La diabetes es una enfermedad que se caracteriza por presentar altos niveles de azúcar en sangre de los pacientes, debido a trastornos en la acción o producción de insulina. Es una enfermedad crónica que acompaña a los pacientes durante gran parte de su vida.
El 14 de noviembre se celebró el Día Mundial de la Diabetes. La fecha fue elegida para conmemorar el nacimiento de Frederick Banting, médico e investigador canadiense quien descubrió la insulina junto con su colega Charles Best en 1921.
Esta fecha fue establecida en 1991 por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Federación Internacional de Diabetes, en respuesta a las crecientes preocupaciones sobre la progresiva amenaza para la salud que representa la enfermedad.
Cabe a aclarar que esta fecha no es para recordar solo este día, concientizar a la sociedad sobre sus implicaciones es una tareas diaria, es importante que día a día se le reconozca el impacto que ejerce ya que afecta a uno de cada 10 adultos y su incidencia está en aumento, particularmente en México.
Es preocupante porque esta enfermedad se propaga al punto de estar ya entre las 10 principales causas de muerte a nivel mundial, y de acuerdo con datos de la Federación Internacional de Diabetes (FID), afecta a 531 millones de personas en el Mundo; se estima que esta cifra aumente considerablemente para el 2050, alcanzando a mil 300 millones de personas.
Las estimaciones para los próximos 25 años indican un incremento alrededor de un 50% debido al envejecimiento de la población, pero también al incremento de sobrepeso y obesidad de nuestras sociedades.
En México, es la segunda causa de muerte y el 18.3 % de la población, es decir 14.6 millones de mexicanos, padecen esta enfermedad, según datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) cifra bastante alarmante, por lo que la prevención y su oportuna detección juega un papel primordial.
Los sistemas de salud tienen un gran reto con ello, dado qué, con sus carencias en el país y su “austero” financiamiento, llevar a cabo la prevención, la detección y tratamiento para la población es complicado, además que no toda la población tiene acceso a la salud pública, y las personas que están afiliadas a algún sistema de salud como IMSS o ISSSTE, tampoco cuentan con la atención necesaria dada la deficiencia de estos derivada de la falta de presupuesto y planes necesarios en esta área.
Ponerle freno a la creciente incidencia de esta enfermedad es un objetivo principal para las médicas, médicos y personal de la salud, así cómo las y los expertos en la salud hacen mucho énfasis en las pautas de prevención y cuidado para hacerle frente.
Entre estás medidas, hay tres pasos principales sobre los que nos alertan: controles periódicos, buena alimentación y mantener una vida activa.
Desafortunadamente, en sociedades capitalistas como la nuestra, esto es complicado seguirlo, mientras se fomenta el consumo de alimentos chatarras en niñ@s, jóvenes y adult@s, y menos se fomenta una alimentación más saludable.
Otro de los factores que impiden seguir este plan es la pobreza, ya que, para su prevención y su tratamiento, se requiere que las familias cuenten con los recursos para una alimentación saludable, un requisito con el que no cuentan las grandes mayorías de la clase trabajadora y los sectores más pobres, debido a sus nulos o bajos ingresos.
La precarización laboral, es otro aspecto importante, ya que la población no cuenta con el suficiente tiempo para destinarlo al ejercicio físico, a la preparación de sus alimento sanos y a la activación física, dadas las extensas jornadas laborales que requieren para mantener a sus familias.
Además, la falta de acceso al cuidado de la salud mental también es un gran problema en estos tiempos, ya que el factor emocional es fundamental en esta enfermedad al incidir en la capacidad para controlar la glucemia.
Por todo ello, tenemos que pelear en las calles por el derecho a la salud pública integral para toda la clase trabajadora y la población en general, y en unidad con todos los sectores, podemos dar esta lucha para conquistarla.
Con las y los trabajadores del sector salud al frente debemos exigir mayor presupuesto para la salud y no a la militarización y los mega proyectos, y así lograremos las mejoras en los sistemas de salud que hacen falta para los proyectos integrales de prevención y erradicación de la mortal diabetes. | 
