En menos de un mes, quedó demostrado que Milei mintió en su campaña: no vino a ajustar a la casta, sino a declarar una guerra al pueblo trabajador. Ya en su discurso inaugural aseguró que el ajuste lo pagaría el “sector público” y el privado. Dos días después impuso la devaluación del 120%, la más grande de la historia argentina. Liberó los precios de los alimentos, las prepagas, y de un saque perdimos el 15% del poder adquisitivo de nuestros salarios. La inflación escaló al 20% y seguirá creciendo con los tarifazos y las medidas que se vienen.
Al mismo tiempo firmó un DNU y presentó una Ley Ómnibus que promete eliminar el sistema de indemnizaciones, se propone privatizar hasta el agua, entrega nuestros bienes comunes naturales, a la depredación de las grandes empresas. Pretende declarar “servicio esencial” a la docencia para prohibir el derecho a huelga (obliga a un 75% de asistencia durante un paro), habilita la educación virtual como alternativa a la presencialidad en las escuelas desde la primaria, profundizando la exclusión de los sectores más pobres; instaura evaluaciones periódicas a la docencia que deberá revalidar sus titulaciones poniendo en riesgo la estabilidad laboral; elimina el derecho a los mayores de 25 a acceder a la educación superior; y deslinda al Estado de la responsabilidad de crear bibliotecas escolares, entre muchas otras cosas.
Milei pretende conseguir también “poderes extraordinarios” durante al menos dos años, para gobernar como un monarca y decidir a su antojo, por ejemplo, cuánto tienen que cobrar los jubilados. Las modificaciones que negocia por estas horas con la UCR, el PRO y sectores del peronismo, las podrá volver introducir a sola firma. Todo esto viene acompañado de un protocolo represivo que pretende prohibir las manifestaciones y criminaliza la protesta social. Quieren "resetear" la Argentina eliminando derechos adquiridos en beneficio de los grandes empresarios, bancos y especuladores financieros.
Jaldo y los diputados de Tucumán están negociando su apoyo a Milei. La única condición que ponen es la salvaguarda de las ganancias de empresarios azucareros y del citrus. A cambio de eso están dispuestos a entregarnos. No sería la primera vez, ya lo hicieron con Macri.
El ataque es tan grande que las conducciones de la CGT y la CTA tuvieron que llamar a un paro nacional. Pero sabemos que quieren hacer una medida aislada para negociar. En Tucumán, hasta Brito y la burocracia de ATEP y APEMyS, disciplinadas al gobierno de Jaldo, tuvieron que adherir a la convocatoria nacional de la CTERA. La justa bronca que genera en la docencia la ubicación de una conducción gremial que no hace paro por salarios no puede llevarnos a aceptar de manera pasiva este gigantesco ataque a nuestros derechos por parte del gobierno de Milei. Si pasan el DNU y la Ley Ómnibus, perdemos todos.
La respuesta tiene que ser contundente, y es por eso que este 24E, junto a cientos de organizaciones sociales, políticas y sindicales, de derechos humanos y artistas, nos movilizamos en todo el país de manera independiente de las conducciones gremiales para exigir un nuevo paro para el día en que se trate la ley en el Congreso y un plan de lucha hasta tirar abajo el DNU y la Ley Ómnibus. En Tucumán, nos movilizamos junto al Encuentro Memoria Verdad y Justicia, desde las 10am en la Plaza Urquiza a Casa de Gobierno.
Plan de lucha hasta que caigan el DNU y la Ley Ómnibus
Aumento de emergencia de salarios, jubilaciones y planes sociales
Abajo el protocolo represivo de Bullrich y la criminalización de la protesta social
En defensa de la Salud y la Educación pública
Fuera el FMI
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