Editorial |
Las mentiras detrás del saqueo
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Las falacias que justifican el “Rodrigazo” de Milei y Caputo. Editorial de “El Círculo Rojo”, programa de La Izquierda Diario que ese emite los jueves de 22 a 24 h por Radio Con Vos, 89.9. |
Link: https://www.laizquierdadiario.com/Las-mentiras-detras-del-saqueo
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Pasaron cuatro días desde la asunción del nuevo Gobierno y ya tenemos ante nosotros un plan de ajuste feroz contra los trabajadores y las trabajadoras, los pobres y la clase media. La orientación es clarísima y ya la empiezan a sentir los principales afectados a la vez que la festejan los ganadores. El objetivo esencial se puede sintetizar en una fenomenal transferencia de ingresos desde las mayorías populares hacia distintas fracciones de las clases dominantes: el complejo agroexportador, en primer lugar, el principal beneficiado por la devaluación; muchos otros sectores de grandes empresarios por la licuación salarial que provoca una devaluación de la magnitud de la decretada por el Gobierno (aumento de 118 % del precio del dólar) y, bueno, los acreedores de la deuda externa, el principal el Fondo Monetario Internacional, porque gran parte del plan está ordenado en función de pagar la deuda fraudulenta.
A esto hay que agregar otras medidas que ya se conocen y que van en la misma dirección: la decisión de suprimir la fórmula para el aumento de las jubilaciones y reemplazarla por un monto decidido arbitrariamente por el Ejecutivo y el impulso a la reinstalación del impuesto a las ganancias aplicado sobre el salario (4ta categoría) lo que en los hechos implicaría un recorte salarial para una fracción significativa de los trabajadores formales.
Agreguemos que la liberación total a cualquier mínimo control de precios afecta a todos y muy especialmente a las clases medias, como al aumento de las naftas o de las empresas de medicina prepaga, para dar solo dos ejemplos. Lo mismo con la avanzada que quieren hacer contra la ley de alquileres para rediseñar un esquema que favorezca al mercado inmobiliario y perjudique (más aún) a los inquilinos.
Por último, ojo que las medidas que son presentadas como “compensatorias” (la duplicación del AUH o el aumento del 50 % de la tarjeta alimentar) también implican un ajuste, por la sencilla razón de que esos aumentos serán sensiblemente menores a la inflación (en dos o tres meses quedaran licuados). Sin tener en cuenta que el programa Potenciar Trabajo continuará con el mismo presupuesto de 2023: $73.000 para cada beneficiario.
Toda esta redistribución regresiva del ingreso significa la desmentida de una gran falacia que dominó la última etapa de la campaña electoral: hay plata que irá a parar a las cuentas del capital y saldrá del bolsillo de las mayorías populares. Porque la inflación —y esto lo digo porque escuché gente en los móviles de TV que decía “es lo que nos tocó”, “es lo que hay”—, la inflación no es un “fenómeno natural”, es una política deliberada para licuar el salario y los ingresos en general.
La segunda falacia que quedó desmentida con este ajuste es una que se repite mucho por estas horas, pero que es muy cierta: el ajuste no lo paga la “casta”, sino el pueblo. Es un ajuste con la casta, a favor de la clase y contra las mayorías. Ya la casta había desaparecido de los discursos de Milei tanto en el Congreso como en la Casa Rosada.
Una tercera desmentida o negación del relato libertariano podríamos vincularla a un combo de medidas y propuestas que cambiaron radicalmente o directamente son relegadas: por ejemplo, la dolarización y el cierre del Banco Central. De lo primero casi ni se habla y el segundo sigue muy en pie e incluso ¡con “cepo” al dólar! La cuestión de las privatizaciones que tampoco estuvieron entre los anuncios del ministro Caputo. Ojo, no digo que se hayan borrado de su programa, sino que no fueron de la partida por ahora (cuando habían prometido motosierra a lo loco) y eso habla de una relación de fuerzas. Por eso dicen que los proyectos de leyes “más que un ómnibus, serán varias combis”.
Pero hay otros giros o cambios bruscos que muestran grandes diferencias entre lo prometido y lo agitado en la campaña electoral y lo que se empieza a desplegar desde el Gobierno que van hacia un aspecto más conceptual. Por ejemplo, alrededor de la suba de impuestos (en el caso de las retenciones) o de la reposición del impuesto a las ganancias sobre el salario. O la “estatización” de deuda privada que va a hacer el BCRA con una resolución que sacó ayer que básicamente implica hacerse cargo de la deuda de empresas privadas con empresas extranjeras (muchas “intrafirma”) a través de un bono en dólares a cobrar cash en 2027. Estas medidas (los impuestos eran un robo, según el viejo Milei) desmienten esa idea anti-Estado que era presentado como un ente que oprimía a todos por igual y a mucha gente (trabajadores o de clase media) ahogados por impuestos regresivos le pareció verdadera, real, se identificó en parte con esos planteos. Bueno, Milei demuestra no viene a luchar contra el Estado que “nos oprime a todos”, Milei viene a utilizar el Estado para beneficiar directamente a un sector social privilegiado. No es menos Estado, es un Estado de nuevo tipo.
Por último, una cuestión todavía más general, pero que hace al núcleo del planteo ideológico de los libertarianos. Milei no se cansa de repetir la definición que atribuye a Alberto Benegas Lynch (hijo), que dice: ‘El liberalismo es el respeto irrestricto del proyecto de vida del prójimo, basado en el principio de no agresión, en defensa del derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad, cuyas instituciones fundamentales son la propiedad privada, los mercados libres de intervención estatal, la libre competencia, la división del trabajo y la cooperación social’”. Esto en general, esto va a acompañado con el principio de cumplir a rajatabla con los contratos y las obligaciones contraídas.
Bueno, todos estos principios están siendo violentados ferozmente. Empecemos por lo último, como se preguntó Marcelo Falak en su newsletter diario de Letra P: “¿Las jubilaciones, la movilidad, los salarios que no deberían licuarse demencialmente, las indemnizaciones y los derechos laborales, la ley de Contrato de Trabajo no entran en la categoría de "contrato"?”
En segundo lugar, tanto “el respeto irrestricto al proyecto de vida del otro como el principio de no agresión” están siendo vulnerados salvajemente porque la violencia y el terror económicos son agresivos, quizá están entre las peores formas de agresión y porque privar de los medios elementales de existencia es la forma más abierta de no respetar, es más, de obstaculizar el “proyecto de vida del otro”.
Y la última, sobre la propiedad, dejo una respuesta fulminante que Marx dedicó a todos los Milei de la vida y que se actualiza como nunca por estas horas: “Ustedes se horrorizan de que queramos abolir la propiedad privada. Pero, en vuestra sociedad, la propiedad privada está abolida para las nueve décimas partes de sus miembros; existe precisamente porque no existe para esas nueve décimas partes. Nos reprochan, pues, el querer abolir una forma de propiedad que no puede existir a condición de que la inmensa mayoría de la sociedad sea privada de toda propiedad”.
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