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La Izquierda Diario
8 de marzo de 2024 Twitter Faceboock

Francia 8M
Sasha Yaropolskaya: "Les aterroriza que el feminismo salga del marasmo liberal y vuelva a tradiciones revolucionarias"
Redacción internacional
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https://youtu.be/ZKQZo2UBtzk?si=DPkC_F62khOXznI4

Sasha Yaropolskaya es militante de Du Pain et Des Roses (Pan y Rosas) en Francia. Habló este miércoles, en vísperas del 8 de marzo, en un gran acto organizado en París por Révolution Permanente, parte de la Red Internacional La Izquierda Diario, bajo la consigna “Volver a poner la revolución en la agenda”.

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Este miércoles 6 más de 1200 personas siguieron el acto organizado en París por Révolution Permanente (RP), parte de la Red Internacional La Izquierda Diario, bajo la consigna “Volver a poner la revolución en la agenda”.

Al menos 800 abarrotaron la sala principal del centro cultural y artístico La Bellevilloise, y los dos bares que habían sido acondicionados para la ocasión con pantallas gigantes. Varios cientos que quedaron afuera lo siguieron por la transmisión simultánea en Youtube. En el acto participaron entre otros el trabajador ferroviario y dirigente de RP Anasse Kazib, el economista y filósofo Frédéric Lordon, el abogado de derechos humanos franco-palestino Salah Hamouri, la militante de la lucha de los sin papeles Mariama Sidibé, el dirigente sindical perseguido Christian Porta, la dirigente de RP Daniela Cobet y Sasha Yaropolskaya.

Sasha Yaropolskaya es militante de Du Pain et Des Roses (Pan y Rosas) en Francia, y habló este miércoles en el acto, en vísperas del 8 de marzo. Publicamos a continuación su intervención completa.


Buenas noches a todas y a todos,

Escuchen, quería compartir con ustedes una noticia. Me entere de algo verdaderamente increíble esta semana. Al parecer, Francia es el país más feminista del mundo. La democracia francesa es el faro que ilumina en las turbias aguas del océano a los barcos perdidos de los países autoritarios. El primer país del mundo que consagra el aborto legal en su Constitución. ¿Lo sabían?

Bueno, al parecer primero fue Yugoslavia, luego Ecuador, y luego Cuba. Y ahora nosotros. Pero parece que eso solo es un detalle! Macron dijo que nosotros fuimos los primeros. Los demás parece que lo hicieron en broma. Y no vale. Pero en nuestro caso si lo estamos haciendo de verdad. 

Cuando lo leí en el periódico esta semana, pensé ¡guau! pero el hecho de que consagren el aborto legal en la Constitución debe cambiarlo todo. Quiero decir, han convocado con bombos y platillos al Congreso en el castillo de Versalles. Macron va a realizar una ceremonia por el 8 de marzo en la plaza Vendôme. Yael Braun Pivet va a viajar a Nueva York para presumir la inscripción del aborto legal en la Constitución ante la ONU. Entonces pensé, esto debe significar una sola cosa: seguro que van a anunciar grandes inversiones presupuestarias en hospitales públicos, van a reabrir cientos y cientos de Maternidades y centros de abortos que han cerrado durante los últimos 20 años, y van a anunciar la formación masiva de médicos, enfermeras y parteras.

Pensé, en realidad Macron es bueno! Nos equivocamos de objetivo! Nos equivocamos de combate! No hizo más que cagadas durante los primeros siete años de su mandato, pero fue un error de novato. Pero ahora sí va a hacer bien las cosas, va a hacer cosas increíbles todos los días que quedan de estos 5 últimos años de gobierno. Pero luego leí... y francamente me rompió el corazón, lo decepcionada que me sentí al leer sobre el recorte presupuestario de 600 MILLONES previsto para el sistema hospitalario público en 2024. 600 MILLONES. Hoy en día una de cada cinco mujeres en Francia tiene que ir a otra provincia para abortar, los servicios de urgencias cierran uno tras otro y Francia se transforma en un verdadero desierto en cuanto a la medicina, y encima ellos quieren hacer desangrar aún más la salud publica!

