A la oleada de movimientos huelguísticos en Estados Unidos (Starbucks , Amazon, Mc Donald’s, guionistas y artistas de Hollywood), se sumaron de manera contundente las y los trabajadores de las principales plantas automotrices de ese país, profundizando la tendencia al reanimamiento de los sindicatos ( o la lucha por la sindicalización). Es una tendencia que se viene expresando con más fuerza en el 2022. Donde un estudio de febrero del centro de estudios Economic Policy Institute señala un aumento de casi 50% en el número de trabajadores involucrados en huelgas entre el 2021 y 2022.
Pero ahora fue la rapiña de los capitalistas automotrices la que provocó la incorporación del sector industrial a este fenómeno que está ocurriendo en la principal potencia imperialista del mundo que, luego de la lenta recuperación de la crisis provocada por la pandemia, sigue negando derechos y prestaciones a quienes producen la riqueza.
El ejemplo muestra que solo recurriendo a los métodos propios de la clase obrera como herramienta de lucha se puede obtener parte de las múltiples demandas que levantan las y los explotados, tal como lo hicieron las y los afiliados al UAW (United Auto Workes) paralizando la producción.
Pero estas huelgas en las “Tres Grandes” automotrices, con su masividad y formas de coordinación (que no se desarrollaron al máximo debido a la política negociadora de la dirección sindical ligada al Partido Demócrata) mostraron la potencialidad del sector estratégico de la economía estadounidense en tiempos en que las empresas pretenden imponer importantes recortes a las conquistas que la clase obrera que ese país logró en épocas de ascenso capitalista.
Pero además de las repercusiones económicas y sindicales, tuvieron consecuencias políticas, pues obligaron al presidente Biden y a varios dirigentes del Partido Demócrata a salir a “solidarizarse” con el movimiento, tanto para no perder votantes -en tiempos electorales y de continuo desgaste del presidente Demócrata -, como para evitar que la lucha dentro de las empresas parara de ser por demandas económicas a políticas. Y en donde fue claro que el dirigente del AUW (Shawn Fain), ligado al Partido Demócrata hizo todo lo posible para evitar que el movimiento político se extendiera más allá de las tres firmas automotrices mayoritarias impidiendo una masividad superior, pero también para evitar su radicalización
La huelga automotriz trascendió las fronteras de EEUU
La lucha automotriz fue observada por las y los trabajadores de Canadá quienes también lograron imponer la huelga a la dirección de la Unifor (central sindical ligada al gobierno canadiense que buscaba negociar con la planta para evitar la huelga) de esta forma se pasó a un hecho poco común en donde las y los trabajadores se encontraban en huelga en dos de los tres países de la región integrados al esclavizador TMEC.
Como anteriormente se había realizado en 2019 tras la huelga en EUA, la transnacional General Motors transfirió la carga laboral de la huelga a sus plantas en México, sobre todo porque en México, como en los países dependientes, las empresas extranjeras pagan salarios muy bajos, y los niveles de sobre explotación se imponen en riesgosas jornadas de más de 12 horas al día de trabajo y sin permisos para el saneamiento ni la alimentación digna.
Como siempre, es en estos países pobres en donde la metrópoli capitalista intenta recuperarse de las concesiones que se ve obligada a darle a sectores de su proletariado nacional, como derecho a vacaciones, horarios de 35 a 40 horas y salarios mayores, por eso es que super explota a las y los obreros en los países a donde llega.
Lamentablemente en México, el tercer país que forma parte del TMEC, las y los trabajadores no lograron insertarse al desarrollo de la huelga estadounidense. La dirección del sindicato independiente SINTTIA en GM no informó a su base de la importante lucha que estaban dando sus hermanos de clase en Estados Unidos. Por lo tanto, el Comité Ejecutivo, que realmente es controlado por los asesores externos, se negó a realizar asambleas en donde se acordaran de manera democrática algunas medidas o pronunciamientos en solidaridad con sus hermanos automotrices que estaba luchando en ese momento en Estados Unidos.
Nada impedía – ya que los charros de la CTM fueron desplazados de la conducción sindical- que la dirigencia desarrollara una política combativa y solidaria que al mismo tiempo que consiguiera un cambio cualitativo en las condiciones salariales y laborales de sus agremiados, fortaleciera de esa manera la organización sindical y la unidad de clase con sus hermanos.
