Estoy en un momento muy particular de mi vida transitando una etapa en la que me sentí presionada por las situaciones que vivimos las personas trans en el mundo. Si bien la vida de las personas transgénero no es nada fácil, ya que desde temprana edad comenzamos a sentirnos diferentes, las situaciones de nuestro camino nos llevan la mayor felicidad que tendremos como ser humano (ser libres y con derechos). Nos fortalecemos de esas experiencias y comenzamos a formarnos fuertes para afrontar lo que se viene.
¿Qué es lo que se viene? Vivir al margen de la sociedad y transcurrir el día con la mirada opuesta. En la mayoría de las ocasiones, caminamos en una marginalidad que nos acompaña el resto de nuestras vidas trans. Comenzamos a apropiarnos de estas malas costumbres y las naturalizamos como si fuesen nuestras. Comenzamos a creer lo que nos hacen creer: que solamente estamos para el deseo sexual. Muchas veces utilizamos esa herramienta para lograr fines en nuestras relaciones o mismo para poder lograr objetivos. Somos conscientes de que estamos haciendo algo diferente a los demás, pero también tenemos una virtud de poder hacer de eso una salida de nuestra vida marginal. Esas experiencias te van construyendo junto a las que ves en tu entorno trans, ya que son importantes para poder tener, muchas veces, la aceptación dentro de tu misma comunidad.
Luego comienza una nueva etapa en recuperar tus derechos y volver a tratar de integrarte en las instituciones. Éstas son las que nos van cerrando sus puertas, dejándonos a manos de estados ausentes que se vuelven causantes y responsables de nuestras problemáticas.
Recuerdo vivir en la calle sin importar como sería el día siguiente. En mi cabeza solo podía estar presente la búsqueda de comida y un lugar seguro para pasar la noche. No tenía tiempo para llorar, debido a que cualquier distracción en esa situación me llevaría a perder la vida o terminar detenida exponiendome a una situación peor a la que vivía. Tenía que estar atenta a todo y enfocarme en poder revertir mi vida. Hasta entonces no podía pensar en cómo ayudar a otras que estaban como yo o peor. Es más complicado de lo que puedo hoy recordar. Solo se que necesitaba cambiar esos momentos y poder hacer de mí una persona de bien, la cual pueda ser como los demás.
Comenzó la odisea de caer en depresión y drogas por no poder hacer nada porque siendo menor y viviendo en la calle, todo se ve muy lejano. Sin embargo, mi familia, antes de cometer la falta grave de no acompañarme en mi transgresión y expulsarme de mi entorno familiar, me aportó una herramienta a favor: la educación. Es un conjunto de valores que me permitieron desarrollar mi mente en diferentes situaciones y ámbitos, dónde y cuándo aplicarlos para salir adelante y diferenciar lo que no quería para mi.
Más tarde, empecé a encontrarme con otras situaciones que quedarían en mi cuerpo por el resto de mi vida y comencé a comprender algunas situaciones de mis emociones actuales. Ya estaba viviendo fuera de esas necesidades, pero las cicatrices fueron tan grandes que no podes olvidarte de quienes siguen en esa situación.
Por eso, en 2014 desde Alemania comienza Urbana Trans. Sentía la necesidad de poder hacer algo por nuestra comunidad y poder mostrar al mundo como vivimos realmente las personas trans y las necesidades tal así como los logros de nuestro día a día. A la vez te vas sintiendo más útil para tu comunidad y aportándole a sus problemáticas que son muy necesarias.
Con el tiempo pasamos de contar historias reales a poder ser un canal informativo tanto para nuestra comunidad trans como también para la sociedad. Eso generó un crecimiento de interés social de saber más sobre las personas transgénero.
Por supuesto, siempre hay odiantes en las redes sociales o personas que no están acostumbradas a quienes sienten distinto y agreden de manera directa con nuestra sexualidad o aspecto físico.Hay quienes no les genera ningún miedo ese odio y otras que si. Muchas personas de nuestra comunidad terminan optando por la mala decisión del suicidio y esto es generalmente lo que más nos afecta en nuestra adolescencia. En el proceso de primeras etapas de transición es donde más sufrimos este acoso y violencia que acompaña una exclusión de tu familia y discriminación en tu grupo de amistades. Cabe destacar que el porcentaje que tenemos de adolescentes trans que se suicidan es el más alto frente a la población heterosexual mundial, incluso dentro del colectivo LGBTi+ es el más alto.
Luchamos para cambiar estereotipos que permanecen también dentro de nuestra comunidad trans. Por ejemplo, las mafias de prostitucion y tráfico de personas, y la postura de silicona líquida en nuestros cuerpos. La mayoría de las veces es colocada de manera ilegal en condiciones extremas por las mismas compañeras trans. Es una de las problemáticas que hemos venido cargando por décadas. Las trans durante los años 70 -al no tener opción alguna por que eran perseguidas por todos lados y no podían tener acceso ni a la educación ni a los servicios de salud como cualquier ciudadano- comenzaron a buscar soluciones para moldear sus cuerpos y a practicar una con la otra estas posturas de silicona líquida. Esto provocó miles de muertes en nuestra comunidad y hoy muchas continúan colocándolo. Esta es una gran problemática que hoy, con derechos y leyes que nos acompañan en Argentina, podremos cambiar en nuestra comunidad esta problemática.
No podemos olvidarnos que el mundo nos está matando por ser trans. Hay países que impulsan leyes que dictan la pena de muerte solo por ser quienes somos. Resido hace más de 15 años en Alemania y viví situaciones muy difíciles de manejar debido a que hay muchas culturas diferentes y algunas de ellas nos ven como personas enfermas y acostumbran a violentarte física y verbalmente. También van en aumento los ataques de nuevas generaciones con ideologías nazis.
Algo muy fuerte repercutió en mí cuando declararon en Uganda la pena de muerte para la
Comunidad LGBTI +. Lo primero que pensé es como la sociedad no se impone frente eso. Es imposible no pensar en esas personas trans que transitan por esa situación en este mismo momento, me genera tristeza y mucha impotencia a la vez.
En el transcurso del año 2023 comencé a redactar noticias en Izquierda Diario sobre la problemática trans en Europa y me encontré con un panorama que no me esperaba. Tanto en lo político, viendo que nos utilizan como blanco para sus campañas electorales, como desde lo social donde sectores ciudadanos apoyan estas propuestas retrógradas llenas de violencia qye apuntan directamente a personas transgénero. Son informaciones tristes sobre mi comunidad que me afectan.
Mantengo mi pensamiento de que ser una persona Trans te hace fuerte como para cambiar el mundo. Pero debo admitir que la situación me asusta. En febrero estuvimos marchando en la localidad que me vio crecer y nos encontramos con que la gente todavía no está realmente al tanto de la situación que atravesamos, aún aquí con derechos ya obtenidos.
Busque contención en mi familia que hoy es quien acompaña mi lucha y genera mucha fuerza y un gran sostén para seguir adelante. Debido a lo que viví, hoy puedo ver la importancia que es tener una familia en la vida de una persona trans. Mi mensaje a las familias es que no nos excluyan del núcleo familiar.
Estoy retomando mi labor como comunicadora por que tengo conocimiento de lo importante que es. Realmente me sirvió parar un poco, hoy estoy más tranquila y con proyectos que suman mucho tiempo y trabajo para seguir avanzando y poder transmitir que si se puede, siempre se puede.
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