“Vamos a andar / hundiendo al poderoso / alzando al perezoso / sumando a los demás”.
Silvio Rodríguez
En 1973 María Elena Walsh escribió una hermosa canción que tituló “Canción de caminantes”. Es una invitación a juntarnos para la lucha, “porque no hay guerra, pero sigue la lucha”. Juntarnos “porque el camino es árido y desalienta”.
La situación actual en Argentina es diferente a la de aquellos años. Es mucho peor para las clases populares, atropelladas por una banda de auténticos patoteros que gobiernan, sin escrúpulos, al servicio de las élites dominantes nativas y extranjeras.
La necesidad de juntarnos para defendernos y hacer valer los derechos laborales y sociales que quieren arrebatarnos por la fuerza, es mayor que en aquella época.
Salvo con la última dictadura cívico-militar, el pueblo argentino no vivió nada peor.
Con saña, con ignorancia y prepotencia, quieren imponer una economía liberal pensada en tiempos remotos para otra sociedad en otro contexto. Fórmulas que ya fueron ensayadas en nuestro país con resultados nefastos para la clase trabajadora y que hundieron al país en una miseria que no para de crecer.
El 60% de los argentinos sobreviven en la pobreza, que en el poco tiempo que lleva este gobierno infame e insensato, creció aceleradamente.
El presidente Milei que de tertuliano revoltoso, excéntrico, gritón y mentirosamente rebelde, pasó a mandatario y con cuatro conceptos liberales mal copiados atropella a la democracia y a cualquiera que, individual o colectivamente, contradice sus decisiones.
Como un niño tonto y enojado, cuando le objetaron su ridícula pelea en las redes sociales con una cantante, respondió:” ella empezó primero”. Aunque no se puede creer, ese es el presidente que tiene Argentina y que castiga sin miramientos a quienes vienen de ser castigados por gobiernos anteriores. En eso no se equivoca. Delirante y absurdo sabe obedecer al amo, con quien se muestra mimoso y complaciente.
Cuando los insultos y amenazas a sus adversarios le dejan un rato libre, opina cosas como esta: “la justicia social es una aberración”.
Patricia Bullrich, después de recorrer todo el espinel político en su carrera de trepadora profesional, se instaló primero en el gobierno de Macri y ahora en el Ministerio de Seguridad. Disfruta de la represión y dicta protocolos anti-manifestaciones llenando las calles de policías y gendarmes. Como será, que hasta un organismo de la ONU calificó a ese afán represivo, como anti-democrático.
Adorni, vocero de este gobierno berreta y depredador, con un cinismo al borde de la burla, dijo que el gobierno es respetuoso de todos los organismos internacionales, pero que el protocolo de Bullrich había sido un éxito.
Luis Caputo, ejecutor económico del macrismo, reitera sus medidas de castigo a las clases populares, sin contemplaciones, como el que vuelve al lugar del crimen para repetirlo impunemente.
Y Espert, que había calificado de disparate la dolarización que anticipaba el Milei candidato, ahora la mira con simpatía.
“Siempre nos separaron los que dominan”, dice María ElenaWalsh en esta canción, “pero sabemos hoy, que eso se termina”.
Se terminará con la lucha del pueblo que sabrá organizarse y enfrentar a la opresión, como tantas veces hizo ya y como lo está haciendo ahora.
Dame la mano y vamos ya. |