Hace apenas un mes, toda la juventud feminista estaban furiosa contra Macron porque defendió a Gerard Depardieu al inicio de una nueva ola MeToo. Inmediatamente después, escandalizó a todo el mundo adoptando el lenguaje de la extrema derecha en cuanto a temas de natalidad y crecimiento demográfico. Pero ahora nos acercamos al 8 de marzo, estamos a tres meses de las elecciones europeas, y aprueba una pequeña medida que sin duda cuenta con el apoyo de la opinión pública, pero que no le obliga a ningún gobierno a un compromiso financiero. En un momento en que sus políticas obstaculizan el real acceso al aborto, se va a pasar los próximos tres meses siendo completamente insoportable, citando a Simone Veil y a Gisèle Halimi a cada ocasión, diciendo que él es distinto que la extrema derecha, y que le debemos los avances históricos a favor de las mujeres.

Pero nadie olvida que fue este gobierno el que mando a las mujeres trabajadoras de este país a trabajar hasta los 67 años para no morir en la pobreza. Nadie olvida en esta sala el balance macabro de sus políticas neoliberales que precarizan a las mujeres: más de 900 feminicidios desde 2017, y cientos de miles de mujeres, a menudo madres solteras, que se encuentran en las filas de los bancos de alimentos, buscando comida vencida, saltándose comidas para poder alimentar a sus hijos. Ese es el feminismo del gobierno de Macron!

Para ellos, feminismo significa proyectar la frase “Mi cuerpo, mi elección” en la Torre Eiffel para celebrar un símbolo. Eso hicieron esta semana. Dicen “Mi cuerpo, mi elección" pero envían a la policía a controlar a las niñas musulmanas por el largo de su vestido cuando entran en la escuela. Dicen “Mi cuerpo, mi elección", pero ofrecen esterilizaciones a las mujeres comorenses en la colonia francesa de Mayotte. ¿Acaso dicen también "mi cuerpo, mi elección" a las mujeres de la Franja de Gaza, cuyo sistema sanitario ha sido totalmente destruido con la ayuda de Francia, que le vende armas a Israel? ¿Acaso dicen "mi cuerpo, mi elección" a las decenas de miles de mujeres palestinas que dan a luz en carpas y cuyos recién nacidos mueren de hambre?

Y cuando las activistas feministas denuncian el genocidio de Gaza, amenazan con cortarles la financiación. En realidad, le tienen miedo al verdadero feminismo. ¡No estoy hablando de su versión institucionalizada y dócil! ¡No hablo del feminismo racista y colonial de Marlène Schiappa y Aurore Bergé! No, estoy hablando del verdadero feminismo, Le temen al verdadero feminismo. Tienen miedo de que los cientos de miles de mujeres que se han manifestado en los últimos años contra la violencia sexista y sexual, tienen miedo de que esas mujeres empiecen a establecer la conexión con otras luchas, tienen miedo cuando ven que la mayoría de los participantes en el movimiento por Palestina son mujeres.

Siempre intentan dividirnos, por eso enloquecen como NUNCA cada vez que ven a los activistas ecologistas y al movimiento obrero juntos. Cada vez que ven a las feministas, a los inmigrantes sin papeles y a los activistas pro Palestina juntos luchando contra este gobierno.

Les aterroriza que el movimiento feminista salga del marasmo liberal y vuelva a sus tradiciones socialistas y revolucionarias. Hace un siglo, las mujeres activistas comunistas, junto a sus compañeros varones, derrocaron el régimen zarista en Rusia, fueron las primeras del mundo en conseguir el aborto legal mediante la revolución, organizaron huelgas masivas, prepararon una revolución mundial. Algunas de ellas dieron su vida por ello, y puedo asegurarles que este feminismo, este feminismo revolucionario asusta profundamente al gobierno. Es algo que nunca podrán recuperar, y por eso atacan cualquier forma de feminismo que no obedezca sus órdenes.

