El Gobierno nacional sufrió una enorme derrota parlamentaria este martes por la tarde, en el marco de la discusión en particular sobre la Ley Ómnibus. Tras un cuarto intermedio llamado por el propio oficialismo, el diputado Oscar Zago (La Libertad Avanza) pidió que el proyecto volviera a comisión.
Esto implica una importante crisis política para el Gobierno nacional, que presionó fuertemente por la ley y se entregó a una negociación frenética con la llamada oposición colaboracionista. Los bloques del PRO, la UCR y Hacemos Coalición Federal fueron claves para que el oficialismo lograra la aprobación en general.
Este martes, sin embargo, quedaron en evidencia las tensiones existentes. Si bien, lograron aprobar la emergencia en varias áreas, no lograron la aprobación de las facultades especiales en distintos temas, lo que dejaba en un limbo la situación.
El retroceso es enorme. En los hechos, es como si la ley no hubiera existido. Es decir, no cuenta la aprobación en general, que habían logrado el viernes pasado. Una aprobación que se garantizó mientras se llevaba adelanta una represión brutal contra las miles y miles de personas a lo largo de varias jornadas en las afueras del Congreso.
Esa movilización jugó un papel fundamental en la deslegitimación de la actuación en el Congreso. Fue esencial allí la participación activa de asambleas barriales, de Unidos x la Cultura, de las organizaciones sociales y del sindicalismo combativo y de la izquierda.
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