Los más de 270 trabajadores de la educación despedidos en la comuna de Ñuñoa causó tal indignación que se desarrollaron masivas concentraciones protagonizadas por profesores, estudiantes y apoderados quienes exigen el reintegro inmediato de todos los afectados.
La respuesta de la alcaldesa Emilia Ríos (RD- FA) vino a empeorar más la situación, refiriéndose a los despidos como “justicia educativa”, además indicando que se debe a que se están adelantando al traspaso a los Servicios Locales de Educación Pública (SLEP), que al parecer seguirá implicando despidos, como ya ha venido ocurriendo desde su implementación en otras regiones.
Frente a lo anterior, el pasado viernes 5 de enero, el CMDS de Ñuñoa se reunió con los Sindicatos de Trabajadores asistentes de la educación, Sindicato de Trabajadores de la Educación de Ñuñoa, Colegio de profesores del comunal de Ñuñoa y el Sindicato De Trabajadores Liceo Augusto D’ Halmar, en donde tuvo que reconocer que “actuó irresponsablemente” con la desvinculación, por lo que ahora devolverían el trabajo a 150 de los 272 despedidos, quienes serían notificados, a través de una carta certificada con fecha para el 20 de enero, de su reintegro, los cuales serían todo aquellos pertenecientes a los sindicatos o Colegio de Profesores antes nombrados.
Fue la movilización de dos semanas que logró quebrar la postura intransigente de la alcaldesa frenteamplista y no la estrategia de la revisión del “caso a caso” como los sindicatos y el CDP dijeron en un principio cuando se supo la noticia de los despidos. No fue la buena voluntad de la alcaldesa como dicen algunos. Sin embargo, 122 trabajadores están siendo discriminados por no estar afiliados al sindicato o al CDP y por no contar con una cantidad superior a 2 años de trabajo. Por esta razón, que no obedece a razones pedagógicas, se descarta a estas personas y se les sigue tratando como desecho de fin de año. Por esto no podemos bajar los brazos y no podemos dejarnos dividir. Hay que conseguir la reincorporación de todas y todos. Para eso es importante definir si continua o no la lucha, si se acepta o no está oferta de 150 dejando afuera a 122, en una asamblea de todos los trabajadores, afiliados o no, sin distinción de contrato, junto con las comunidades, estudiantes y apoderados. No pueden formarse acuerdos sin la opinión y decisión de todos.
No podemos celebrar: los despidos fueron un ataque y aún hay trabajadores despedidos sin criterio pedagógico
Desde la agrupación de trabajadoras y trabajadores de la educación Nuestra Clase venimos a solidarizar con la lucha de las y los despedidos de la comuna de Ñuñoa. Asimismo, desde La Izquierda Diario venimos cubriendo el conflicto porque nos parece importante no naturalizar los despidos que se realizan año tras año, los cuales no obedecen a ningún criterio técnico-pedagógico, sino que a sólo intereses de reducción de costos que van en detrimento de la educación pública. Junto a eso, el municipio liderado por el frente amplio intenta crear trabajadores de primera y segunda categoría y ofrece recontratar a solo 150 de los 272, lo que nos parece impresentable. Esta realidad y esta respuesta no podemos celebrarla ni aplaudirla, es fruto de nuestra lucha, pero también es un intento por dividirnos entre trabajadores.
Hacemos un llamado a los sindicatos de trabajadores de la educación de la comuna y a los dirigentes del Colegio de Profesores a levantar espacios de organización donde sean las comunidades quienes decidan el curso de la movilización y por el reintegro de la totalidad de los casos. Especialmente los dirigentes del CdP deberían estar apoyando esta lucha de forma real y más efectiva convocando a todo el comunal de Ñuñoa a participar de asambleas y movilizaciones e incluso un llamado a conjunto del profesorado a ser organizadores de la lucha contra los despidos en todos los rincones del país.
Una realidad que tenemos que terminar a nivel nacional
Los despidos en Ñuñoa no se diferencia de los cientos de despidos de profesores que ocurren en todas las comunas del país en el mes de diciembre. Obedecen a criterios neoliberales para la “reducción de costo” sin preocuparse del impacto en las familias ni tampoco en la educación que, contrario a estas acciones, necesita contar con más profesionales. Los despidos demuestran fielmente la precariedad frente a la cual las y los docentes se enfrentan, a lo que hay que sumar las malas condiciones laborales a las que se ven expuesto, la sobrecarga laboral, malas condiciones de infraestructura, violencia escolar, más de 40 estudiantes por sala, etc.
En el SLEP de Atacama hubo 120 despidos, los afectados acusan que se debe a una represalia por la movilización que llevaron el pasado 2023 debido a que las escuelas y liceos no estaban aptas para realizar clases, con problemas eléctricos con amagos de incendios, filtraciones en los baños, ausencia de materiales y plagas. Frente a esto, el Ministro de Educación Nicolás Cataldo (PC), corresponde a una situación de “ajustes de dotación”, subordinándose y legitimando dichas políticas neoliberales que empeoran la calidad de educación. El PC que goza de importantes cargos en el CDP no apoyó la movilización de los apoderados en Ñuñoa, se limitó a opinar en favor de la reincorporación de los despedidos a través de su concejal, sin embargo ha permanecido en el silencio cómplice de esta acción de despidos subordinándose a los criterios neoliberales para administrar la educación pública. |