Que Patricia Bullrich hace demagogia punitivista no es novedad. Este martes volvió a las andadas, cuando pidió, literalmente, que la Justicia expulse del país a las “personas que usurpan terrenos, que son extranjeros y no tienen domicilio permanente en Argentina”.
La ministra de Seguridad utilizó los terribles hechos ocurridos en González Catán para atacar a los inmigrantes más pobres, a aquellos que viven en condiciones casi inhumanas en muchos casos; que sufren esclavitud o semi-esclavitud en muchísimos lugares de trabajo; que carecen de cualquier derecho muchísimas veces y sufren avasallamientos de todos los tipos.
La campaña tiene el típico tono contra “los extranjeros”. Ahora, hay extranjeros que saquean y hunden al país sobre los que ni la ministra ni los demás funcionarios del Gobierno dicen nada. De hecho, hay un organismo extranjero, con sede en Washington D.C., que se llama Fondo Monetario Internacional e impone un fenomenal saqueo al país, empujando a millones de familias trabajadoras a la pobreza creciente.
Hay otros extranjeros que también cometen grandes delitos, pero para Bullrich y cía. son intocables. Como Joe Lewis, el magnate norteamericano amigo de Macri que se quedó ilegalmente con miles de hectáreas en la Patagonia, alrededor de Lago Escondido.
Hay que rechazar todos los discursos xenófobos, dirigidos siempre contra las y los inmigrantes pobres. Una estigmatización que solo es funcional a los poderosos y a los más ricos, los verdaderos beneficiados del ajuste feroz en curso. |