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25 de diciembre de 2023 Twitter Faceboock

Esequibo
Gran Bretaña azuza tensiones enviando buque de guerra a Guyana en medio de la disputa con Venezuela
Milton D’León | Caracas / @MiltonDLeon

HMS Trent en Portsmouth en 2020. Getty Images

Inglaterra anunció este 24 de diciembre el envío del buque de guerra HMS Trent de la Royal Navy para participar en ejercicios con Guyana en el marco de las tensiones por el Esequibo. El pasado 8 de diciembre Estados Unidos había anunciado y realizado ejercicios militares con la ex colonia británica vía el Comando Sur. La presencia de potencias imperialistas en la región en disputa no hace más que azuzar las tensiones militares, lo que debe ser rechazado con contundencia.

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Un portavoz del Ministerio de Defensa afirmó este domingo que: “El HMS Trent visitará Guyana, aliado regional y socio de la Commonwealth, a finales de este mes como parte de una serie de compromisos en la región durante su despliegue de tareas de patrulla en el Atlántico”. El buque de guerra está armado con cañones de 30 mm y un contingente de la Marina Real, también puede desplegar helicópteros tipo Merlin y aeronaves no tripuladas.

El HMS Trent ha cumplido diferentes misiones, en julio de 2021 fue enviado al puerto de Odesa para apoyar a Ucrania en su enfrentamiento con Rusia. El buque de guerra zarpó de su puerto base en Gibraltar a comienzos de diciembre y actualmente se encuentra atracado en Bridgetown, la capital de Barbados.

El pasado 18 de diciembre el Ministro de Relaciones Exteriores para las Américas y el Caribe, David Rutley, visitó Guyana, afirmando en tono amenazante: “La cuestión fronteriza se ha resuelto durante más de 120 años. Las fronteras soberanas deben respetarse en cualquier parte del mundo”, aludiendo al Laudo Arbitral de París de 1899, arbitrio en el que Venezuela no tuvo representación propia –sino que la representaron funcionarios estadounidenses– y que se demostró luego cargado de todo tipo de irregularidades y fraudes.

Agregando David Rutley que el Reino Unido trabajaría a nivel internacional "para garantizar que se respete la integridad territorial de Guyana", un país que obtuvo su independencia en 1966. El imperialismo inglés dejó en la pequeña y naciente nación un legado de despojo y pobreza, y le heredó también el reclamo venezolano. El barco militar está diseñado para lo que el gobierno describe como “diplomacia de defensa”, en otras palabras, disuasión militar.

Fue el ministro de Defensa de Venezuela, el General Vladimir Padrino López, el que salió a declarar a lo que consideró una amenaza y provocación: “¿Un buque de guerra en aguas por delimitar? ¿Y entonces? ¿Y el compromiso con la buena vecindad y la convivencia pacífica? ¿Y el acuerdo de no amenazarse y utilizar la fuerza mutuamente en ninguna circunstancia?”.

Padrino López se refería a los acuerdos firmados el 14 de diciembre entre los gobiernos de Venezuela y Guyana cuando se encontraron en San Vicente y las Granadinas, en la que se habría acordado ningún tipo de agresión ni uso de la fuerza, y volverse a reunir nuevamente dentro de tres meses en Brasil. Una reunión que fue facilitada y con la presencia de miembros de la CARICOM, CELAC, representantes del Gobierno de Brasil y observadores de la ONU. Por los resultados de la reunión, el conflicto continúa en un punto muerto en medio del impasse político, no podría ser de otra manera, dado el nivel de la disputa.

Pero en dicha reunión se había acordado que "Guyana y Venezuela, directa o indirectamente, no se amenazarán ni utilizarán la fuerza mutuamente en ninguna circunstancia, incluidas las derivadas de cualquier controversia existente entre ambos Estados".

Como afirmamos en La Izquierda Diario luego de la reunión en Kingstown, “en los hechos en el encuentro Venezuela y Guyana no lograron llegar a un acuerdo ni en cómo abordar la disputa sobre la vasta región fronteriza... La tensión sigue en su desarrollo, donde intereses y necesidades nacionales internos de ambos países, geopolíticos y consideraciones económicas continúan convergiendo sobre la dinámica de la controversia”.

