El día de ayer, 12 de diciembre, trabajador@s afiliados al Sindicato Estatal de Trabajadores al Servicio de la Universidad Veracruzana (Setsuv) iniciaron un paro de labores y tomaron las instalaciones después de que las autoridades de la institución le negaran su derecho al aguinaldo, incumpliendo una prestación de ley, pues los cheques que les entregaron a los agremiados carecían de fondos. De ahí se derivó la inconformidad de administrativ@s, conserjes, auxiliares, secretarias, manuales y técnicos quienes no recibieron el dinero en tiempo y forma, a diferencia de l@s académic@s, que si cobraron su prestación.
Por dicha razón, l@s trabajador@s mantendrán el paro hasta que su legitima demanda sea cumplida, mientras tanto el rector Martín Aguilar Sánchez, que se reunió con el Consejo Universitario General, habló de que existe estabilidad financiera en la institución y que el principal reto es ampliar la matrícula para los próximos semestres, obviando el problema que implica no pagar prestaciones a quienes hacen funcionar la universidad ni que existe un manejo poco transparente de ese recurso.
Un contexto de irregularidades
Pero la UV no es la única institución de educación superior en donde se están presentando irregularidades, porque las cifras oficiales como las de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), muestran que el 77% de las instituciones de educación superior, es decir, casi ocho de cada diez, presentan irregularidades en el uso de los recursos públicos. Lo que expresa que la opacidad y los malos manejos que habían azotado a las instituciones de educación superior en los sexenios anteriores continúan en este.
Desde nuestro punto de vista, dicha situación es muestra del uso discrecional que hacen las burocracias académicas de los recursos de las universidades, quienes, desde sus posiciones de poder pueden decidir de forma antidemocrática sobre las comunidades, afectando tanto a estudiantes como a trabajadores. Pues, como muestra el ejemplo de la UV, la rectoría viola derechos laborales mientras proyecta una imagen de eficiencia y estabilidad financiera, de que pueden cumplir nuevos retos, invisibilizando las protestas de los integrantes del Setsuv.
Por lo que hay que decir que, no hay universidad que pueda brindar una educación que realmente enaltezca el espíritu humano si se realiza sobre la base atacar los derechos conquistados, porque estas afectaciones materiales tarde o temprano recaen sobre la formación académica de las y los estudiantes. Pues, el ataque a los derechos no se detiene con negar el aguinaldo, las políticas patronales avanzan en cadena, hoy atacan el aguinaldo, mañana pueden atacar el salario y después hasta la estabilidad laboral y siguen avanzando hasta no ser frenadas por la unidad, organización y lucha de las y los trabajadores.
Un contexto de neoliberalismo educativo
Las políticas patronales en nuestro país avanzan, en buena medida, de la mano de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), -asociación no gubernamental que agremia a las principales Instituciones de Educación Superior del país-, que, se presenta con un discurso progresista, pregonando el derecho a la educación superior en México. Sin embargo, se basa en la “gobernanza educativa”, un concepto de corte neoliberal, elaborado para justificar el abandono de los servicios públicos y su sustitución por el capital privado, al igual que la “calidad educativa” otro concepto elaborado desde el punto de vista empresarial.
Ha sido bajo el signo de la ANUIES que, por ejemplo, en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), se ha profundizado la línea pro patronal de ataque contra los derechos de las y los trabajadores y sus prestaciones, así como el de los estudiantes con los intentos de la rectora Tania Rodríguez, de privatizar los comedores, situación que también afecta a los trabajadores encargados de esa tarea.
En ese sentido, es importante apuntar que también la UV está afiliada en la ANUIES, y esta asociación nunca dice nada cuando las rectorías atacan los derechos de l@s trabajador@s y las comunidades académicas, por el contrario, se amparan desde la linea que ésta imparte.
Ante el ataque, unidad, movilización y solidaridad
Es por eso que, ante el ataque de la rectoría de la Universidad Veracruzana, es necesaria también la movilización de forma independiente del Estado, sus instituciones y partidos del régimen, apoyándose en la solidaridad y la articulación de las y los trabajadores con otras luchas en curso.
En el mismo sentido, también se vuelve necesario que l@s trabajador@s busquen la solidaridad de otros sectores educativos que les respalden, de otras universidades y de todos los niveles educativos, pero también de otros gremios que, al igual que ell@s, padecen las consecuencias del quite de conquistas y la precarización laboral.
Consideramos que es la unidad en las calles la que puede evitar que se sigan vulnerando los derechos laborales por parte de las patronales privadas y estatales, en donde los sindicatos se apuesten a sumar a más trabajador@s, incluso aquell@s que no están sindicalizad@s y no tienen ningún derecho, para acabar no sólo con los abusos que se dan de forma ocasional sino con la precarización laboral de conjunto que hoy padece la mayoría de la clase trabajadora. |