La fiscalía de la Audiencia Nacional pide penas de veintisiete años de prisión para ocho de los encausados en la operación Judas y ocho años para cuatro más. La decisión se ha hecho pública tres semanas después de que el juez de instrucción cerrara definitivamente la fase de instrucción y enviará a los doce miembros de los CDR a juicio oral, acusados de pertenecer a una organización terrorista y por fabricación y tenencia de explosivos.

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El juez García-Castellón, el mismo que quiere investigar Carles Puigdemont por delitos de actos de terrorismo por las acciones de Tsunami Democràtic, acusa Eduard Garzón, Germinal Tomàs, Alexis Codina, Jordi Ros, Sonia Pascual, Esther Garcia, Queralt Casoliva y Rafael Joaquin de delitos de organización terrorista, tenencia, depósito y fabricación de explosivos y estragos de carácter terrorista en grado de tentativa. A David Budria, Clara Borrero, Ferran Jolis y Xavier Buigas los acusa de organización terrorista.

La investigación judicial se cerró el mismo día que se presentó el acuerdo entre el PSOE y ERC que incluía la ley de amnistía y pidió a las acusaciones que hicieran sus peticiones de condena. A partir de ahora se abre un periodo de tiempo para concretar los escritos de defensa y después el juez marcará la fecha de juicio.

El caso que afecta a doce miembros de los CDR tendría que quedar amparado por la amnistía pactada por el PSOE y Junts. No obstante, las defensas creen que, dependiendo del magistrado, se pueda hacer una interpretación sesgada y distorsionada del texto por no incluir las causas de los CDR, y recuerdan, además, el conjunto de vulneraciones de derechos que lo Audiencia Nacional tiene en su historial.

En este sentido, David Budria comentaba en una entrevista realizada por Esquerra Diari hace pocas semanas que "Tenemos muy claro que iremos a un juicio con la sentencia ya escrita, no podemos olvidar dónde nos juzgarán. Iremos a la "Audiencia Nacional", o como sigue siendo realmente, el Tribunal de Orden Público franquista. Porque no olvidamos que cambiaron de nombre pero los represores y las prácticas reaccionarías se quedaron".

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