Este lunes, la ministra de Sanidad Mónica García ha anunciado la propuesta de recuperar la autobaja como forma de combatir el colapso que sufre la atención primaria ante nuevas olas de gripe y covid. La medida ha suscitado debate y ha recibido el rechazo de Comisiones Obreras y de UGT, que apuntan a la falta de recursos y personal en los centros sanitarios y en la dificultad para aplicar esa medida.
La autobaja consistiría en una declaración responsable firmada por el trabajador que justificaría la ausencia por enfermedad durante los primeros tres días, sin necesidad de diagnostico médico. La idea según García es descongestionar la atención primaria al eliminar la necesidad de que aquellos usuarios con una enfermedad leve, que no requiere atención médica, acudan al centro sanitario por motivos administrativos.
Ante la oleada de críticas que ha recibido la medida, el secretario de Estado de Sanidad, Javier Padilla, ha añadido en redes sociales una explicación más técnica sobre la idoneidad de la medida. Por un lado, afirman que la propuesta no es un parche para evitar invertir mayores recursos en personal (aunque tampoco está anunciado que vayan a tomarse medidas en este sentido) sino una idea basada en estudios realizados por asociaciones de médicos de familia.
Padilla ha explicado que la medida se aplica en otros países de la Unión Europea, que ha sido solicitada por médicos de atención primaria y ha señalado que la idea consta en un documento publicado en la web de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria, que recogería el análisis de dichos profesionales y su planteamiento.
El citado documento recoge algunos de los puntos polémicos de la autobaja, como el hecho de que son 3 días en los que el trabajador no recibe prestación económica. A su vez, se alude a criterios proempresariales para defender la medida (cuánto pierden las empresas en horas de trabajo o en beneficios debido a las incapacidades temporales de los trabajadores).
Tanto CCOO como UGT han emitido comunicados en contra de la medida. Desde CCOO centran la crítica en que la clave para resolver el colapso de la atención primaria, una realidad a estas alturas, reside en el aumento de personal y recursos para los centros sanitarios.
También han señalado que esta autobaja podría retrasar o reducir la atención médica de los trabajadores, lo que podría poner en riesgo en su salud, ya que al fin del al cabo la persona tendría que decidir si lo que parecen síntomas leves pueden ser señal de algo más grave o no. Además, la persona quedaría sin prestación, ni salario y sin diagnóstico ya que tendría que esperar al cuarto día para cobrar el 60% de la base reguladora.
Por su parte, UGT señala las dificultades de aplicación que tendría esta medida porque la Ley General de Seguridad Social exige un informe emitido por personal profesional de la Sanidad Pública para iniciar periodos de baja médica.
La retórica de algunas figuras públicas afines a Sumar como Antonio Maestre ha sido la de incidir por un lado en que el rechazo de la patronal a la medida implicaría automáticamente que debe ser apoyada. Y, por otro lado, en apelar a la responsabilidad del individuo a la hora de lidiar con este tipo de enfermedades leves. Sin embargo, lo que Maestre y otros defensores de la medida no plantean es por qué debe aceptarse dicha baja sin prestación económica y con qué estrategia se va a implantar efectivamente en aquellos centros de trabajo donde el despotismo patronal coarta cualquier mínimo derecho de los trabajadores. Tampoco han explicado por qué esta es la mejor solución, en vez de tomar recursos de la Sanidad Privada para combatir el actual colapso.
La ministra de sanidad propone un nuevo parche, pero la crisis de la sanidad no se resuelve. |