La Organización Central de Sindicatos de Finlandia (SAK), la principal confederación sindical del país nórdico, realizó este jueves una importante huelga de 24 horas para protestas por los recortes y la reforma laboral anunciadas por el primer ministro conservador, Petteri Orpo.
La huelga, centrada en el transporte público, paralizó casi por completo el tráfico de autobuses, trenes y tranvías en las principales ciudades del país y afectó también al reparto de comidas a escuelas y guarderías o la limpieza de edificios públicos e instalaciones deportivas.
También se unieron a las movilizaciones varias centrales térmicas en las localidades de Vantaa, Espoo, Tampere, Naantali y Pietarsaari, donde interrumpieron la producción eléctrica durante 24 horas y desconectaron sus turbinas de la red.
Los trabajadores y trabajadoras del correo publicaron imágenes en la red social X de varias de los centros de distribución paralizados.
Se trata de la primera gran huelga organizada por la central sindical SAK este otoño tras dos meses de protestas y paros selectivos contra las políitcas de ajuste del Gobierno de coalición conservador.
SAK, compuesta por 18 sindicatos y con más de 800.000 afiliados, considera que el proyecto de reforma laboral del Ejecutivo "debilitará drásticamente la seguridad social y los derechos básicos de los trabajadores", especialmente los de ingresos medios y bajos.
El Gobierno de coalición, formado por los conservadores, la ultraderecha y otros dos pequeños partidos de derecha, quiere aplicar una serie de medidas para recortar el gasto público y aumentar la productividad que han sido criticadas desde varios sectores.
Estas reformas incluyen una reducción progresiva de las prestaciones por desempleo, facilitar el despido y la temporalidad y permitir que el primer día de baja por enfermedad no sea remunerado.
Al mismo tiempo, el Ejecutivo quiere que los convenios sectoriales no sean vinculantes para todas las empresas y que los sindicatos no puedan convocar huelgas políticas, dos medidas que buscan limitar la capacidad de fuerza de las organizaciones sindicales.
Las negociaciones a tres bandas entre el Gobierno, la patronal y los sindicatos se encuentran interrumpidas debido a la exigencia de la central SAK de abordar todas estas políticas en una misma mesa, algo a lo que el Ejecutivo de Orpo se niega.
"No hay ninguna garantía de que el Gobierno vaya a dar marcha atrás en sus recortes irracionalmente duros de la seguridad social y de llevar la miseria a la vida laboral, así que tendremos que continuar las huelgas", afirmó el presidente del sindicato del sector público JHL, Håkan Ekström.
Fuente: Efe
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