Este lunes Jorge Bergoglio, el papa Francisco, dio una entrevista al diario italiano La Stampa, en la que habló de varios temas. Entre otras cosas, dio su opinión sobre la escalada genocida de Israel contra la población palestina en Gaza, sobre la guerra en Ucrania y también sobre su próximo encuentro con el presidente de su país natal, Javier Milei.
Las bombas y el silencio
Bergoglio pidió “detener inmediatamente las bombas y los misiles” y “poner fin a las actitudes hostiles” en “todos lados”, ya que “la guerra es siempre y sólo una derrota”. Dejando de lado las reales y concretas motivaciones geopolíticas que siempre conllevan a un conflicto armado, el papa afirmó que “los únicos” que se benefician con las guerras “son los fabricantes y traficantes de armas”. Pero, aunque el papa no lo diga, esos capitalistas bélicos siempre están asociados a los gobiernos con los que el mismo Vaticano colabora y mantiene excelentes relaciones, sobre todo los de las potencias imperialistas.
Sobre el genocidio en Gaza profundizado por el Estado de Israel tras los ataques de Hamas de octubre de 2023, Bergoglio dijo que Israel tiene todo el derecho a la “autodefensa”, pero a la vez tomó distancia de la arremetida sionista contra el pueblo palestino. “Si los ladrones entran a tu casa para robarte y atacarte, tú te defiendes”, dijo en una repudiable identificación de los palestinos con “ladrones”. Pero a la vez aclaró: “No me gusta llamar a esta reacción una ‘guerra justa’, porque es una definición que puede ser explotada. Es correcto y legítimo defenderse, sí. Pero, por favor, hablemos de autodefensa para evitar justificar guerras, que siempre son malas”.
A renglón seguido, y ante la evidencia internacional de la masacre generalizada que Israel está perpetrando en Gaza, Bergoglio dijo que “ahora el conflicto se está ampliando dramáticamente” y pidió que se aplique la “solución de dos Estados” firmada en Oslo (Noruega) en los años 90. Ante la magnitud del genocidio al que asiste Medio Oriente, las palabras del “sumo pontífice” suenan, cuanto menos, irónicas. Para no decir directamente cómplices de Benjamin Netanyahu y sus secuaces.
A lo sumo el papa habla de “escalada militar” en un “conflicto” que “puede empeorar aún más las tensiones y la violencia que ya marcan el planeta”. Y realzó la figura del cardenal Pierbattista Pizzaballa, “patriarca de Jerusalén de los latinos”, quien se está encargando de refugiar a 600 personas en una parroquia de Gaza, que “continúan sus vidas mirando a la muerte cara a cara todos los días”.
Sobre la guerra entre Ucrania y Rusia, Bergoglio dijo que, a través de la Conferencia Episcopal Italiana, la Iglesia católica está haciendo “una labor diplomática constante y paciente para dejar de lado los conflictos y construir un clima de reconciliación”. Básicamente desde Roma buscan “mediar en el intercambio de prisioneros y el regreso de los civiles ucranianos”.
Si bien el actual papa ha sido un agudo analista político durante toda su carrera clerical, de los verdaderos intereses en juego en la guerra no dice una palabra. Una estrategia que le permite desentenderse de las causas y salirse por la tangente con la abstracción discursiva de “¡ya no podemos matarnos entre hermanos y hermanas!”.
Argentina y Milei
La Stampa le consultó a Bergoglio cuáles serán sus viajes en este 2024. El papa aseguró que irá a Bélgica, a Timor Oriental, a Papúa Nueva Guinea, a Indonesia y a diversas ciudades de Italia. Y dijo que “luego está la hipótesis Argentina”, que por ahora mantiene “entre paréntesis” ya que “la organización de la visita aún no ha comenzado”.
Respecto a su país natal, también le preguntaron sobre si se sintió “ofendido” porque el nuevo presidente Javier Milei “lo ha atacado varias veces y con vehemencia”. Recordemos que el liberfacho, que habla de “las fuerzas del cielo” y coquetea con diversas religiones, llegó a decir que el máximo referente del catolicismo “está del lado de dictaduras sangrientas” y que él mismo es un “imbécil” y una “basura” que “representa al maligno en la tierra”. Más directo, imposible.
Y tampoco puede olvidarse que Alberto Benegas Lynch (h), el “prócer” libertariano al que siempre cita Milei, propuso “romper relaciones con el Vaticano” en el acto de cierre de la campaña presidencial de La Libertad Avanza.
Fiel a su demagogia, que lo llevó, por caso, a encubrir a miles de curas abusadores de menores al tiempo de hacer grandilocuentes discursos contra el “pecado” de la pedofilia, Bergoglio dijo que las afirmaciones de Milei no lo ofenden, ya que “las palabras en la campaña electoral van y vienen”. Según su particular concepción del peso que tiene la palabra como herramienta de comunicación e intercambio, que un jefe de Estado le haya dicho las peores cosas públicamente es una mera estrategia electoral sumamente perdonable.
Pero además de no acusar recibo del odio que Milei le profesa, Bergoglio aseguró que está dispuesto a “iniciar un diálogo” con él y que lo recibirá dentro de dos semanas en el Vaticano. Será en el marco de la canonización de María Antonia de Paz y Figueroa, conocida en la Iglesia argentina como Mamá Antula, fundadora en el Siglo XVIII de la Casa de Ejercicios Espirituales de Buenos Aires. “Sé que (Milei) me pidió cita para una entrevista: acepté, y así nos vemos”, sentenció el jefe del Vaticano.
Se ve que Francisco viene tomando nota de que millones de personas, otrora votantes “fieles” del peronismo al que Bergoglio siempre adhirió, en las últimas elecciones dieron la espalda a los candidatos “nacionales y populares” y optaron por el candidato que prometía “arrasar con la casta” y meter motosierra sin piedad. En rigor, lejos de “poner la otra mejilla”, lo que motiva a Bergoglio a abrirle a su detractor las puertas del Vaticano tiene causas bien terrenales.
Aunque en casi dos meses de gobierno Milei y compañía demostraron que en verdad tienen un plan de guerra contra el propio pueblo trabajador en beneficio de las grandes corporaciones nacionales y multinacionales, para Francisco lo importante pasa por mantener el “diálogo” con quienes hoy aplican esas políticas de hambre y miseria en su país natal. Lo que no es otra cosa que bucar darle una "cobertura" al liberfacho cuando éste viene consumando un ataque brutal contra las condiciones de vida de esos mismos millones de trabajadoras y trabajadores.
Nada nuevo, ya que es lo que hizo Bergoglio con todos los gobiernos que precedieron a Milei y aplicaron sus prpios planes de ajuste y empobrecimeinto social. O bien con las “oposiciones” más compatibles con los intereses, siempre más materiales que espirituales, que la Iglesia católica defiende en estas pampas. | 
