Maduro ordenó la “acción conjunta defensiva” en respuesta a lo que señaló como una "provocación del Reino Unido" luego de que el Ministerio de Defensa británico anunciara el envío de un buque de guerra y que llegará este viernes a las costas de Guyana. Inglaterra justifica el envío del HMS Trent como la “diplomacia de defensa” en su apoyo a Guyana, su antigua colonia, en la disputa territorial, expresiones que solo aluden a climas bélicos.
"Por eso he ordenado la activación de una acción conjunta de toda la fuerza armada nacional militar bolivariana sobre el caribe oriental de Venezuela, sobre la fachada atlántica, una acción conjunta de carácter defensiva como respuesta a la provocación y a la amenaza del Reino Unido contra la paz y la soberanía de nuestro país", afirmó Maduro durante la ceremonia de salutación de fin de año a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB).
La "acción defensiva" consiste en el despliegue de 5.682 militares, 28 aeronaves (entre cazas F-16, Sukhoi rusos y cazas chinos) y 16 embarcaciones (buques de guerra, patrulleros oceánicos y vehículos anfibios), al considerar que el HMS Trent de la Armada británica supone una "amenaza directa a la paz" acordada por Maduro y el presidente guyanés, Irfaan Ali, el pasado 14 de diciembre en San Vicente y las Granadinas, cuando se comprometieron a no amenazarse mutuamente y evitar incidentes relacionadas con la disputa.
“Estamos respondiendo en la medida proporcional", aseguró el gobierno venezolano. Los ejercicios fueron desplegados desde el estado Sucre, muy cerca de Trinidad y Tobago, frente a los límites de aguas en disputa con Guyana. Se considera que la llegada del buque inglés ha roto una frágil tregua sobre el Esequibo.
Inglaterra había anunciado el 24 de diciembre el envío del buque de guerra HMS Trent de la Royal Navy para participar en ejercicios con Guyana en el marco de las tensiones por el Esequibo. El pasado 8 de diciembre Estados Unidos había anunciado y realizado ejercicios militares con la ex colonia británica vía el Comando Sur.
Por su parte, miembros del Gobierno de Guyana no aceptaron la solicitud de Venezuela de que el HMS no arribara a las costas guyanesas. Argumentaron que el buque de guerra de la Royal Navy es una actividad planificada “destinada a mejorar las capacidades de defensa del país” y que todo continuará según lo programado dijo el vicepresidente de Guyana, Bharrat Jagdeo, a los periodistas en Georgetown, la capital del país.
Como afirmamos en La Izquierda Diario luego de la reunión en Kingstown, “en los hechos en el encuentro Venezuela y Guyana no lograron llegar a un acuerdo ni en cómo abordar la disputa sobre la vasta región fronteriza... La tensión sigue en su desarrollo, donde intereses y necesidades nacionales internos de ambos países, geopolíticos y consideraciones económicas continúan convergiendo sobre la dinámica de la controversia”.
Lo del Reino Unido es una clara provocación e intromisión de cuño imperialista, sin embargo, esto no debe hacer olvidar que en esta disputa, si bien el gobierno guyanés actúa como peón de las transnacionales, el de Venezuela está bastante lejos de expresar algún política consecuentemente antimperialista. Maduro actúa con bravuconadas con sus declaraciones, ordenando la “acción defensiva”.
Con esa pose de “patriotismo” busca arrastrar tras de sí a la clase trabajadora y los sectores populares, cuando es precisamente este gobierno el que lleva a cabo una de las políticas más entreguistas a los capitales transnacionales en la historia del país. Aunque por el momento son poco probables, acciones aventureras de un gobierno en descomposición como el de Maduro y con elecciones a la vista en el segundo semestre del 2024, no estarían descartadas, .
Ha sido este gobierno el que lleva adelante una política que facilita brutalmente el saqueo de nuestros recursos y que es una verdadera humillación y subordinación del país ante los capitales extranjeros, con la nueva ley de inversiones extranjeras, con las Zonas Económicas Especiales, con el Arco Minero del Orinoco, con privatizaciones en petróleo y exoneraciones de impuestos a las petroleras como no se veía desde los tiempos de Gómez. Y tiene la desfachatez de venirnos con ese patrioterismo barato de supuesta “defensa de los intereses nacionales”.
Pero una cuestión es clara: la mayor y constante presencia de potencias imperialistas, además de política y militar, tal como lo hace Estados Unidos y ahora Gran Bretaña, no hacen más que instigar al conflicto azuzando las tensiones políticas y hasta bélicas, lejos de las hipócritas declaraciones de buscar una “solución pacífica”. Recordemos que el pasado 8 de diciembre el Comando Sur de Estados Unidos y la Fuerza de Defensa de Guyana realizaron “ejercicios aéreos” en territorio guyanés como parte de lo que llaman “operaciones de rutina” justo en momentos de mayor tensión política con Venezuela. Tal presencia de potencias imperialistas en la región debe ser contundentemente rechazada, así como las intenciones de EE.UU. de instalar una base militar sea en la zona en reclamación o en cualquier otra parte de Guyana.
De escalar la tensión solo puede conducir a enfrentamiento entre países hermanos con bastantes grados de semicolonialidad, más allá de las diferencias entre los mismos. Deploramos que las clases dominantes de nuestros países pretendan enfrascarnos en peleas que pueden llevar a guerras fratricidas, mientras al mismo tiempo esas mismas clases y gobiernos son garantes del sometimiento nacional ante los capitales imperialistas.
Como escribimos en nuestra declaración como Liga de Trabajadores por el Socialismo (LTS), que impulsa La Izquierda Diario: “No habrá ninguna salida progresiva, de bienestar para los pueblos de Venezuela y Guyana, de la mano de las clases dominantes de ambos países y sus gobiernos. La única salida progresiva, como sería la gestión común de recursos para beneficios de ambos pueblos, y no de las parasitarias burguesías locales, que junto a sus socios de las diferentes potencias nos mantienen en el atraso y múltiples padecimientos estructurales, solo puede venir de los trabajadores y grandes mayorías populares y explotadas, junto a los pueblos originarios de ambos países, conquistando sus propios gobiernos. Solo así es posible dar una solución íntegra y definitiva a estas disputas territoriales heredadas del pasado.”
Para una compresión mayor de lo que implica la controversia por el Esequibo, nuestros lectores pueden leer la declaración política antes señalada donde se levanta una posición consecuentemente antiimperialista y de internacionalismo, de unidad de los pueblos.
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