En las profundidades de la República Democrática del Congo, una tragedia humanitaria se despliega silenciosamente, alejada de la atención mediática global. Los horrores que enfrenta la población congoleña son consecuencia del colonialismo francés y la brutal explotación capitalista, marcada por la violencia y la impunidad. A pesar de la magnitud de la situación, la falta de cobertura mediática ha permitido que esta masacre pase desapercibida ante los ojos del mundo. |
El gran negocio responsable de la actual situación del país es la extracción del coltán, el nuevo "oro negro". Un mineral muy escaso del que se obtienen otros dos metales que se utilizan para la fabricación de instrumentos electrónicos. Las reservas de éste se encuentran en Tailandia, Brasil, Australia y principalmente en la República Democrática del Congo (RDC) que concentra el 80% de las existencias. Sin embargo, esto no ha significado más que pobreza para RDC, este país ocupa el puesto 176 del total de 187 países en el Índice de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas, donde la pobreza alcanza al 80% de su población y los conflictos armados han forzado a 6.9 millones de congoleños a la migración, según cifras de la Organización Internacional para las MIgraciones (OIM). Además, esta situación se ha visto agravada por desastres naturales recurrentes, lo que vuelve a esta realidad una de las crisis humanitarias más graves en le mundo.
Desde el 2 de febrero pasado, según informa la ONG Save the Children más de 150 mil personas (más de la mitad, niños) se han visto obligados a abandonar sus hogares a raíz de los combates librados entre el grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23) y el ejército de la República Democrática del Congo, así como también muchos niños has sido reclutados por grupos armados. Así mismo, la ONG Médicos Sin Fronteras informó un grave aumento en la cantidad de heridos de guerra, mayormente civiles.
En este contexto devastador, la responsabilidad tanto del gobierno de la República Democrática del Congo (RDC) como de Francia en la prolongación de la guerra merece una atención crítica.
La administración congoleña, históricamente marcada por la corrupción y la falta de gobernabilidad, ha mostrado que sus intereses no están con los de la población. Además, las acusaciones de complicidad gubernamental en la explotación de recursos naturales, incluido el coltán, intensifican la crisis.
Por otro lado, la implicación de Francia, exmetrópoli colonial, en la región ha sido objeto de controversia. Los intereses económicos franceses, defendidos por diversos gobiernos congoleños, están contribuyendo indirectamente a la inestabilidad del país, planteando preguntas incisivas sobre el papel de las potencias extranjeras en la perpetuación de conflictos y la pobreza en la región. |