El gobierno de Javier Milei como parte de su plan de guerra contra la clase trabajadora ha dispuesto el congelamiento del presupuesto universitario, es decir que este año se utilizará el mismo presupuesto que el año pasado con una inflación del 211,4%. En una entrevista publicada en C5N el Vicerrector de la UNGS German Pinazo advirtió sobre la situación de ajuste en la universidad. En dicha nota Pinazo afirmó: “si esto sigue así las universidades van a ir cerrando de a cachos”.
Está claro que el ataque que está llevando adelante Milei es para ahogar financieramente a las universidades nacionales que albergan mayormente a trabajadorxs e hijxs de trabajadores. Tengamos en cuenta que en las universidades del conurbano el 85% son primera generación de estudiantes universitarios. Quieren llevar adelante lo que el propio Mauricio Macri deseaba cuando declaró: “¿Qué es esto de universidades por todos lados? Es una locura”.
Este ahogo presupuestario de magnitud histórica que Javier Milei quiere profundizar en algunas universidades estuvo en el planteo de Pinazo y de distintos funcionarios de universidades del conurbano. Sin embargo, tenemos que hacer algunas consideraciones.
El rectorado publicó un comunicado donde señala que “la Universidad se encuentra en una situación de Emergencia Presupuestaria que es inédita en su historia” y explica que “si el Gobierno Nacional no realiza una adecuación significativa de la partida correspondiente a los gastos de funcionamiento, y en un contexto en el que ya han sido anunciados aumentos que podrían triplicar el costo de los servicios públicos, la única certeza que tenemos es que las actividades que venimos sosteniendo hasta el momento serán impagables”.
¿Por qué nos oponemos a que se decrete el Estado de Emergencia presupuestaria? ¡Es necesario organizar un plan de lucha ya!
El Rectorado por un lado plantea la declaración de emergencia para responsabilizar de este ataque presupuestario a Javier Milei, cuestión en la que acordamos totalmente. Sin embargo, no se trata sólo de esto ya que esta declaración tiene otras implicancias: lo que se propone con esta resolución es permitirle al Rectorado, en los hechos, realizar todo tipo de ajustes en la universidad, ya que avalados por el “estado de emergencia”, se van aplicar lo que ellos consideran “pautas que se ajusten y encuadren en la declaración económica y financiera”.
Así es cómo lo desarrollan en los considerandos del proyecto que ya está en la orden del día de la reunión de Consejo Superior: “Que la emergencia económica y financiera obliga a tomar decisiones que pueden requerir la adecuación o suspensión temporal, total o parcial de determinadas normas y/o políticas frente a situaciones de imposible cumplimiento de las mismas.“
Pero, ¿Qué significa la declaración de emergencia presupuestaria?
1- Que la UNGS no cuenta con los fondos necesarios para poder desarrollar sus actividades de forma regular. Según informó Pablo Toledo (a cargo del área “Dirección General Económico y Financiera”) a la Comisión de Presupuesto y Finanzas del Consejo Superior, las partidas apenas cubren un 38% de lo necesario para que la universidad funcione. En la misma exposición planteó que no hay otra salida que no sea garantizar el funcionamiento mínimo de la institución.
2- Habilita a que las autoridades de la universidad tomen medidas extraordinarias para poder garantizar su funcionamiento, esto quiere decir que pueden buscar vías alternativas para financiarse (incluyendo instituciones privadas y públicas) y a la vez recortar gastos que según su criterio sean "no esenciales". En la última reunión de Comisión de Presupuesto se planteó que, como medidas de “emergencia”, serán dadas de baja todas las becas académicas brindadas a estudiantes y graduades, al igual que todas las becas de investigación docentes, dado que esos gastos provenían del presupuesto destinado a “funcionamiento”.
