Nos encontramos con esta fecha histórica de lucha por nuestros derechos, a casi dos años de asumido el gobierno de Gabriel Boric, que ganó -en gran medida- por las promesas políticas que hizo a mujeres y disidencias.
¿Qué ha cambiado desde entonces?
Podemos hablar del aumento del salario mínimo, pero sabemos que sigue bajo la línea de la pobreza, muy lejos de los 700 mil, que necesitaría una familia de tres para sobrevivir. Además, la inflación aumentó el costo de la vida, y se comió todo el aumento. Podemos hablar del registro de deudores de pensiones de alimentos, pero era una ley que venía del gobierno de Piñera, quien fuera canonizado por todo el gobierno de apruebo dignidad. Pasó de violador de DDHH, a un verdadero demócrata, en palabras del Presidente.
Podríamos mencionar la reforma de pensiones que hoy intentan implementar, que no se distancia mucho de lo que propuso la derecha, y mantiene lo esencial del sistema, el mismo que nos da las peores pensiones a las mujeres. Desaparecen las AFP’s, pero el negocio del capital financiero se queda. Dijeron que habrían planes de vivienda digna, pero los incendios en la Quinta región y en otros lugares del país demostraron la precariedad habitacional en Chile. En el caso de Viña, el 55% de las familias damnificadas están encabezadas por mujeres.
La ministra Orellana en realidad solo le ha puesto el sello feminista a una administración del capitalismo, a la institucionalización del movimiento de mujeres y disidencias, reduciendo nuestro potencial disruptivo.
El gobierno feminista de Gabriel Boric nos prometió el cielo, el mar y la tierra: todo gratis, todo gay. Nada más lejos de la realidad. Los precios están por el cielo, y el país, bajo una ofensiva conservadora que busca atomizarnos, dividirnos, mantenernos en la pasividad: disciplinados, con miedo a la delincuencia. Pero el aumento de la criminalidad es utilizado de manera oportunista por la derecha, que junto a los medios de comunicación de los empresarios, generan un clima de inseguridad en la población. Aprovechan el temor de la gente para encerrarla en sus casas y vidas individuales. No quieren que nos volvamos a organizar contra ellos: ni los grandes empresarios, ni sus políticos.
El progresismo lloriquea con el avance de la derecha, pero su forma de enfrentarlos, es pedirles disculpas constantemente, lo que se traduce en negociar con nuestros derechos. Le piden disculpas a esa derecha, heredera de los altos funcionarios de la dictadura, que instalaron el neoliberalismo en Chile, y que hoy tienen el descaro de denunciar al Frente Amplio, siendo los maestros del robo al Estado desde la política. Todas las semanas un alcalde RN, UDI está involucrado en algún caso de malversación de fondos, coimas, robos; caso emblemático es Kathy Barriga, quien vive como una princesa encerrada en su castillo, gracias a la justicia al servicio de los políticos patronales. Y la Concertación no se queda atrás.
Sí, le piden disculpas a los que instalaron el modelo que dicen criticar: El neoliberalismo que la Concertación administró y profundizó, y que gracias a Boric regresaron esos dinosaurios a los principales ministerios, aún cuando la población ya no confía en ellos.
El enfoque de género no ha sido suficiente para hacer algo tan mínimo como romper relaciones políticas con el Estado genocida de Israel, que lleva décadas de apartheid y exterminio al pueblo palestino, y meses de ofensiva contra la Franja de Gaza. El gobierno feminista de Gabriel no es capaz, pese a sus declaraciones, de romper militar, política y económicamente con un estado que desde octubre a la fecha ha terminado con la vida de más de 30000 personas, en su mayoría mujeres y niños. Si están en contra ¿por qué siguen comprando armas a Israel para reprimir al pueblo mapuche?