Sin embargo, no hubo ninguna propuesta de organización para unificar las luchas y las demandas, al contrario, la dirección del SINTTIA aceptó sin más la carga laboral y en vez de hablar de la huelga de la GM en Estados Unidos, se dedicó a hacer “dinámicas sindicalistas” como invitar a participar en la “calaverita” de Día de Muertos o a promover los préstamos económicos a los agremiados.
El SINTTIA es un sindicato ganado de la lucha obrera de despedidos y activos en 2019, pero lamentablemente la actual dirección ha desperdiciado la gran oportunidad que significó echar a los charros de la CTM. Era la oportunidad para recomponer la política desmovilizadora y nada combativa de la dirección y sus asesores con fuertes rasgos burocráticos, pero no se logró cohesionar a un grupo de trabajadores auto organizados que lograran dar esta pelea.
Esta posición se debió fundamentalmente a que las centrales sindicales de los otros dos países imperialistas: UAW (que pertenece al AFL-CIO) y Unifor, han tratado de contener la combatividad y radicalización de la lucha obrera en GM Silao impulsando a la dirección del SINTTIA con una política conservadora, es decir no combativa. Estos grandes aparatos burocráticos buscan aprovechar el hartazgo obrero con la CTM, para que con un discurso de “independencia y libertad sindical”, controlar los sindicatos mexicanos y buscar negociaciones con el gobierno que no afecten realmente las ganancias de las empresas. A cambio ensanchan su poder en los países de mano de obra barata.
De manera muy diferente actuaron las y los trabajadores de General Motors en Brasil, pues aunque la dirección sindical General Motors en México no pudo aprovechar el impulso de la huelga de la matriz en Estados Unidos, las y los trabajadores en América del Sur lograron estallar su huelga hace 14 días, sometiendo a mayor presión a la trasnacional, siendo uno de los factores, entre otros, que lograron que la empresa negociara en EEUU.
En EUA y Canadá se abrieron mesas de negociación en donde las direcciones han aceptado levantar las huelgas sin lograr al cien por cien la conquista de sus demandas, pero con avances importantes gracias a la participación y de enormes franjas de trabajadores que se dispusieron a pelear una huelga con sus propios recursos y con pleno convencimiento de dar un paso adelante. En Brasil, se ha logrado la conquista de reinstalación de cerca de mil doscientos trabajadores despedidos aprovechando la inercia de la huelga en Norteamérica.
Muy probable, si el SINTTIA hubiera impulsado una política solidaria combativa ante las huelgas que amenazaron a la transnacional General Motors, se hubiera fortalecido una importante unidad y sus coordinación obrera en el continente americano, que pondrían en mejores condiciones de fuerza a las y los explotados de la industria automotrices ante los planes que el imperialismo yanqui se propone para enfrentar la guerra comercial con sus competidores en otros países.
Conclusiones y perspectivas de la huelgas automotrices
A pesar de que los resultados no son del todo los esperados, se le arrancó a la patronal demandas exigidas por la base. Donde se demostró que se puede derrotar a la patronal con la huelga.
Por eso, los dirigentes burócratas de los sindicatos -defensores los intereses patronales- son enemigos de todo movimiento huelguístico, de la coordinación obrera y de la radicalización de las formas de lucha y de un programa con elementos anticapitalistas.
Cada lucha dejará importantes enseñanzas que servirán para futuras acciones de la clase trabajadora en defensa de sus intereses como explotados.
Por ello es necesario luchar por sindicatos con direcciones combativas, democráticas e independientes de cualquier sector capitalista o centrales sindicales pro patronales, que luchen y se coordinen de manera internacional con sus hermanos de clase. Es necesario que los trabajadores cuenten con sindicatos realmente independientes políticamente; no basta echar los charros. Sin una política combativa de la dirección, los sindicatos quedarán a merced de la patronal.
Luchar por “nuevas direcciones” que digan no ser la CTM pero que actúen de manera muy similiar, no fortalece al movimiento obrero. Hace falta luchar por comités ejecutivos que actúen con métodos democráticos donde, en base a asambleas cotidianas la base trabajadora decida el rumbo de la organización y las demandas a levantar ante las empresas.
Pero también donde los sindicatos adopten una política de relaciones con sindicatos de otros países para unificar fuerzas en contra del mismo enemigo: los patrones explotadores. |