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29 de noviembre de 2024 Twitter Faceboock

Paridad de género
Clara Brugada y los últimos ajustes rumbo al 2024
Mariel Ochoa

La ratificación del TEPJF respecto a la paridad de género es una medida que lejos está de saldar “una deuda histórica” con las mujeres. En su lugar apunta a marcar la última pauta para las elecciones rumbo al 2024, tal como ocurrió dentro de Morena.

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La normativa anunciada por el INE, dictaba que las candidaturas de los 9 Estados deben incluir 5 representantes mujeres “como piso mínimo” y máximo 4 varones por partido o coalición. Pese a los intentos de impugnación de partidos como Movimiento Ciudadano, esto una vez que fue ratificado por el Tribunal el 8 de noviembre, significó la última consideración para que los partidos comenzaran sus procesos internos.

Desde que se abrió el periodo electoral, con Xóchitl Gálvez y Claudia Sheinbaum, se ha insistido en anunciar el proceso del 2024 como “un hecho histórico para las mujeres” ya que es casi seguro que la siguiente abanderada presidencial será una mujer. A esto ahora se suma el decreto respecto a la paridad de género lo cual avizora que en unas elecciones sin precedentes no sólo por la cantidad de puestos que se disputarán, 20 mil a nivel federal, la participación femenina será, seguramente, la mayor de la que se tenga registro en nuestro país hasta ahora.

Si Clara quedó, no fue por la paridad

La medida de paridad fue presentada por los organismos y acatada por algunos funcionarios como Mario Delgado, dirigente nacional del Morena, bajo el argumento de buscar “saldar una deuda histórica” con las mujeres, aunque esto significara un reacomodo importante dentro de su propio proyecto.

Para adelantarse a cualquier conflicto como el encabezado por Ebrard, Delgado prometió desde días antes a que se entregaran los resultados, que los candidatos que tuvieran que ser bajados por el criterio de paridad, a pesar de ser punteros en las encuestas, tendrían la opción de encabezar las fórmulas hacia el Senado en cada estado.

Premio de consolación o no, esto deja ver que la medida metió en aprietos al partido que parecía venir marcando los tiempos de la contienda electoral. Sin embargo, en el caso de la Ciudad de México significó la excusa perfecta para manipular los resultados de las encuestas y bajar al polícia Omar García Harfuch, quien obtuvo 40% de aceptación, y quien había sido promovido directamente o por omisión por las altas cúpulas del partido desde semanas atrás, para apostar a la figura de Clara Brugada, quien obtuvo apenas 27% de aceptación.

Si el criterio de paridad se hubiera hecho valer, en lugar de Harfuch, habría tenido que bajar Eduardo Ramírez (16.2%) próximo candidato de Chiapas quien obtuvo una ventaja de apenas 1.5 puntos sobre Sasil de León (14.7 %) dentro de su encuesta local. Así que trás el sacrificio de esta figura con un truculento pasado represivo, que tenía una ventaja de 13 puntos sobre su contrincante, ni siquiera los analistas más cercanos al partido han podido obviar que lo que pesó fue un criterio político de otra índole y que el proceso interno no fue respetado bajo sus propias normas.

Aunque distintos sectores reivindiquen la decisión asegurando que Morena se decantó “por sus principios de izquierda” no hay que olvidar que García Harfuch seguirá dentro de las filas del partido, y más allá de la senaduría la cual podría tomar provisionalmente, lo más seguro es que este personaje , juegue un papel dentro del gabinete de seguridad del siguiente sexenio con la mano hostil y represiva que le caracteriza. Sobra decir que Brugada ya aseguró que de llegar al gobierno de la CDMX, mantendrá a la Guardia Nacional y a la Marina en las calles.

Respecto a las mujeres seleccionadas en el resto de Estados, hay que decir que su lanzamiento como candidatas lejos de tener un impacto positivo como busca presentarse, habla más de los intereses que están puestos en dicho proyecto en la búsqueda del Morena por avanzar a nivel nacional.

Alma Alcaráz, próxima candidata de Guanajuato se formó en el PAN desde 1998 hasta 2015 cuando fue nombrada Secretaria General del Morena en ese Estado; Claudia Delgadillo pasó de coordinadora de campaña del priísta José Meade en 2018 a ser parte del Morena ese mismo año, actualmente es diputada por el Partido Verde y próxima candidata de la coalición encabezada por Morena en Jalisco; Rocío Nahle de Veracruz y Margarita González de Morelos por su parte, formadas bajo el manto morenista, han conquistado un lugar sobre todo por su relación con el empresariado local.

Por su parte, la nueva cuota de género impulsada por el Tribunal Electoral, ha metido en nuevos aprietos a la oposición quien no ha anunciado sus candidatxs, ni un método para seleccionarlxs. En Morelos parecía que la invitación a la ex morenista Lucía Meza, la cual fue bienvenida por la propia Gálvez al Frente Amplio, les ayudaría a avanzar en una de sus 5 candidatas. Sin embargo, su candidatura fue registrada esta semana sin aval del PAN.

En lo único que tienen razón los medios y la institución electoral es que en este país, la casta política tiene una deuda histórica con las mujeres, frente a un panorama en el que son asesinadas 11 mujeres diariamente, y en donde la brecha salarial y el desempleo profundiza las desigualdades para las mujeres y la comunidad sexo diversa.

La discusión de la paridad de género, remite al viejo debate sobre los techos de cristal que son llamados a romper por mujeres muy similares entre sí, con múltiples privilegios y formadas en gremios muy acotados como el empresarial y en este caso el de la política de las clases alta y media alta, mientras las grandes mayorías, seamos sinceras, no terminamos de sentirnos representadas, ni mucho menos interpeladas por estas “transformaciones”.

La reforma de Paridad de Género es respuesta a la masividad y al potencial del Movimiento de Mujeres que desde hace más de un sexenio, ha sido el movimiento que con mayor contundencia ha cuestionado al gobierno federal y a los gobiernos locales. Sin embargo, es una medida impuesta muy por arriba cuando lo que necesitamos son cambios tangibles para las grandes mayorías: salarios acordes a la canasta básica, derechos laborales, alto a los feminicidios y los crimenes de odio. Lo ocurrido en Aguascalientes contra le magistrede, expresa que aunque el número de integrantes mujeres crezca, ningún partido es capaz de dar una declaración más o menos elocuente que llame a desmentir la terrible falacia del crimen pasional.

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Desde la Izquierda Diario y las mujeres que somos parte de Pan y Rosas nos seguiremos organizando por un movimiento de mujeres, independiente de los partidos del régimen que represente realmente a las mujeres trabajadoras y nuestros intereses. Con esa perspectiva nos organizamos en contra de la violencia hacía las mujeres.

 
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