La Comunidad de Madrid, al amparo del gobierno progresista de PSOE y Sumar, ha recrudecido sus ataques contra los servicios públicos. La educación es uno de los sectores más castigados por estas políticas, que buscan seguir engrosando los beneficios de la privada y la concertada a costa de mermar la calidad de la enseñanza pública.

Ayuso está construyendo un paraíso para las empresas del sector educativo a través de medidas neoliberales. Madrid es una de las comunidades autónomas donde más alumnos son forzados a recurrir a la privada y concertada para realizar sus estudios básicos. Para ello, se infrafinancia la pública, se desvían fondos a la privada a través de becas, concesiones de terreno, externalización de servicios y conciertos jugosos. Para consumar este desmantelamiento, también se busca precarizar las condiciones laborales de los trabajadores sobrecargando de trabajo burocrático y lectivo a los docentes, hacinando en aulas a los estudiantes.

En este marco, la Comunidad de Madrid mantiene a los docentes un poder adquisitivo ínfimo y es la única que no ha reducido las horas lectivas, retornando a la situación previa a los recortes de 2011 (cuando en secundaria había 18 horas lectivas y en primaria e infantil 23). Esta reducción horaria no es sólo una mejora para los actuales docentes, sino de la calidad educativa: supondría contratar miles de docentes, forzaría a abrir nuevos espacios para el estudiantado y, para que fuera auténticamente efectiva, debería implicar una bajada de ratios sustancial.

Ni el Ministerio ni la Consejería de Madrid está dispuesta a conceder este derecho. Misma posición tienen los sindicatos que están negociando el nuevo acuerdo sectorial (ANPE, CSIF, CCOO y UGT), que prefieren conciliar con el gobierno de Ayuso. Oponiéndose a la huelga de forma activa, se predisponen a firmar una propuesta que deja fuera a primaria e infantil, sólo concediendo la reducción de horas, de forma escalonada, a secundaria, todo con la finalidad de desmoralizar, desconvocar y dividir a los trabajadores para que no luche por sus derechos.

La Asamblea Menos Lectivas, apoyada en decenas de asambleas de centros, así como en el sindicalismo combativo (CGT, STEM y CNT), ha levantado la huelga sobreponiéndose a un acuerdo deleznable que supone, en la práctica, un nuevo ataque contra la enseñanza pública madrileña y que tiene como objetivo dividir al profesorado frente al Gobierno de Ayuso.

Consideramos esta huelga necesaria y un primer paso para abrir un horizonte de lucha contra los ataques que venimos sufriendo y por conquistar una educación 100% pública y de calidad. Más que nunca es esencial levantar un movimiento que supere los límites y divisiones que trata de imponernos las burocracias de los sindicatos mayoritarios y de los partidos que, desde las instituciones desmantelan lo público. Un movimiento que parta de asambleas autoorganizadas en los centros que aúne a trabajadores y estudiantes, que se coordinen con el resto de luchas y sectores con la perspectiva de construir un gran frente único en defensa de los servicios públicos.

Con esta perspectiva, las y los docentes que integramos la CRT queremos sumarnos para impulsar la lucha en defensa de los servicios públicos, uniendo desde abajo a las y los docentes, con los sanitarios, estudiantes de las distintas etapas y otros sectores, para imponerle a las burocracias conciliadoras que rompan con la pasividad y convoquen a la lucha.

¡Por vuelta a las 18/23 horas lectivas en la CAM, por un aumento drástico en los presupuestos generales para educación, por el pase a plantilla fija de todas las interinidades, profesorado de substitución e internalización de todos los sectores de la educación externalizados (monitoras, soporte de aula, infantil, personal de cocina y limpieza, etc), aumento de plazas, por la bajada de ratios y por una educación 100% pública, gratuita y de calidad!

¡Viva la lucha de lxs docentes!