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La presencia de potencias imperialistas en la región en disputa no hace más que azuzar las tensiones políticas y hasta bélicas. Recordemos que el pasado 8 de diciembre el Comando Sur de Estados Unidos y la Fuerza de Defensa de Guyana realizaron “ejercicios aéreos” en territorio guyanés como parte de lo que llaman “operaciones de rutina” justo en momentos de mayor tensión política con Venezuela. El anuncio de los ejercicios llegó directamente de la embajada de EEUU en Georgetown y no del gobierno de Guyana, de igual manera, la noticia de la llegada del HMS Trent de la Royal Navy se da a conocer directamente desde el gobierno de Londres.

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¿A qué juega Estados Unidos y Gran Bretaña a sabiendas que sus movimientos militares puede aumentar la tensión en la región? Como hemos afirmado hasta hace pocos años Guyana no estaba tan presente en el radar de potencias imperialistas como Estados Unidos y Gran Bretaña. Ni el Comando Sur de Estados Unidos menos Inglaterra con su Marina Real, eran países con los cuales Guayana realizara importantes ejercicios militares. Pero la presencia en los últimos años y a este nivel da cuenta de cómo la zona se ha transformado en una cuestión de mayor interés y al mismo tiempo de mayor tensión.

Guyana es la zona del mundo donde actualmente se expanden más rápido las inversiones petroleras y está a punto de convertirse en el cuarto mayor productor de petróleo marino del mundo, y gran parte de esa explotación se encuentra en la zona en disputa. Pasa a tener un novedoso interés geopolítico, en un mundo cada vez más convulsionado y con las potencias necesitadas de abastecimientos seguros de hidrocarburos, con escenarios de guerra como en Ucrania y, ahora, el genocidio en curso de Israel en Palestina, que puede abrir un ciclo de inestabilidad en Medio Oriente.

Como hemos escrito, el Esequibo vuelve al centro con mayores tensiones, por un lado, por el avance de los intereses imperialistas en la zona. Por el otro, marcados por las políticas de Venezuela y Guyana. Del lado de Venezuela por la conveniencia del gobierno de Maduro de utilizar el asunto para una maniobra política, con la que busca conquistar una legitimidad perdida hace mucho tiempo, además de la cuestión petrolera; lo mismo hace el Gobierno de Irfaan Ali de Guyana, que en función de sus intereses y como socio menor de la expoliación de su país, actúa abriendo espacio a las grandes transnacionales petroleras, firmando depredadores acuerdos, cuestión que también hace el Gobierno de Maduro.

La mayor y constante presencia de Estados Unidos, además de política y militar, así como ahora la de Inglaterra, no hacen más que azuzar el conflicto, lejos de las hipócritas declaraciones de buscar una “solución pacífica”. Afirmaciones como la “diplomacia de defensa” por parte de Gran Bretaña, alude a tambores de guerra. De escalar la tensión solo puede conducir a enfrentamiento entre países hermanos con bastantes grados de semicolonialidad, más allá de las diferencias entre los mismos.

Tal presencia imperialista debe ser contundentemente rechazada, así como las intenciones de EE.UU. de instalar una base militar. Es más que sabido que, lejos de cualquier “paz”, lo hacen en función de sus intereses imperialistas, instigando situaciones bélicas. Fuera las potencias imperialistas y sus provocaciones bélicas en la región.

Como escribimos en nuestra declaración como Liga de Trabajadores por el Socialismo (LTS), que impulsa La Izquierda Diario: “No habrá ninguna salida progresiva, de bienestar para los pueblos de Venezuela y Guyana, de la mano de las clases dominantes de ambos países y sus gobiernos. La única salida progresiva, como sería la gestión común de recursos para beneficios de ambos pueblos, y no de las parasitarias burguesías locales, que junto a sus socios de las diferentes potencias nos mantienen en el atraso y múltiples padecimientos estructurales, solo puede venir de los trabajadores y grandes mayorías populares y explotadas, junto a los pueblos originarios de ambos países, conquistando sus propios gobiernos. Solo así es posible dar una solución íntegra y definitiva a estas disputas territoriales heredadas del pasado.”

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