Este domingo 10 de diciembre, durante la mañana, en horas previas a la asunción de Javier Milei, Martín LLaryora dio su primer discurso como gobernador de la provincia, cargo que ejercería desde 2023 hasta 2027. El acto oficial fue en la Legislatura de Córdoba y la ausencia llamativa fue la de Juan Schiaretti, gobernador saliente, quien tampoco estuvo presente en la asunción del intendente Passerini en la jornada previa, de su mismo signo político.
El discurso de Llaryora sostuvo reiteradamente una política provincial que se adecúa al ajuste que implementaron Milei a nivel nacional. Así, se refirió reiteradamente a la necesidad de un gobierno austero, en el marco de una estanflación anunciada por el presidente de La Libertad Avanza. A propósito de su ubicación con respecto a Milei, Llaryora dijo que van a “acompañar al gobierno del presidente Javier Milei que hoy asume los destinos del país”, porque, continuó “No es tiempo de poner palos en la rueda”. Esta ubicación se volvió evidente, como señalamos desde La izquierda diario, en el aporte de funcionarios que hizo el PJ local, tanto para la ANSES con el empobrecedor de jubilados Osvaldo Giordano y el banquero Tillard que irá al Banco Nación.
Así, a tono con la propuesta mileista, el gobierno provincial tendrá 14 ministerios. Pero la discusión sobre la orgánica de ministerios no entraña problema. La cuestión medular es el anuncio de que sostendrá la política del PJ cordobés con el congelamiento de vacantes en el empleo estatal. Esto es un recorte anunciado. Las y los miles de trabajadores precarizados por el propio estado desde hace una década algunos, no tendrán reconocimiento de la relación laboral, del derecho a pase a planta. Pareciera anunciar que tampoco habrá renovación de vacantes que se produzcan por jubilaciones o fallecimiento, algo que los y las empleadas municipales han denunciado desde que Llaryora asumió como intendente.
Por otro lado, como medida absolutamente demagógica, pretendiendo ubicarse contra los privilegios de la casta como las dietas millonarias que la izquierda siempre ha denunciado, señaló que va a reducir en un insignificante 25% los haberes del Gobernador y vice y 15 o 10% a los ministros y funcionarios políticos respectivamente.
La ubicación anti casta se contradice por los propios hechos: en su gabinete no faltarán los deportistas, no sólo maratonistas devenidos expertos en “saltos ornamentales” como Juan Pablo Quinteros, hasta ayer denunciante de la corrupción con la obra pública, las empresas de servicios. Liliana Montero, integrada al gabinete Municipal bajo la gestión llaryorista, había sido otrora furiosa opositora de la boca para afuera, del schiarettismo.
Por su parte, el rol que ocupará Quinteros, será el de garantizar la nueva “Policía Municipal” que dice, creará a partir de dotar con más recursos a la cuestionada policía provincial, asesina de Blas Correa, Joaquín Paredes, Ezequiel Castro entre tantos otros nombres de jóvenes de las barriadas populares. Esa fuerza, además, integrará a las empresas privadas de seguridad, manejadas como negocios por muchos ex miembros de las fuerzas policiales, exonerados o involucrados con resonantes casos policiales, como alguna vez lo hicieron la “mano de obra desocupada” post Dictadura.
Bajo la excusa del aumento de la inseguridad y el avance del narcotráfico, impondrán una política de estas características que no dará solución profunda a la exposición que la pobreza y la miseria genera en los barrios para la avanzada del narcotráfico, así como tampoco a la desigualdad social que aparece como trasfondo del aumento de la llamada “inseguridad”. Por el contrario, dotándola con recursos y armas supuestamente “no letales”, es de prever que aumenten los casos de violencia policial, torturas, persecución y asesinatos de pibes de las barriadas a manos de las fuerzas represivas.
En otro tramo del discurso, Llaryora reivindicó el famoso “partido cordobés” y recuperó la memoria de los gobiernos radicales y peronistas encabezados por Angeloz, De La Sota, Mestre y Schiaretti.
En cuanto a la salud, acorde a colocar al director de un nosocomio privado como el “Hospital Privado” a cargo de la cartera sanitaria, Llaryora señaló que impulsará un “nuevo pacto sanitario público/privado/universitario para la eficiencia del uso de la capacidad operativa de todo el sistema”. Además, defendió los planes preacarizadores del PJ cordobés como los PPP, XMí, indicando que pondrá en práctica un programa de empleo para hombres y mujeres de entre 25/45 años.
Nada puede esperar el pueblo trabajador de la provincia con la continuidad del PJ y la renovación de sus caras pero no de su política que ha favorecido históricamente los grandes negocios privados del agro, las multinacionales, el sector privado frente al empobrecimiento de las mayorías.
Como señaló la concejal y ex legisladora, Laura Vilches, “nuestra banca, como siempre, estará al servicio de la lucha para enfrentar todo el ajuste y la represión que el tándem Llaryora- Passerini querrán desplegar en la provincia y la ciudad. La izquierda, siempre del mismo lado junto a las mayorías populares.” |