quien gane el domingo, “va a haber problemas” y será necesario reprimir.
Militantes tucumanas de Milei posan ante un retrato del genocida Antonio Domingo Bussi
“Estoy seguro de que el año que viene va a haber problemas porque la cuestión hoy pasa por el ajuste. Si no tenemos ajuste, no podemos ni empezar. El país gasta más de lo que necesita y estamos rascando la olla, no hay otro camino. No tenemos crédito externo ni interno. La fiesta ha sido muy cara y en su momento va a haber que pagarla”, sentenció en línea con el pensamiento de los sectores de poder.
En es marco, agregó que la represión a quienes enfrente el ajuste que se aplique será inevitable. “El Estado tiene el monopolio de la fuerza y tiene que actuar en beneficio de la comunidad, claro que sí tiene que estar la represión (...) El Estado tiene la Policía, es el que maneja las fuerzas de seguridad, las Fuerzas Armadas. Tendrá que usar esas herramientas para ir por el orden porque necesitamos justamente eso, orden”. Si no, “¿para que está el Estado?”, se preguntó.
Sobre el futuro, Bussi dijo que “va a ser difícil para todos”, aunque lejos de proponer que el costo lo paguen quienes se vienen enriqueciendo en plena crisis, anticipó que quien más sufrirá las consecuencia es el pueblo trabajador. “Algún día hay que pagar la fiesta (sic) y creo que este es el momento, lamentablemente”. Y planteó que “es absolutamente necesario recortar el gasto público a fin de que podamos bajar los impuestos y ser merecedores de inversiones privadas que multipliquen la oferta de trabajo”. Un cliché capitalista que nunca se comprueba en la práctica y que ya hizo estragos en Argentina.
Negacionismo
Como era de esperar, anclado en las arengas y definiciones de Victoria Villarruel, Bussi también abonó el negacionismo sobre el genocidio en Argentina. Hijo del exgobernador de facto Antonio Domingo Bussi (y comandante del Operativo Independencia), dijo que su padre murió preso pero que “a la otra parte del problema” no se la juzgó. Se refería a quienes militaron en las organizaciones armadas durante fines de los años 60 y la década del 70, muchas de ellas y ellos aún desaparecidos. “Se ha revisado con mucha parcialidad, no se ha hecho la lectura integral de la cuestión”, afirmó como si la lucha por memoria, verdad y justicia no hubiera sentado precendentes jurídicos a nivel internacional que demuestran que lo que dice es una falacia.
Yendo más allá, se refirió a las desapariciones forzadas de miles de personas, al robo de bebés, a los vuelos de la muerte, a las torturas y hasta el robo de bienes de los secuestrados como “excesos condenables” ocurridos en el marco de una “guerra”. Las mismas palabras utilizadas en su alegato por el genocida Emilio Eduardo Massera en el Juicio a las Juntas del año 1985 (y repetidas por el propio Milei en el primer debate presidencial). “En las guerras siempre hay excesos. Lo hay que evitar es la guerra; una vez que se desata, los excesos son imparables, ocurren siempre”, dijo Bussi por radio. Así, negó con cinismo que hubiera existido un plan sistemático de tortrura, desaparición y muerte.
Que un progenocida, represor,misógino, homofóbico y varias cosas más como Ricardo Bussi se anime una vez más a lanzar sus proclamas negacionistas no es novedad. Tampoco lo es que se sienta comprometido con las “causas” de las Fuerzas Armadas y las policías de todo el país. Sí es de destacar que, con su nuevo cargo de diputado nacional, el hijo del genocida ya esté anticipando que para “ordenar” al país hará falta un ajuste de la economía y que ese ajuste sólo puede pasar con represión. Y aclara que ese ajuste y esa represión deberá ejecutarlos “sea quien sea que gane” el próximo domingo.
