Este pasado miércoles el 8vo Juzgado de Garantía de Santiago estableció las medidas de arraigo nacional y arresto domiciliario en contra del ex alcalde de Ñuñoa, Andrés Zarhi.
Según la fiscalía el ex edil habría privilegiado a los directivos de la Corporación Municipal de Desarrollo Social de Ñuñoa con concesiones de indemnización a todo evento, es decir que se paga sea en caso de despido o de renuncia, y sin tope legal.
Esto se habría realizado mediante diversas modificaciones contractuales que se realizaron, curiosamente, 6 meses antes de que dichos directivos dejases sus cargos, recibiendo millonarias indemnizaciones.
Según aseguró la fiscalía, esto habría implicado, por ejemplo, que la desvinculación del Secretario General de la CMDS costase $27 millones de pesos.
Otro director, Roberto Stern, ex director de salud, recibió el pago de indemnización por “retiro voluntario” de $180 millones de pesos, siendo, posteriormente contratado y nuevamente finiquitado por $51 millones de pesos.
Si bien la defensa de Zarhi aseguró que apelarán la resolución buscando que se modifiquen las medidas cautelares por la firma mensual y conservando el arraigo nacional.
Con esto Zarhi se suma a la lista de ex alcaldes y funcionarios municipales ligados a la derecha que se encuentran involucrados en casos de corrupción, malversación y fraude que incluye a Raúl Torrealba, Karen Rojo, Cathy Barriga, Virginia Reginato, etc.
No es de extrañar. Estos funcionarios políticos de la derecha entran con total despliegue a ocupar el aparato político del Estado para pagar favores y beneficiarse de sus privilegios, partiendo por los sueldos millonarios.
Acabar con estos casos de corrupción en el marco del sistema capitalista es casi imposible, la corrupción es un elemento intrínseco a este sistema el cual necesita de funcionarios privilegiados que protejan, junto a sus propios intereses y privilegios, la preservación de este orden de cosas.
Ponerle un cortapisas a estos intereses mezquinos pasa por acabar con los privilegios de los políticos, partiendo por establecer una dieta que no supere el sueldo de un trabajador calificado o de una maestra , además de la revocabilidad y responsabilidad política de todo cargo en todo momento, lo que permite un mayor control de la población sobre los cargos públicos.
Medidas como estas solo pueden llevarse hasta el final en los marcos de un gobierno de otra clase, un gobierno de los trabajadores y el pueblo tal y como lo hicieron los comuneros franceses durante la Comuna de París, acontecimiento que sirve como ejemplo de cómo llevar a cabo medidas efectivas contra la corrupción y de un verdadero gobierno barato. |