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Uno de los pulmones electorales más importantes de los votos del PSC ha sido el Baix Llobregat y el área metropolitana. Históricamente el cinturón se conocía como rojo por las lucha obreras y la concentración del voto del PSC y del PSUC-ICV. Sin embargo, en lo que va del nuevo siglo ha ido cayendo el peso de éstos partidos que cada vez más se alejaban del trabajador. Por ello no es de extrañar que el PSC haya descendido al tercer puesto en éstas elecciones: han pasado del 35% de los votos en 2006 al magro 18% de 2015, una caída del 50% de los votos en tan solo 7 años.
Lamentablemente, las dos fuerzas políticas más votadas son completamente opuestas a los intereses de los obreros: por un lado, Junts pel Sí que reúne a CDC de Artur Mas y ERC de Junqueras; por el otro, Ciutadans.
Ciutadans ha sido la primera fuerza en municipios tan importantes como Sant Boi, El Prat, Gavà, Viladecans o Esplugues. El PSC ha logrado salvar los platos tan solo en Cornellà y JxSí ha levantado cabeza en Sant Feliú. Municipios, estos dos, en los cuales C’s es segunda fuerza apenas a pocas décimas de distancia.
Hay otras comarcas obreras, en el área metropolitana, como el Vallès Occidental o el Vallès Oriental donde se da el mismo fenómeno.
El Barcelonés también cambia
Dentro de la comarca del Barcelonés hay algunos municipios con gran concentración de trabajadores como son L’Hospitalet de Llobregat, Santa Coloma de Gramenet o Badalona. Si el cinturón rojo era el pulmón de los votos socialistas, estos tres municipios eran el corazón. La suma de los votantes en estos municipios superó los 340.000 votantes en 2015.
En 2006 el PSC fue primera fuerza en Hospitalet de Llobregat con el 40% de los votos. Ahora en 2015 es la segunda con tan solo el 23% por detrás de Ciutadans (que en 2006 tenía tan solo el 4% siendo sexta). En Santa Coloma más de lo mismo. El PSC pasó del 43% en 2006 al 25% aunque conservando la primera minoría. Pero con C’s respirándole en la nuca. Y, en Badalona es aún más estrepitosa la caída. En 2006 solo juntaban el 32% y este 27S solo llegaron al 14% quedando en una cuarta fuerza. Por detrás de Junts pel Sí, el PP y C’s. Sin palabras.
Barcelona, que es la capital de la comarca y de Catalunya, fue el refugio por excelencia del PSC durante 32 años. En 2011 la perdieron y aún siguen sin recuperarla, pero cada vez están más lejos.
El Barcelonés ahora está dirigido por Junts pel Sí como primera minoría con el 32% y Ciutadans con el 18%. El PSC mira de lejos arañando el 14%.
Nou Barris
Éste es un distrito, en la ciudad de Barcelona, de mayor concentración de trabajadores. Habitados por personas que emigraron de otros lugares del Estado español, ha concentrado el voto socialista de la ciudad y ha permitido que la capital catalana sea gobernada por el PSC durante más de 30 años.
Sin embargo, hoy día la primera minoría es Ciutadans que ha conseguido el 22% de los votos seguido de cerca por JxSí con el 21%. El PSC queda tan solo en 18% muy lejos del 38% obtenido en 2006. Es notable también la caída de Catalunya Sí que es Pot respecto de Barcelona en Comú ganadora del ayuntamiento. 13% la primera y 33% la segunda.
Algunas conclusiones
La primera, es que el voto obrero ha ido abandonando al PSC. El cual ha perdido aproximadamente la mitad del caudal electoral tradicional (o más).
La segunda, es que los trabajadores se han polarizado entre el voto a las fuerzas independentistas, centralmente Junts pel Sí, y la fuerza más radicalmente españolista, como Ciutadans. Ambos proyectos son liderados por diferentes camarillas de la burguesía. Por un lado, la catalanista que ha protagonizado los peores recortes sociales en décadas. Por el otro, la españolista con un proyecto claramente centralista y antiobrero.
Una tercera cuestión que aparece a la vista es la pronunciada caída de Catalunya Sí que es Pot en relación con la elección municipal donde Barcelona en Comú ganó el Ayuntamiento barcelonés. Probablemente, el discurso a favor del derecho a decidir del candidato Rabell no fue acompañado por una parte de trabajadores que se dirigieron a Cs o el PSC. Y a otra parte, seguramente, no le convenció la tibieza con que se planteaba esta cuestión, por la que optó por candidaturas independentistas, como Junts pel Si y la CUP.
El desafío para los próximos años reside en buscar la unidad de la fuerza trabajadora en pos de derrotar el centralismo españolista y neoliberal y a los gobiernos, como el de Artur Mas, que recortan los derechos sociales. La unidad obrera será la gran palanca que acabe con el Régimen del 78 y permita verdaderamente resolver la cuestión catalana desde una perspectiva social. |