Sin duda la mayor movilización feminista de los últimos años. A nivel nacional, hubo marchas en las 32 entidades del país, todas multitudinarias. En la Ciudad de México, organizadoras calculan que más de 400 mil personas, incluso medio millón, coparon las calles. Jóvenes, estudiantes, trabajadoras, maestras, amas de casa, abuelas, familiares de víctimas de feminicidio, jubiladas, precarias, migrantes, palestinas y musulmanas.
Por todos lados carteles reclamando el derecho a vivir libres, sin miedo, denunciando el aumento de la violencia y el feminicidio. Miles coreamos contra la policía, que lejos de cuidarnos reprimió, una vez más, de manera brutal como vimos en Nuevo León, Chihuahua, Puebla, Colima, Zacatecas, Coahuila el Estado de México, con varias compañeras detenidas, gaseadas y golpeadas.
El gobierno, por su parte, se preparó con un operativo que incluyó la presencia de elementos del ejército y la marina, además de cuerpos policiacos. Un cinismo rampante que no oculta la política de criminalización de la protesta social y de la juventud que se mantiene, como demostró el escandaloso asesinato a sangre fría de dos normalistas rurales de Ayotzinapa que cometió la policía estatal el día anterior a la marcha, en Guerrero.
También destacaron banderas palestinas en varios contingentes, en repudio al genocidio que los imperialismos y el Estado sionista de Israel descargan sobre Palestina. Es claro que el feminismo, si apela a la emancipación de la humanidad, no puede más que declararse anti imperialista y levantar con un puño internacionalista la lucha por una palestina libre y por acabar con la opresión.
Más de mil compañeras por el Pan y por las Rosas
Una vez más, más de mil compañeras se movilizaron en la Ciudad de México con Pan y Rosas contra el genocidio en Palestina y el nuevo curso armamentista del imperialismo, retomando la tradición de las mujeres socialistas para decir ¡no a la guerra!
Trabajadoras de la salud, dependencias estatales, docentes, maestras de nivel básico, de servicios, precarizadas, de sindicatos universitarios, amas de casa, desocupadas coreamos juntas contra la precarización laboral, por aumento salarial y estabilidad en el empleo. También se movilizaron familiares de víctimas de feminicidio, como Brenda Trinidad y Lorena, exigiendo justicia y ni una menos.
En Sonora y Ciudad Juárez, Chihuahua, marchamos también bajo estas banderas y denunciamos el feminicidio, la militarización del país y la política laboral del gobierno de la Cuarta Transformación.
Alertamos del intento cínico de la oposición conservadora y también del oficialismo de usar nuestras demandas como botín estas elecciones, reclamando la independencia política de nuestro movimiento frente a los partidos del régimen.
Esto como parte de un posicionamiento amplio y unitario impulsado desde la Coordinación 8M que impulsamos en la capital hace nueve años con sindicatos, organizaciones sociales, de izquierda, del movimiento urbano popular, de derechos humanos y colectivos feministas.
Para ir más allá y no quedarnos en esta magnífica jornada de movilización y lucha, convocamos en la CDMX a una reunión el próximo sábado 16 de marzo, a las 15hrs en Francisco Olaguibel 142, colonia Obrera (metro Chabacano) para discutir las perspectivas del movimiento feminista y la necesidad de fortalecer una perspectiva independiente del gobierno y la derecha hacia las próximas elecciones. ¡Súmate a las feministas socialistas de Pan y Rosas, una agrupación de mujeres y disidencias con presencia en 15 países de América, Europa y Asia! |