La semana pasada comenzó la campaña de crecimiento de las Juventudes Comunistas del PCCh, como todos los años, destinan un periodo de tiempo a llamar a unirse a sus filas, esta vez, como lo discutieron en el IV Pleno de su Comité Central, junto a una mezquina (veremos por qué) campaña por el "en contra" y centrados en obtener cargos de representación estudiantil.
Muy centrados en sus resoluciones, han ignorado la fuerza que tienen en la realidad y cómo podrían influir en beneficio del movimiento estudiantil y de las grandes mayorías (la clase trabajadora). Bien lo saben quienes han asistido a las últimas plenarias convocadas desde la Fech por la mesa directiva que dirigen junto a Convergencia Social. Y es que situaciones urgentes como el genocidio que se está llevando adelante en Palestina por el Estado de Israel, las han dejado en segundo, tercer y cuarto plano. Relegando la discusión a un punto "otros" en la tabla y no tomando en sus manos la principal exigencia que hacen estudiantes como desde la agrupación Vencer y la coordinadora por Palestina de la Universidad de Chile:
"Que Chile rompa relaciones económicas, diplomáticas y militares con el Estado de Israel y que la Uchile se declare un espacio libre de apartheid".
La situación en Palestina es cruda e insoportable, nuestra generación, como las anteriores, nunca habían presenciado un genocidio a través de las redes sociales y la televisión. Las personas asesinadas por parte de Israel ascienden a más de 11.000, las imágenes de miles de niñes cuyas vidas han sido arrebatadas por el imperialismo circulan en nuestros teléfonos.
"Tras la incursión del Ejército israelí al hospital más grande de Gaza, los médicos confirman la muerte de los pacientes en cuidados intensivos y de muchos de los bebés prematuros. Sin agua potable ni energía, el hospital está colapsado y rodeado. Israel, que atacó el hospital con la excusa de ser un escondite de Hamas, no encontró una sola prueba sobre esa afirmación y cometió así uno de los peores crímenes de guerra" [1]
Con la estrechez de miras de un gremialista, ignoran la urgencia de que la Federación de estudiantes de la Universidad de Chile, genere espacios democráticos de participación e invite a lxs estudiantes a discutir cómo podemos ser sujetos políticos en esta grave situación internacional.
Confundiendo sus aspiraciones partidarias con el nivel de politización actual en las universidades, ganan cargos de representación estudiantil a gran rapidez, pero la base estudiantil sigue despolitizada, su supuesta rebeldía es testimonial, incapaces de llamar a una asamblea ni de tomar una posición radical como federación.
No tienen nada de rebeldes, pero eso no quiere decir que limiten la posibilidad de tener esa perspectiva política a la juventud y no busquen todas las maneras de despertar la discusión y el ánimo anti guerra e antiimperialista, como los estudiantes en los años 60´s.
No necesitamos una falsa articulación, una sobrerrepresentación en cargos de los organismos estudiantiles de las juventudes de gobierno mientras el único tema importante para su dirigencia es un petitorio a rectoría. La política aquí es el tema central y un nudo que la JJCC no quiere destrabar. Lo dicho en este artículo no va en contra de la articulación estudiantil, al contrario, es necesario que el movimiento tenga organismos, que estén al servicio de las luchas actuales, no de un gobierno que tiene intereses económicos y políticos con el Estado Sionista de Israel. No olvidemos que de ahí provienen las bombas lacrimógenas que usan para reprimirnos.
La primera conclusión de este artículo salta a la vista; Rebelarse no es un eslogan. Tampoco puede describir el llamado a unirse a las filas de un partido que mantiene el status quo; Intereses económicos de un Estado genocida con Chile y un movimiento estudiantil despolitizado, donde no hay espacio para discutir más que en las clases y en un plenario si te enteraste por redes sociales.
Son necesarias, al contrario, asambleas en todas las facultades de la universidad para discutir cómo hacernos parte del movimiento internacional que han levantado jóvenes como en Harvard, Medio Oriente, Europa y África, contra el genocidio en Palestina. La coordinadora por Palestina ha sido un primer paso, aunque no interese a la JJCC, ¡súmate a la coordinadora por palestina en la universidad de Chile! y si en tu colegio/universidad no hay, te invitamos a levantar una.
Con lo mencionado más arriba, podemos ir desempolvando la política gremialista de las juventudes del gobierno para encontrarnos su campaña a nivel nacional por el “en contra”, la que, despliegan por sus redes sociales y como partido, más no desde la federación ya que mantienen una extraña neutralidad en relación al movimiento estudiantil y sus posibilidades de organizar en contra, ante la propuesta de Kast. Esto se expresa en los impopulares comandos “a favor” y “en contra” que buscan levantar antes del plebiscito.
Su campaña es el “en contra”, desde sus plataformas partidarias, recurriendo a todo tipo de argumentos donde se ve la superficialidad electoral con la que abordan el debate, reduciendo el análisis político al "retroceso en conquista de derechos” el 17 de diciembre. Aseguran incluso que retrocedemos en derechos como la gratuidad en la educación superior.Como si tuviéramos gratuidad en la educación superior o algo que defender de la herencia de la dictadura y la administración de la concertación.
Actualmente y desde el año 2016 existe una beca de gratuidad universitaria promulgada por el segundo gobierno de la Nueva Mayoría, proyecto del cual fueron parte, en la cámara de diputados con Camila Vallejo presidiendo la comisión de educación. Esto, no es “gratuidad en la educación superior”, como ha sido demostrado en los años de su instalación, ha funcionado como una beca neoliberal (sigue la lógica subsidiaria del Estado) que enriquece a los empresarios de la educación y aporta en el endeudamiento de miles de estudiantes cada año, ya que es una beca que se pierde en condiciones específicas (muy exigentes y delicadas) dejando a medio camino a quienes no tienen condiciones materiales para estudiar y obligándoles a endeudarse con el CAE: Crédito con Aval del Estado.
La segunda conclusión de este artículo es la siguiente: El falso “Rebélate” no es una impostura propagandística, está impulsada por un programa político totalmente subordinado al gobierno y éste a su vez, a los grandes empresarios.
Proponemos cambiar el nombre de su campaña a “Rebélate”, o ¿Rebélate? mientras mantienen el status quo, es decir, mientras sostienen un gobierno que ha sido el que ha entregado más presupuesto a los pacos, que mantiene el Wall Mapu en permanente estado de excepción, mientras encarcelan sin pruebas a personas que se movilizan como Ernesto Llaitul o Nicolás Piña y mientras son cómplices del genocidio en Gaza.
Estudiante, no te rebeles en general, ¡movilicémonos junto a lxs trabajadores y apuntemos a la revolución! |