Mientras estamos en un mundo convulso, con guerra en Europa y genocidio en Medioriente y Africa, y en una situación nacional que intentan empujar hacia la derecha, los partidos políticos del gobierno, como el Partido Comunista, Frente Amplio y ,la Ex Concertación, le hicieron guardia de honor al ladrón, machista y violador de DDHH de Piñera, negociaron las 40 horas con las patronales y pasaron una batería de leyes flexibilizadoras de trabajo, cuestión que nos afecta directamente como mujeres y disidencias, porque siempre accedemos a los peores empleos.
Frente a este escenario, pareciera que las alternativas para enfrentar a la derecha son pocas: la derrota y el escepticismo, o elegir siempre al mal menor. Nos quieren hacer olvidar que hicimos temblar al gobierno de Piñera y que junto a la clase trabajadora seríamos imparables. Quieren que veamos su callejón sin salida del parlamento como el único camino posible, pero el ejemplo que nos da el pueblo argentino es que organizados y en las calles es cómo se enfrenta a la derecha. Por eso nuestros compañeros del PTS y Pan y Rosas Argentina han impulsado las asambleas barriales y en los lugares de trabajo y estudio, las movilizaciones afuera del Congreso y los saltos de torniquete, reivindicando a la juventud chilena que salió a luchar el 2019, para que la crisis la paguen los poderes económicos y no el pueblo trabajador.
Quienes nos organizamos en Pan y Rosas - Teresa Flores creemos que estas razones hacen más necesario que nunca aportar en reconstruir un movimiento de mujeres y disidencias realmente independiente del gobierno, que se decida a retomar en las calles la pelea por nuestras reivindicaciones históricas, como el derecho al aborto legal, libre, seguro y gratuito; la educación gratuita, laica y no sexista y por una educación sexual integral. Por una ley integral contra la violencia de género, por terminar con la brecha salarial, con el subcontrato que es principalmente feminizado y la precariedad en el trabajo. Por eso participamos en coordinadoras como la Acción Global Feminista y en la Coordinadora de mujeres y disidencias populares.
Y también impulsamos una alternativa política propia, como lo estamos haciendo en el norte del país junto a nuestra compañera concejala de Antofagasta Natalia Sánchez, para que más sectores de la clase trabajadora, mujeres y disidencias, migrantes, y mapuche aspiremos a un horizonte mucho más ambicioso: un mundo donde todas las personas seamos libres e iguales, y donde tengamos el control sobre nuestros cuerpos, vidas y decisiones. Un horizonte donde echemos por tierra este sistema de opresión y explotación que es el capitalismo patriarcal y racista. Es nuestra unidad la herramienta para derrotarlo.
Desde Pan y Rosas adherimos al bloque independiente convocado por la Coordinadora de mujeres y disidencias populares en la Biblioteca Nacional a las 18 horas. Como feministas socialistas planteamos marchar junto a las organizaciones que vean la necesidad de rechazar los pactos con la derecha y los empresarios, fortaleciendo esa independencia política en la marcha del día internacional de las mujeres. Vemos lo importante de un bloque unitario que sea independiente del gobierno que relativiza los derechos humanos, lavándole la cara al criminal de Piñera. Podemos hoy articular una fuerza capaz de exigirle a las grandes organizaciones sociales, como centrales sindicales, federaciones estudiantiles y coordinadoras feministas como la misma 8M, que convoquen nuevamente a asambleas y movilizaciones para retomar el camino de la lucha y la organización.
No queremos marchar con un gobierno que negocia nuestros derechos con los grandes empresarios, que ofrece nuevas concesiones extractivistas que destruyen nuestro planeta como lo hizo con el Litio, que guardo en un cajón la lucha por el aborto, que gobierna con la mano derecha, con las mismas políticas migratorias y de seguridad de la derecha, que mantiene militarizado al Wallmapu. Levantemos nuestro propio bloque independiente de quienes utilizan las luchas de las mujeres para sus campañas, mujeres y disidencias, en conjunto con la clase trabajadora y la juventud. |