Si bien el proyecto sobre “pautas” presentado por el Rectorado plantea qué “en las tramitaciones y/o en los actos administrativos se deberán explicitar las excepciones, postergaciones, suspensiones o adecuaciones que resulten necesarias instrumentar en el marco de la emergencia económica y financiera de la Universidad” y que “en todos los casos, las tramitaciones específicas que dichas acciones requieran respetarán las atribuciones de cada uno de los órganos de gobierno”, en lo que va de febrero la misma gestión de la Universidad, sin convocar a ninguna sesión extraordinaria del Consejo Superior, decidió a espaldas de la comunidad educativa suspender por tiempo indeterminado 25 contratos docentes y a 18 becarios del Centro Cultural UNGS. Por otro lado, a les estudiantes se les limitó la inscripción en primera vuelta a sólo dos materias, sin posibilidad de abrir comisiones.
No se puede pretender votar una emergencia presupuestaria y una alerta hacia la comunidad educativa sobre la base de suspensiones de contratos y actividades.
Continuar por el camino del ajuste o defender nuestros derechos
Esta decisión política de la gestión de la Universidad de General Sarmiento es llevar adelante el ajuste del gobierno y no enfrentarlo. Sabemos que esto no está aislado de un lineamiento que está reflejando en la pasividad que sostienen tanto el sindicato docente (AIDUNGS) como el no docente (APUNGS) y ni hablar del centro de estudiantes de nuestra universidad (El Puente, FUNyP y La Cámpora). Estos actores políticos no son aislados del rol que está cumpliendo o la inacción que por ahora están perpetuando los distintos espacios que responden a la dirección del PJ. Esto va de la mano de la posición de Cristina Fernández esboza en el documento "Argentina en su tercera crisis de deuda", donde plantea que son necesarias algunas transformaciones estructurales, como una reforma laboral que saque derechos a los trabajadores, acercando posiciones con Milei.
Desde En Clave Roja opinamos que el único camino para defender nuestra educación pública es organizando desde abajo la resistencia ahora y no administrando el ajuste, las universidades no tienen que auto ajustarse para adecuarse al presupuesto de Javier Milei.
Para tomar un ejemplo reciente sobre los ajustes que viene realizando el gobierno para garantizar el “déficit 0” (cero), está el de los fondos de coparticipación de las provincias. Recientemente el Gobernador de Chubut, Ignacio Torres, amenazó a Javier Milei con detener la exportación de petróleo y gas que realiza la provincia, y recibió el apoyo del Gobernador de Tierra del Fuego que también anunció paralizar la producción de petróleo por 24hs. Salvando las distancias, y entendiendo que el plan de fondo de los gobernadores no es enfrentar el plan de ajuste del FMI, la gestión de la universidad puede optar por rechazar el ajuste.
Ante este brutal ataque hacia las universidades, por medio de la Emergencia Económica y Financiera, la gestión de UNGS toma el camino de gestionar el ajuste del gobierno de Milei, profundizando la orientación que vienen llevando adelante hace siete años con la aprobación de presupuestos que perdieron poder adquisitivo frente a la inflación y devaluación.
De 2017 a 2022 el poder adquisitivo del presupuesto de la UNGS se redujo en un 49% tras años de presupuestos votados a la baja. Con el regreso a la presencialidad (año 2022) se puso cupo a la inscripción de materias, se recortó el micro para que les compañeres puedan viajar al Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis, Trans, Bisexuales, Intersexuales y No Binaries. También se recortaron los viajes de estudio a las carreras y las viandas al jardín materno-parental donde asisten les hijes de estudiantes y trabajadores, de la misma manera que se eliminó el servicio del micro circular Lemos-Campus, y hasta nos quedamos sin agua potable en plena ola de calor.
Desde En Clave Roja nos oponemos a estos recortes que se vienen implementando y opinamos que no se pueden tomar decisiones que vayan en el sentido de profundizar el ajuste en nuestra universidad.
El único camino para defender nuestros derechos históricos es construir un plan de lucha acorde al ataque que está propinando el gobierno de Javier Milei. Es necesario que les estudiantes, docentes, no docentes y el conjunto de la comunidad educativa debatamos en una asamblea de todos los claustros un plan de lucha común que incluya acciones a la altura y una relación con los distintos sectores que ya están enfrentando este gobierno. Tenemos el ejemplo de las asambleas populares que han empezado a surgir y que ya han tenido su primer triunfo contra el gobierno tirando abajo la Ley Ómnibus.
