Por un gran Encuentro Nacional de sectores en lucha, organizaciones sindicales y piqueteras, combativas y de la izquierda. Hay que imponerle a las centrales sindicales un plan de lucha.
Este 10 de diciembre asumió el gobierno de Javier Milei. Su primer discurso fue un chantaje para hacernos creer que es “ajuste de shock o caos”. Confirma su plan de guerra contra el pueblo trabajador: más devaluación que pulverizará los ingresos populares; despidos en el Estado y sectores afectados por la “estanflación”; más privatizaciones; liberar los precios y desatar más inflación; extender el “modelo UOCRA” de despidos baratos; atacar los convenios; liberar las tarifas; seguir pagando la fraudulenta deuda al FMI. No solo viene por las condiciones de vida de millones, desde la clase trabajadora a las clases medias empobrecidas. También por derechos sociales, democráticos, ambientales, de las mujeres y diversidades. Esta semana se conocerán las primeras medidas.
El “plan motosierra” no es un plan para que los patrones ganen unos pesos más: quieren dar un salto en el saqueo del país y de la clase trabajadora a favor de los empresarios y el imperialismo. Y ya adelantó que lo harán con represión si hace falta.
Eso es lo que está en juego.
El peronismo, que con su gobierno de ajuste y la complicidad de sus conducciones sindicales ayudó al avance de la derecha, ahora negocia la transición. Desde el balotage devaluó, dejó crecer la inflación y los ataques empresarios, entregó a decenas de miles de estatales contratados al “plan motosierra”. Además negocia en el Congreso y hasta le puso funcionarios a los que hace un mes eran “fascistas”: Scioli, Royón, Lavagna y una larga lista. Las CGT, la CTA y la UTEP hacen discursos críticos pero hace 4 años no mueven un pelo y esperan una negociación con Milei.
No se puede esperar. Hay que empezar a organizarse y resistir. La clase trabajadora tiene las fuerzas para frenar ese plan. Somos la inmensa mayoría, la que mueve el país. A pesar del rol de las cúpulas sindicales, derrotamos las reformas macristas en 2017, protagonizamos una rebelión como en Jujuy y las oleadas de luchas en 2020 y 2021. En estas semanas muchos han seguido peleando. En los medios públicos hay asambleas. Conflicto en el Neumático y en Mondelez. Plenarios estatales contra las amenazas de despidos. Clínica Virreyes contra el cierre. Marchas piqueteras. Pero sobre todo, hay un estado de alerta.
Las organizaciones sindicales y sociales combativas, los luchadores y la izquierda, tenemos una responsabilidad: rodear de solidaridad cada lucha, impulsar y exigir asambleas en cada gremio, coordinarnos junto a los sectores que serán atacados y ganar para la resistencia a millones de trabajadores, trabajadoras y jóvenes que votaron contra Milei pero sus conducciones les dicen que “se queden en casa” (también a quienes lo votaron esperando un “cambio” para mejor).
Por eso, estamos convencidos que si realmente queremos derrotar el plan de guerra, cada acción de los sectores combativos y la izquierda tienen que tener como objetivo avanzar en la unidad y la coordinación. Para nosotros hay una propuesta muy concreta para lograrlo: un Gran Encuentro o Congreso Nacional de trabajadores ocupados, desocupados y sectores en lucha, sumando al movimiento de mujeres y de la juventud combativa. Que la izquierda sea parte, así como las bancas del Frente de Izquierda serán parte de la resistencia. Un encuentro amplio, con el protagonismo de los sectores en lucha, donde discutamos democráticamente el programa y el plan de lucha que pueda derrotar los ataques. Y que se proponga también imponerle a las conducciones sindicales (y sociales) del peronismo, que convoquen un paro general activo.
Creemos que la movilización propuesta para el 20 de diciembre tiene que ser un primer paso. Tiene que ser unitaria, sumar a todos los sectores atacados y proponer como siguiente paso el Encuentro o Congreso Nacional, si es necesario preparado por plenarios regionales. Desde AMSAFE Rosario ya han difundido una propuesta en ese sentido. También desde ATEN Capital (Neuquén).
Desde el sindicalismo combativo y la izquierda llevaremos allí un pliego de reclamos: un aumento de emergencia para salarios, planes y jubilaciones, que cubra la canasta familiar y se actualice automáticamente con la inflación; ingreso de emergencia para informales y desocupados; prohibición de los despidos; reducción de la jornada a 6 horas y el reparto de las horas para generar trabajo con derechos; pase a planta de contratados, monotrobutistas, tercerizados, con paritarias para todos y todas; anulación de los tarifazos y del pacto con el FMI; en defensa de la educación y la salud pública; por los derechos democráticos, de las mujeres y diversidades, entre otras demandas.
Movimiento de Agrupaciones Clasistas (PTS-FITU), diciembre de 2023