En conferencia, antes del inicio de la reunión plenaria de diputados y senadores priistas, el coordinador del tricolor en la cámara baja, Rubén Moreira, anunció que su partido votará a favor de la iniciativa de reforma en pensiones que presentará el presidente López Obrador.
“Tenemos la instrucción de la dirigencia nacional de ir a favor de todo aquello que beneficie a las y los mexicanos”, dijo el priista, quien hizo un llamado al Ejecutivo Federal a que presente la iniciativa en los términos que ha venido planteando y a que “dé el soporte económico que podría sufragar los gastos a que se refiere”.
López Obrador ha dicho que, con su iniciativa, buscará que los trabajadores incorporados al IMSS y al ISSSTE reciban una pensión equivalente al 100% del último salario. Esto, aclarando que no se meterá con el sistema de afores y enviando a los empresarios un mensaje tranquilizador, al asegurar que sería el Estado el que asumiría “parte considerable” de las aportaciones.
Al requerirse mayoría calificada (dos tercios) para aprobar cambios constitucionales y a sabiendas de que Morena y sus aliados no alcanzan los votos necesarios, el presidente daba por sentado que ésta y las demás iniciativas de reforma que presentará el 5 de febrero no pasarían, lo que les daba un carácter meramente electoral, además de marcar la línea para el muy probable próximo gobierno de Sheinbaum y la próxima legislatura.
Ahora, las declaraciones de Moreira cambian el panorama, pues sumando los votos del PRI a los del Morena y sus aliados se tendrían 344 votos de los 334 necesarios en diputados, y 87 de los 85 necesarios en el Senado. La cuestión ha dado lugar a que vuelva a hablarse del PRIMOR (alianza PRI-Morena).
Por otra parte, el PRI presentará una agenda legislativa que incluya reducir la edad para recibir una pensión, de 65 a 60 años. Además, Moreira instó al Morena a que permita que la Mesa Directiva ponga a votación la iniciativa para reducir la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales.
El diputado divide en dos las iniciativas que presentará AMLO: aquellas que van encaminadas a la “destrucción de las instituciones democráticas”, sobre las cuales el PRI votará con un “no rotundo”; y las que “están relacionadas con los derechos de las personas”, con las que están de acuerdo.
Este apriete “por izquierda” al Morena, con claras intenciones de posicionar electoralmente al PRI, se complementa por derecha con las declaraciones –en la misma conferencia- del coordinador del tricolor en el Senado, Manuel Añorve, en el sentido de rechazar la propuesta de elegir a ministros, jueces y magistrados por voto popular, medida que formaría parte de la iniciativa de reforma judicial que presentará López Obrador.
Añorve añadió que, durante el periodo de sesiones, el PRI denunciará el fracaso del gobierno federal en materia de seguridad pública y de salud. Viniendo de un partido garante de la ofensiva neoliberal de las últimas décadas, que está en la base de la situación actual en seguridad y salud, el cinismo es evidente; pero no podemos dejar de ver que las políticas del gobierno de la 4T no han contribuido a revertir el problema, sino que en aspectos como la militarización y sus consecuencias, o la precarización laboral y el presupuesto insuficiente en el sector salud, más bien hay continuidad, aunque bajo nuevas formas (Guardia Nacional, IMSS Bienestar).
En el caso de las pensiones, ni el oficialismo ni el PRI contemplan nada parecido a terminar con la privatización impuesta mediante el sistema de afores, cuestión que está en el centro del problema, mientras que de los dos lados se muestra disposición a que los costos de la reforma de AMLO corran a cargo del erario público, pues los intereses de los grandes empresarios no se tocan.
Falta ver la respuesta del PAN ante las declaraciones del PRI, que recuerdan el apoyo del Revolucionario Institucional a la iniciativa presidencial para incorporar a la Guardia Nacional a la Sedena, lo que en su momento puso en vilo la posibilidad de mantener la alianza opositora (PAN-PRI-PRD).
Por lo pronto, hay que tener claro que cualquier perspectiva que realmente represente los intereses de la clase trabajadora, debe incorporar el fin del sistema de afores y retomar el esquema solidario intergeneracional de jubilaciones y pensiones, con cargo a las ganancias de los empresarios. Esta cuestión requiere de la organización de las y los trabajadores y lucha unitaria, con independencia política respecto al gobierno, el oficialismo y la oposición.
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