Tenemos que pelear para que se descongele el presupuesto de la universidad y se recupere lo perdido en los últimos siete años. Como mínimo el presupuesto tiene que triplicarse para cubrir todas las necesidades de nuestra Universidad y las becas deben aumentar de forma urgente, ya que hoy no llegan a cubrir ni siquiera los gastos básicos como fotocopias. Tenemos que pelear por el Boleto educativo irrestricto y sin cupo y contra los tarifazos en el transporte, así como por un comedor gratuito para la cantidad creciente de estudiantes que ya no pueden ni costear las comidas necesarias debido a la enorme inflación que sufrimos y las constantes remarcaciones de los supermercados y cadenas alimenticias.
Para financiar la educación es necesario dejar de pagar la deuda fraudulenta del FMI y atacar los intereses de los grandes empresarios. Recientemente se ha hecho pública la cifra escandalosa de transferencias de recursos de la clase trabajadora a los grandes empresarios y especuladores en el primer mes del gobierno de Milei: $1.128.228.000.000. ¿Cuántos presupuestos educativos se pueden financiar con este dinero? Como dijimos, plata hay, pero se la llevan otros. ¡Luchemos por nuestra educación!
Un debate urgente y necesario: ¡Plan de lucha ya!
En la UNGS ya vimos el rol que está jugando la propia gestión universitaria. En ellos no podemos confiar. Pero ¿en qué anda nuestro Centro de Estudiantes? Ellos votan esta escandalosa emergencia junto con las autoridades. Lo que debería ser una herramienta política de les estudiantes para organizarnos frente al ajuste y en defensa de nuestra educación, hoy se encuentra vacío de participación estudiantil. Hace cinco años que la conducción está en manos de El Puente, la agrupación del PJ municipal que se ha encargado de transformarlo en un centro de “servicios” para quienes aún pueden continuar sus estudios, a pesar de la crisis que lleva a la deserción de miles de estudiantes cada año. No llaman a instancias de asamblea para organizarnos y deliberar de manera democrática cómo enfrentar esta situación.
Por eso, les estudiantes nos venimos organizando en espacios independientes. En diciembre del año pasado, apenas conocidos los primeros ataques del gobierno, impulsamos una Asamblea Popular en San Miguel, que confluyó con los cacerolazos que se venían realizando en distintas partes del país. Estas Asambleas jugaron un rol fundamental enfrentando la Ley Ómnibus en el Congreso a pesar de la brutal represión al mando de Patricia Bullrich, junto a los cientos de estudiantes que también se vienen organizando en las asambleas de Unidxs por la Cultura.
Frente a la inacción de parte del CEUNGS, les estudiantes tenemos que poner en pie instancias de autoorganización que sean independientes del gobierno y de la gestión. Es en esa dirección que desde la Secretaría de Prensa y Difusión impulsamos reuniones abiertas a todes les que quieran empezar a organizarse, y conformamos un grupo de Autoconvocades para empezar desde ahora a dar batalla contra el ajuste y en defensa de la educación pública. Lo hacemos por medio de asambleas democráticas, donde cada estudiante puede expresar sus preocupaciones, sus dudas, hacer sus propuestas y votar cada moción; y somos parte de la Asamblea Popular de San Miguel.
Esta organización la llevamos adelante para exigir con más fuerza asambleas estudiantiles, donde los estudiantes nos podamos organizar, debatir y definir cómo vamos a enfrentar el ajuste y defender nuestra educación pública.
Desde En Clave Roja apostamos a esta forma de organización desde abajo y creemos que el camino para defender la educación pública es por medio de la unidad y la coordinación de los distintos sectores que hoy vienen peleando contra las políticas de ajuste de Milei y sus secuaces, con las Asambleas Populares, las Asambleas de la Cultura y la clase trabajadora, en la perspectiva de recuperar nuestros Centros de Estudiantes de la mano de las agrupaciones que los paralizan. Necesitamos debatir e impulsar un plan de lucha urgente, partiendo de los propios sindicatos y federaciones estudiantiles. El paro del 24 de enero de las centrales sindicales mostró que la fuerza está pero que no alcanza con medidas aisladas. | 
