www.laizquierdadiario.com.bo / Ver online / Para suscribirte por correo o darte de baja, hazclick aquí
La Izquierda Diario
11 de diciembre de 2024 Faceboock

Cochabamba
Enero Negro: se mantiene la impunidad
Simón Arancibia | Militante de la LOR-CI

Enfrentamientos durante el "enero negro", Cochabamba 2007 (Foto: Archivo de Los Tiempos Digital)

El 11 de enero de 2007 grupos paramilitares racistas bajo el mando del entonces prefecto Manfred Reyes Villa y el Comité Cívico de Cochabamba se movilizaron para expulsar de la ciudad a la Federación Única de Trabajadores Campesinos y organizaciones populares quienes exigían la renuncia del prefecto afín a la media luna. El responsable político de los tres muertos en las jornadas de enero negro, Manfred Reyes Villa, hoy no solo goza de impunidad, sino que el MAS-IPSP le allanó el camino para convertirse en alcalde de la ciudad.

Link: https://www.laizquierdadiario.com/Enero-Negro-se-mantiene-la-impunidad

Entre 2006 y 2009 la oligarquía de la llamada media luna (los departamentos del oriente y el sur del país) desataron una asonada reaccionaria con afines separatistas y golpistas, desesperados por haber perdido el control directo del aparato estatal y asustados ante la posibilidad de que la Asamblea Constituyente avanzara en la consolidación de derechos que atentaran contra sus privilegios. En Cochabamba, bajo la dirección del entonces prefecto Manfred Reyes Villa y el Comité Cívico, se organizó la Unión Juvenil Cochala (UJC), como réplica del grupo paramilitar Unión Juvenil Cruceñista, para ‘defender la ciudad’ ante las movilizaciones campesinas, también participaron en la formación de este grupo el ex-ministro de gobierno de Áñez, Arturo Murillo, y el ex-alcalde de Cochabamba, José María Leyes.

Te puede interesar: El proceso constituyente boliviano ¿qué lecciones sacar para Chile?

En medio de una concentración política, en diciembre de 2006, haciendo referencia al movimiento separatista de Santa Cruz, Reyes Villa arengó “adelante Santa Cruz con su independencia”, haciendo clara su posición de alineamiento con el bloque de la media luna. Además de abrirse a la posibilidad de una autonomía departamental en Cochabamba, desconociendo el resultado negativo del referéndum al respecto. Estas provocaciones llevaron a las organizaciones obreras, campesinas y populares de Cochabamba a convocar un cabildo popular el 19 de diciembre, en el que se resuelve rechazar la propuesta autonomista. El 4 de enero empezaría la vigilia de las organizaciones sociales afuera de la prefectura. El 8 de enero en medio de enfrentamientos, se incendió el edificio principal de la Prefectura y salió escapando, en auto blindado, Reyes Villa.

Bajo la consignas racistas de ‘sacar a los indios de la ciudad’, por ‘paz y democracia’, el Comité Cívico de Cochabamba convocó una primera marcha el 10 de enero, armados de palos y alambre de púas, los ‘citadinos’ junto al grupo paramilitar UJC, salen a enfrentarse con el movimiento popular. El día siguiente, el 11 de enero, las marchas del movimiento popular y de la reacción cívica se encuentran en el prado cochabambino, la frágil hilera de policías al medio de las dos marchas se quiebra y se desata una batalla campal. Los paramilitares disparan con arma de fuego y asesinan al campesino Juan Tica Colque y golpean hasta dejar inconsciente a Luciano Colque, quien fallecería luego. Por otro lado, en reacción a la violencia derechista y como resultado de los enfrentamientos también fallecía Christian Urresti.

El 11 de enero fue parte de un ciclo de arremetidas de la derecha oligárquica, a la que se suman los ataques contra el movimiento campesino en Chuquisaca (mayo 2008) y la masacre del Porvenir en Pando (septiembre 2008).

El MAS-IPSP ha demostrado que, en lugar de impulsar la movilización de los campesinos y la clase obrera, para defenderse ante los ataques reaccionarios, su política ha sido la de negociar sobre los muertos, torturados y heridos de los sectores populares. Los conflictos en torno a la Constituyente dieron lugar a las negociaciones entre el MAS-IPSP y la oposición para reformular el texto constitucional aprobado por la Asamblea Constituyente, diluyendo algunas medidas progresivas en torno a la propiedad de la tierra y los derechos humanos a cambio de un pacto de gobernabilidad, todo esto como parte de negociaciones realizadas entre una cúpula de parlamentarios. Hasta ahora se mantiene la impunidad de los responsables políticos y materiales de enero negro, que ha allanado el camino para el fortalecimiento de la RJC y que Manfred Reyes Villa vuelva a ser alcalde de Cochabamba.

¿Quién es Manfred Reyes Villa?

Manfred Reyes Villa, fue militar entrenado en 1976 en la Escuela de las Américas (Panamá) y fue agregado militar en las embajadas bolivianas en Brasil y Estados Unidos. Según la Agencia Boliviana de Información fue edecán del dictador Luis García Meza, y “según la publicación del extinto periódico Hoy, de fecha 16 de octubre de 1982, fue partícipe de la masacre de la calle Harrigton, ocurrida el 15 de enero de 1981, cuando torturaron y terminaron con la vida de ocho dirigentes del Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR), en la ciudad de La Paz”. El padre de Manfred Reyes Villa, Armando Reyes Villa fue Comandante en jefe de las Fuerzas Armadas en 1979, fue quien juramentó a Luis García Meza como presidente luego del golpe de Estado de 1980, y fue ministro de Defensa del gobierno de facto de Celso Torrelio en 1981.

Luego de un breve paso por el partido del dictador Banzer, Acción Demócrata Nacional (ADN), Reyes Villa creó su propio partido político – Nueva Fuerza Republicana (NFR) en la que han militado autoridades del actual MAS-IPSP como el vocero presidencial Jorge Richter y la ex-embajadora de Bolivia en Irán, Romina Pérez. Con el NFR, Reyes Villa fue candidato en múltiples oportunidades a la presidencia de la República, llegando a formar parte de la democracia pactada, al apoyar la formación de los gobiernos de Banzer (1997) y Gonzalo Sánchez de Lozada (2002).

En su gestión como alcalde de Cochabamba, en 2000, Reyes Villa privatizó el agua potable en complicidad con el entonces presidente Hugo Banzer, e incluso intentaron prohibir la recolección de agua de lluvias. Estos ataques contra el pueblo trabajador provocaron intensas jornadas de lucha popular conocidas como la Guerra del Agua, en la que las y los trabajadores y el pueblo pobre movilizado lograron derrotar la privatización.

 
Izquierda Diario
Síguenos en las redes
/ lid.bolivia
www.laizquierdadiario.com.bo / Para suscribirte por correo, haz click aquí