Nosotras encarnamos a esas feministas que no se hacen ilusiones en sus promesas. Sabemos que su proyecto no es hacer avanzar los derechos de las mujeres. Más allá de lo común, días antes del 8 de marzo. Nada de eso les importa. Su proyecto es rearmar Europa, su proyecto es enriquecer la industria armamentística, su plan es preparar a nuestra generación para la guerra. Y con la preparación para la guerra, están agitando las peores ideas reaccionarias y patriarcales para que aceptemos mejor el destino biológico que han planeado para nosotros: los hombres deben morir en el frente, las mujeres deben tener hijos en casa. 

Con este pretexto de las necesidades de las naciones en guerra es que ya están prohibiendo los abortos en las clínicas privadas de Rusia. Por eso no se puede luchar contra el patriarcado sin luchar contra el militarismo y sin luchar contra el Estado. 

Quería terminar mi intervención subrayando tres cosas. 

Hoy es 6 de marzo, y hace menos de una semana en Moscú, Rusia, de donde vengo, estalló una poderosa manifestación de 25.000 personas contra el régimen de Putin y la guerra en Ucrania. 

Esto ocurrió en un momento en el que en Rusia hay una represión a una escala no vista desde Stalin, que ha llevado a cientos de miles de personas a la inmigración.

Así que, en primer lugar, nunca debemos pensar que nada es posible, que el Estado es demasiado poderoso. Si los rusos son capaces en plena guerra, bajo la ley marcial, ante la amenaza de ser despedidos de sus trabajos, expulsados de la universidad, enviados al frente a morir en las trincheras, si los rusos son capaces de enfrentarse a eso y gritar en las calles Abajo el Zar, gritar que los ucranianos son buena gente, gritar que debemos traer a los soldados a casa, entonces yo digo que todo es posible.

En segundo lugar: 
Puede haber manifestaciones y movimientos muy importantes que estallan espontáneos. Es impresionante el coraje que muestran actualmente. 

Hace siete años yo era estudiante en Rusia y participé de este tipo de manifestaciones. Si hoy hablo frente ustedes, después de siete años, es porque mi generación no logró derrotar el régimen ruso. Y hoy nos encontramos muchos en la inmigración, y los más conocidos de entre nosotros están encarcelados en prisiones Rusas, enterrados en cementerios.

Lo que quiero decir es que luchar contra el sistema capitalista, contra el estado, ya sea en Francia o en Rusia, no es un juego. Nos enfrentamos con el Estado, y el Estado es una máquina brutal que no tiene conciencia, ni freno, ni piedad. 
Si algo he aprendido en estos siete años, es que la determinación por sí sola, el coraje por sí solo... no son suficientes. Frente al Estado necesitamos organizarnos, construir una organización con una estrategia para derrotar el Estado, necesitamos construir metódicamente un ejército, batallón por batallón, división por división, y cuyas fuerzas se forjarán, se entrenaran, a lo largo de los años, de una batalla a la siguiente

Así que lo que quiero decir hoy, aquí en París, como rusa, y más de un siglo después de la Revolución de Octubre, es que sí, hay que que volver a poner la revolución a la orden del día, sí, tenemos que volver a poner la construcción de partidos revolucionarios a la orden del día en Francia, en Rusia, en Gran Bretaña, en Estados Unidos, en Argentina, en Argelia, en Marruecos, en Líbano, en Palestina! En todas partes del mundo. 

Una última cosa: el 8 de marzo vamos a manifestarnos, vamos a hacer huelga, y vamos a salir a la calle para decir que no vamos a morir en el frente por sus intereses, no vamos a rearmar demográficamente la nación, lo único que vamos a rearmar es el movimiento feminista y vamos a combatir tenazmente, hasta las últimas consecuencias, contra todos sus proyectos.

 
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