Convocadas por los colectivos Ni Una Menos y Campaña Nacional por el Derecho al Aborto, organizaciones feministas, asambleas barriales, sectores sindicales, movimientos sociales, organismos de DD.HH. y activistas independientes van por la segunda semana de asambleas para preparar las acciones del Día Internacional de las Mujeres.
Si en 2018 irrumpimos, como una marea, para ir por nuestro derecho a decidir y a no morir en los abortos clandestinos, este año tenemos planteado ser fuertes en las calles para derrotar los planes de hambre y miseria para las mayorías populares del gobierno de Milei y sus constantes amenazas contra nuestros derechos y libertades.
Siempre decimos que los planes de ajuste que impone el FMI golpean con mayor dureza a las familias trabajadoras, pero especialmente a las mujeres. No son palabras vacías. Sobre las mujeres sigue recayendo, mayoritariamente, el trabajo de cuidados que sostiene la vida cotidiana. Y cuando, para cumplir las metas con el FMI, atacan a las maestras y la Educación pública, cuando el acceso a la Salud se convierte casi en un privilegio, cuando los tarifazos en el transporte y los servicios golpea los bolsillos y la inflación no cede, las mujeres somos las que dedicamos mucho más tiempo para comprar más barato, hacemos malabares para organizar el cuidado de las infancias con redes de apoyo de familiares y vecinas, estiramos hasta lo imposible la leche, los fideos, el pan.
Las mujeres trabajamos también fuera de nuestra casa. Con salarios más bajos que nuestros compañeros y siendo mayoría entre los precarizados, con trabajo no registrado, como monotributistas o entre las cuentapropistas con magros ingresos. También somos la mayoría de quienes trabajamos en los comedores populares y otros emprendimientos a cambio de un plan asistencial que es apenas la mitad del ya miserable salario mínimo.
Es lógico que todo este panorama aumente el malestar social: la preocupación por no saber si se pueden cubrir los gastos, si se podrá renovar el alquiler, si las patronales o los gobiernos nos amenazan con despidos, si van a iniciar o no las clases, si habrá que comprar remedios impagables o si desde el ministerio anunciarán más recortes en los planes, todo eso aumenta el estrés y los cuadros de ansiedad. No le pasa a una únicamente. Nos pasa a todas. Por eso, solo si estamos juntas, organizadas y peleando en las calles para enfrentar la política criminal de Milei, podremos hacerle frente.
Como si eso fuera poco, La Libertad Avanza amenaza permanentemente el derecho a decidir y a no morir en abortos clandestinos, que ganamos con nuestra lucha persistente. Le doblamos el brazo al gobierno en sus intentos de borrar la diversidad sexual y la violencia de género en algunos artículos de su fracasada Ley Ómnibus; pero insisten con recortes, suspensiones y vaciamiento de programas de atención a las víctimas de violencia y personas LGBTIQ+. Y no paran con su "batalla cultural" contra los feminismos y el derecho al aborto, para quebrar el inmenso apoyo social y la legitimidad que alcanzamos con la marea verde. Por eso, estamos en estado de alerta y movilización. A la clandestinidad no volvemos nunca más.
El tiempo no sobra. Las fuerzas las tenemos. Necesitamos que la CGT y las CTAs vuelvan a convocar a un paro nacional y un verdadero plan de lucha que unifique los reclamos de las trabajadoras asalariadas, que garantice las condiciones para que las trabajadoras informales puedan ausentarse de sus lugares de trabajo y guardias mínimas de transporte para que nos movilicemos. Una gran demostración de fuerzas, en la que confluyan también las estudiantes y las vecinas de las asambleas que vienen de enfrentar la Ley Ómnibus, desafiando el protocolo represivo de la ministra Bullrich y consiguiendo la primera derrota del gobierno de Milei en el Congreso.
Pan y Rosas y el PTS en el Frente de Izquierda creemos que el movimiento de mujeres y los feminismos tenemos que volver a ganar las calles, liderando la lucha contra los planes de la motosierra y la licuadora de Milei. Proponemos esta perspectiva, independiente de todos los sectores políticos que hoy se disponen a colaborar obscenamente con este gobierno, a sostenerlo en su debilidad o a darle más tiempo sin enfrentarlo abiertamente, mientras nos hunde en la miseria a la inmensa mayoría del pueblo trabajador, golpeando con especial ensañamiento a las mujeres, las infancias, las personas mayores y la diversidad sexual. Por eso, te invitamos a sumarte a Pan y Rosas y hacer fuerte esta voz, el próximo Día Internacional de las Mujeres, en todas las convocatorias del país.
